El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Valle

Artículo

Finca ‘El Porvenir’ ubicada en la vereda La Morena del corregimiento de Galicia, en Valle. Y ahí la familia Espinal y Ospina, tras haber recibido de nuevo sus tierras. | Foto: Especial para El País

BUGALAGRANDE

La sufrida travesía a Galicia: 700 campesinos desplazados retornan a Bugalagrande

Más de 700 campesinos que fueron desplazados por el Bloque Calima han regresado a su hogar. Historias de regreso, de restitución de tierras y de sanación.

24 de octubre de 2017 Por: John Jairo Moldón, especial para El País

Rígido, expectante y un tanto nervioso. Junto a un pequeño árbol que le da sombra y con una mirada lúgubre que apenas y se alcanza a notar en medio de sus desbordantes cejas está ‘Ovejo’, un joven campesino que recuerda desde el lugar que alguna vez fue la trinchera de grupos paramilitares, la barbarie que vivieron por cuenta de la violencia y los dilemas de la vida misma.

Antes de llegar a ese sitio, un recorrido de tres horas y media por los cañaduzales y los cultivos de plátano y café. Una travesía que deja ver las antiguas casas de fique y bahareque que adornan parte de la imponente naturaleza, la misma que conduce entre sus vías rocosas, a pequeños y recónditos pueblos como Galicia, que está sumergida entre Bugalagrande y las montañas de la Cordillera Central, en el Valle del Cauca.

Un largo camino para visitar los hogares de las familias que poco a poco comienzan a retornar al campo, tras haber sido obligadas a desalojar sus hogares, y que hace unas semanas, después de 17 años, les devuelve la Unidad de Restitución de Tierras como parte de la reparación a las víctimas.

Llegando a ese lugar, en lo alto de las montañas se observan pequeñas estructuras alejadas unas de las otras, caseríos que fueron azotados por la violencia, y que después de largos años, han vuelto a las manos de personas humildes y trabajadoras que huyeron en busca de un futuro mejor.

Justo allí, en medio de cultivos y la frondosa naturaleza y a tan solo 20 minutos de Galicia, están los caseríos que componen la vereda ‘La Morena’, en donde se ubican predios como ‘La Cristalina’, ‘La Nubia’ y ‘El Porvenir’, desde donde ‘Ovejo’ recuerda la crueldad de la guerra que acabó con la vida de cientos de campesinos.

Los mismos predios que por años fueron el centro de operaciones de los integrantes del Bloque Calima de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC y el campo de guerra las Farc y el ELN.

                                                                           ***

Su verdadero nombre es Obeimar Ramírez Caro, pero desde su infancia, recuerda entre risas, que le llamaron ‘Ovejo’ por la similitud de su cabellera con la del animal. Un hombre que con vehemencia se describe campesino y que sin tapujo alguno reconoce que la ciudad le aburre, la gente lo espanta y que la idea de que el dinero sea el motor que todo lo mueve, le agobia.

Tan estricto en sus pensamientos, que tiene claro que irse o volver a huir de la tierra a la que tanto ama, no es el camino que quiere tomar para su vida.

“Llegué cuando era un niño, mi padre nos abandonó y mi madre decidió que nos viniéramos a vivir acá, a la finca ‘El Porvenir’, aquí ella trabajaba en labores de la casa, mientras yo iba a la escuela del pueblo. Lo hice gracias a la ayuda del administrador de la finca, pero nunca supe aprovecharlo del todo, pues yo era un peladito y la desobediencia me ganó, preferí jugar con caucheras y corretear por todo lado con mis amigos”, dice Obeimar.

La finca de la que habla ‘Ovejo’ pertenece a la señora María Dora Gómez de Espinal y a sus nueve hijos. Una mujer que recuerda con dolor el día que tuvieron que dejar atrás su hogar para recobrar un poco de la tranquilidad que le arrebataron.

Una de sus hijas, María del Pilar Espinal, aún recuerda ver a hombres extraños y armados, tratando de invadir su hogar, el lugar en donde vivieron momentos felices y que debieron de abandonar.

“Aquí pasamos muchas de nuestras vacaciones, vimos cómo esos hombres desde la montaña bajaban hasta nuestra casa, era terrible, tan solo eramos uno niños y no entendíamos mucho de lo que ocurría”, expresa María del Pilar.

Sin embargo, ahora cuando ha regresado al lugar en donde recuerda haber sido feliz, solo tiene palabras de gratitud con Dios y la vida, pues reconoce que en su corazón no hay espacio para el rencor y que prefiere mil veces el perdón.

Desde allí, en donde ‘Ovejo’ fue criado, recuerda que los hechos fueron duros y que muchas veces temió por su vida. “Eran épocas duras, 1999 o el 2000, nosotros nos acostábamos a dormir y al despertar los veíamos por la finca, se metían a la pieza a ver televisión como si fueran los dueños del lugar, cual perro por su casa. Acá llegaban y no podíamos decir absolutamente nada, si nos pedían favores y no los hacíamos, ¡ay, por Dios. Por Dios!, con eso te lo digo todo”, afirma ‘Ovejo’ con un tono blando y aún temeroso.

Esos hombres de los que habla Obeimar, eran los temidos integrantes del Bloque Calima de las Autodefensas, quienes instalaron en el lugar, sus bases de operación para tener el control de los cultivos ilícitos y la seguridad de los laboratorios de droga que fueron construidos con el respaldo del Cartel de Cali.

Del sueño a la realidad

Después de la ansiosa espera, por más de 17 años, el día llegó, el pasado 10 de Octubre, a la señora María Dora Gómez de Espinal la Unidad de Restitución de Tierras le devuelve su hogar, el de su familia y sus trabajadores, la finca ‘El Porvenir’, el lugar que junto a su esposo y sus hijos fue el escenario de risas y juegos, el mismo lugar al que ‘Ovejo’ dice querer con locura y al que se opuso a abandonar.

Pero así como la familia Espinal, más de 700 campesinos que fueron desplazados y despojados por la arremetida violenta del Bloque Calima de las Autodefensas, han retornado en los últimos años a su hogar, en busca de lo que la violencia les arrebató.

Tal el es el caso de Francisco Ospina y su esposa Blanca Nelly Cadavid, quienes en el año 1999 tuvieron que huir tras las amenazas del desmovilizado Bloque Calima. La pesadilla para este hombre, su esposa y sus cuatro hijos no acabó, pues en 2001 lo hicieron volver bajo la presión de que entregarían sus predios a otras personas.

“Nos tocó ver sangre, muertos por aquí y por allá. No teníamos tranquilidad. Aquí, al lado mi casa se fundó la primera iglesia evangélica del Valle, el mismo lugar que fue el centro de las masacres, acá había fosas comunes de cadáveres que ni conocíamos y otras que pertenecían a campesinos de la región”, cuenta Francisco.

Asimismo, con la ayuda proporcionada por el Gobierno y el Banco Agrario, Francisco junto a su esposa Nelly, le apuestan ahora a la productividad del campo con proyectos como el biogestor, que produce gas con el estiércol de las cinco marranas que tienen en su casa, ‘La Cristalina’, desde donde se observa el Valle y los municipios que la rodean.

Según la Unidad de Restitución de Tierras, Bugalagrande se constituye como el cuarto municipio del Valle con el mayor número de solicitudes de restitución de tierras.

El tema en cifras

A la fecha, la Unidad de Restitución de Tierras ha dado respuesta al 89 % de las 304 solicitudes que han hecho campesinos víctimas de abandono forzado y despojo de tierras en el corregimiento de Galicia, dejando como resultado 272 solicitudes resueltas.

Hasta el 31 de agosto de 2017, la Unidad de Restitución de Tierras había recibido 108.128 solicitudes de 74.356 titulares, que corresponden a 95.724 predios.

En alianza con el Banco Agrario, la Unidad de Restitución de Tierras ha gestionado 69 subsidios de vivienda, de los cuales ya se han construido 10.

AHORA EN Valle