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Íngrid Vidal, una palmirana en la cima del fútbol mundial

A sus 19 años, esta hija de la Villa de las Palmas alcanzó con la Selección Colombia Femenina, categoría Sub 20, el puesto más alto al que ha llegado un equipo nacional. La delantera y sus compañeras fueron cuartas en el mundial disputado el pasado mes en Alemania. Perfil de una joven talentosa y sencilla.

9 de agosto de 2010 Por: Andrés Felipe Álvarez | Palmira Hoy

A sus 19 años, esta hija de la Villa de las Palmas alcanzó con la Selección Colombia Femenina, categoría Sub 20, el puesto más alto al que ha llegado un equipo nacional. La delantera y sus compañeras fueron cuartas en el mundial disputado el pasado mes en Alemania. Perfil de una joven talentosa y sencilla.

A sus 19 años, esta hija de la Villa de las Palmas alcanzó con la Selección Colombia Femenina, categoría Sub 20, el puesto más alto al que ha llegado un equipo nacional. La delantera y sus compañeras fueron cuartas en el mundial disputado el pasado mes en Alemania. Perfil de una joven talentosa y sencilla.Mi segundo encuentro con Íngrid Vidal fue en la cancha del Rivera Escobar, el estadio que la vio nacer como una de las grandes promesas del deporte rey en Colombia. Dos años atrás, en el mismo escenario, narraba sus expectativas por el viaje que emprendería hacia Nueva Zelanda para encarar su primer mundial de fútbol en la categoría sub 17.Ahora, luego de ser el centro de atención de los medios de comunicación durante un mes, Íngrid regresa de Alemania tras escalar el peldaño más alto que equipo colombiano alguno haya logrado alcanzar: esta palmirana y sus compañeras ostentan con orgullo el rótulo de ser la cuarta mejor selección del mundo en la categoría sub 20.Pero los logros y el reconocimiento en nada cambiaron a la niña que siempre estuvo dispuesta a conceder una entrevista con una sonrisa, que cuenta de forma amistosa sus experiencias internacionales y que no puede ocultar el brillo de sus ojos color miel cada que habla de su ciudad y del amor por su camiseta, por su familia y por Dios.Para Íngrid, el secreto del éxito de su equipo es el trabajo con humildad y honestidad. "No nos engañamos a nosotras mismas y tratamos siempre de cumplir al pie de la letra las exigencias del cuerpo técnico. Además, jugamos por amor a una camiseta y a un país, no por plata”, manifestó la delantera de la Selección.Según dice, Alemania es un país encantador, con gente muy amable y con todo en el lugar donde tiene que estar. Pero como sucede en cada viaje, la mayor parte de la alegría se la entrega el regreso a casa. La comida, el clima y sentir el cariño y el apoyo incondicional de su familia son las cosas que más extraña al estar lejos de su tierra.A la pregunta de ¿qué significa para ella ser palmirana y estar en un lugar privilegiado en este momento?, la respuesta es muy sencilla: “Eso es lo más bonito de todo”.Íngrid asegura que le gusta ser la prueba de que la 'Villa de las Palmas' es cuna de talentos y que con dedicación y esfuerzo todo es posible.Dos escalones más arriba de la gradería del estadio, Estela Isaza, su madre, escucha atenta cada respuesta que da y la corrige en fechas y cifras.No puedo dejar de preguntarle qué siente cada que ve a Íngrid entrar a la cancha y cómo se vive la fiesta de los partidos en su casa. "El orgullo que siento es inmenso. Nunca pensé que mi niña fuera a llegar tan lejos”, agregó y contó que su casa se llena de gente ataviada de camisetas tricolor sin importar la hora en que su hija juegue.Antes de partir rumbo al aeropuerto, en busca de su equipaje extraviado, Íngrid Vidal habla de un futuro sin afanes, en el que quiere estudiar, al tiempo que aprovecha sus capacidades con el balón. “He recibido propuestas de universidades y equipos internacionales. Por ahora quiero descansar un momento de las competencias y estudiar con calma todas las ofertas”, concluyó la talentosa jugadora.

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