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La CVC trabaja para mitigar los riesgos que puede llevar la nueva temporada invernal

Hace tres meses, los habitantes del norte del Valle, al igual que millones de colombianos, sufrieron los rigores de La Niña. Y hoy se preparan para su regreso, pese a que sus efectos en cultivos, barrios, vías y laderas todavía siguen siendo visibles.

1 de marzo de 2011 Por: Mónica A. Arias C. I Elpais.com.co

Hace tres meses, los habitantes del norte del Valle, al igual que millones de colombianos, sufrieron los rigores de La Niña. Y hoy se preparan para su regreso, pese a que sus efectos en cultivos, barrios, vías y laderas todavía siguen siendo visibles.

Hace tres meses, los habitantes del norte del Valle, al igual que millones de colombianos, sufrieron los rigores de La Niña. Y hoy se preparan para su regreso, pese a que sus efectos en cultivos, barrios, vías y laderas todavía siguen siendo visibles.De hecho durante esta semana las lluvias han vuelto a caer en la región, situación que ha dificultado la culminación de algunas obras de mitigación que adelanta la CVC y que ha hecho que vuelva la zozobra a los agricultores y la comunidad en general.Andrés Arango González, un sembrador de soya en el municipio de La Victoria da fe de ello. La razón es que él y otros siete campesinos perdieron todos sus cultivos, a raíz de las fuertes lluvias que cayeron a finales del 2010 y a la fecha no ha tenido ninguna ayuda concreta para sobreponerse a esa calamidad.Y es que en esa localidad del norte del departamento la situación sigue siendo grave, puesto que una de las rupturas del dique que causó la inundación de más del 40% de la localidad está ubicado en un predio asignado a la Dirección Nacional de Estupefacientes, DNE.Por ello, explicó el ingeniero de la CVC Julián Ramiro Vargas, no hay claridad sobre la fuente de los recursos y la manera de invertirlos en este terreno conocido como Las Margaritas.De todas maneras, indicó que ya se tapó el boquete que el río Cauca le hizo al canal a lo largo de más de 30 metros, pero que el riesgo persiste por el mal estado del dique a su paso por esta finca, lo que podría causar una nueva inundación.Otros riesgosPero la preocupación no es sólo de los victorianos. Habitantes de las veredas El Pleito, Molina y Juan Díaz, en Obando, tienen la misma inquietud con respecto al regreso de las lluvias, más cuando allí se deben reubicar al menos 40 familias que viven sobre el canal, el mismo que amenaza con romperse de nuevo si el caudal del río supera la cota de inundación, que en esa zona es de 9 metros.De igual forma, Hugo Fernando Zapata, director de la CVC Dar Brut, informó que fueron más de diez los huecos que presentó el canal en Roldanillo, Bolívar, Obando y La Victoria, dejando al menos 35.000 hectáreas de terreno anegadas y miles de familias afectadas.Si bien las obras de taponamiento han avanzado en un 95%, el riesgo continúa, puesto que, según él, las principales afectaciones para el canal son los árboles plantados en las coronas y los taludes, la hormiga arriera que los socava y los asentamientos humanos que están sobre el dique o en sus zonas protectoras.Con respecto a este último punto, el Director de la Dar Brut sostuvo que esta semana se iniciarán los requerimientos legales para empezar los desalojos, tal como lo determinó el presidente de la República, Juan Manuel Santos.No obstante, serán los alcaldes los que gestionen ante el Incoder los recursos necesarios para ese traslado. John Mario Vélez, mandatario de Obando y presidente de la Asociación de Alcaldes del Valle, celebró que los cinco municipios del Norte que padecen este problema ya entregaron la información necesaria para la entrega de esos dineros, por lo que considera que en poco tiempo podrán cumplir con esa disposición.Por ejemplo, sólo en los sectores de Guayabal, La Candelaria y Tierrablanca hay cerca de 80 familias asentadas sobre el dique de Asorut, situación que para la autoridad ambiental significa que hay un problema social grave que se suma a la situación de desplazamiento y desempleo que ya se registraba en la zona. Una muestra de ello es Toro. Únicamente allí hay más de 700 personas sin trabajo a causa de los estragos causados por la última temporada invernal del 2010, denunció el alcalde Rodrigo Garay.De todas maneras, para el gerente del distrito de riego, Antonio José Gordillo, lo más urgente es la intervención del dique de Asorut, porque el río está a 75 centímetros de desbordarse.De ahí que está a la espera de que los proyectos que, por $650 millones, le entregó al Gobierno Departamental para su aval técnico, sean tenidos en cuenta lo antes posible por el Programa Colombia Humanitaria y se puedan realizar las obras lo antes posible.La montaña amenazaPero el río Cauca no es la única amenaza del Norte. Los municipios ubicados en la zona montañosa también siguen gravemente afectados por la ola invernal, especialmente por los deslizamientos y la colmatación de quebradas.José Duván Saldarriaga López, coordinador del proceso uso del territorio de la CVC Dar Norte, destacó que hasta el momento se han invertido cerca de $821.000 millones en obras de mitigación en Alcalá, El Águila, Ansermanuevo, Argelia y Cartago. Sólo Ulloa no ha tenido inversión, debido a que la Administración Municipal no declaró la urgencia manifiesta. Pero, pese a la millonaria inversión, el ingeniero Saldarriaga señaló que los terrenos en esta región del departamento son muy sueltos y que se requieren estudios detallados para hacer obras que les den una estabilidad total.“Acá se están mitigando los sitios más neurálgicos, pero a la luz de la nueva reglamentación vamos a realizar un estudio para definir cuáles serían las obras de estabilización de todo el norte del Valle”, precisó.Es así como continúa latente el riesgo en Alcalá, con la tubería del acueducto Marabeles, de la vereda el Dinde; en El Águila esperan iniciar las obras esta semana y en la zona rural localizada entre Cartago y Obando aún continúa la inundación, ya que únicamente se ha evacuado el 65% del agua, es decir, cerca de 5 millones de metros cúbicos.De igual forma, queda pendiente atender otros frentes de trabajo como la cárcava Tejares, que tiene en riesgo la mitad de la población de El Cairo; la cárcava Montebello, en El Águila, que también presenta dificultad en la zona rural entre La María y Montebello, y en El Dinde, en Alcalá, por donde pasa una falla geológica que se reactiva con frecuencia.Por eso, no sólo en la parte montañosa sino también en la zona plana del Norte, se espera que en la segunda fase de las obras de mitigación, en la que se invertirán otros $14.000 millones en todo el departamento, se puedan realizar las obras que dejarán blindada la región frente a emergencias invernales futuras.Éstas deberán incluir la terminación del dique en La Victoria, la intervención integral del dique de Asorut, para lo cual la Universidad del Valle ya adelanta los respectivos estudios; la atención de las cárcavas en El Cairo y El Águila y la reubicación de Puerto Nuevo, en Versalles.Sólo de esta manera, según algunos expertos, se evitaría que el norte del Valle ocurra una tragedia al estilo Armero.

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