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Las prácticas en laboratorio son una constante en el ejercicio académico, para permitirle al estudiante explorar materiales y residuos e innovar para obtener resultados que aporten al desarrollo de la región. | Foto: Fotos: Especiales para El País

Ingeniería bioquímica, el futuro del Valle

Dado el potencial que tiene el departamento por su alta vocación agrícola, esta carrera en la Universidad Icesi busca aprovechar diversidad de residuos para desarrollar nuevos productos.

28 de mayo de 2017 Por: Por Adriana González, integrante del semillero UAO-El País

El potencial bioquímico del Valle del Cauca ha fijado el departamento en la mirada de países pioneros en el tema. Es el caso de Holanda, cuya Organización Holandesa para la Investigación Científica Aplicada (TNO), firmó un convenio con la Universidad Icesi, la única institución de educación en la región que oferta la carrera de Ingeniería Bioquímica.
El acuerdo de cooperación por cinco años incluye proyectos en valorización de biomasa, intercambio de personal y de conocimientos. “Este convenio tiene un altísimo potencial para el Valle del Cauca, para agregarle valor a la biomasa. Científicos de TNO de Holanda están trabajando con científicos colombianos para fortalecer este sector de la región” aseguró Francisco Piedrahita, rector de la Universidad Icesi.
La carrera que desde hace cuatro años integra los posgrados ofrecidos por la Universidad Icesi, sigue el modelo de enseñanza CDIO usado por reconocidas universidades como Harvard, Stanford y el MIT.
“Conscientes del potencial de la región, trabajamos para dar soluciones a diversos sectores productos. A medida que la ciencia evoluciona, la industria busca generar nuevos bioprocesos y productos con mayor valor agregado”, comenta Carolina Orozco, directora de la carrera.
Es por ello, agrega la docente, que en este momento se pueden emplear agentes biológicos, como bacterias, hongos, microalgas, enzimas y otros, con los cuales la ingeniería bioquímica puede aportar a los procesos industriales de Colombia, “en especial para la región del Valle del Cauca, que se caracteriza por liderar la industria del azúcar y el sector agricultor”.
“Es importante apostar a formar estudiantes que aporten al sector económico de base biológica en el país. Un sector poco explorado a nivel nacional”, sugiere Nelson Caicedo, ingeniero químico con doctorado en bioprocesos y quien dirige el semillero estudiantil de Ingeniera Bioquímica en la Universidad Icesi. Allí los alumnos realizan investigaciones usando micro-algas, hongos, bacterias, linaza y caña para generar nuevos aportes a la sociedad.
Este nuevo programa académico obedece a atender un potencial del Valle del Cauca, principal productor agrícola del país, para aprovechar los residuos orgánicos sobrantes tras los procesos agrícolas e industriales, que ahora están siendo transformados mediante procesos bioquímicos en nuevos productos que generan un valor agregado en las industrias y posicionan al departamento como la región con mayor potencial bioquímico de Colombia.
Los residuos biológicos producidos por las industrias del Valle del Cauca son convertidos en nuevas fuentes de energía, biocombustibles, drogas farmacéuticas e inclusive textiles.
Por ejemplo, la industria azucarera, propia de la región, produce bioetanol un combustible orgánico que surge tras aplicar bioprocesos, procesos de transformación basados en reacciones químicas, al bagazo de caña de azúcar.

El 20.3 % del Producto Interno Bruto (PIB) del Valle del Cauca, depende de los sectores basados en transformaciones bioquímicas, según el Centro de Investigación en Economía y Finanzas (CIENFI) de Universidad Icesi.

El combustible derivado de la caña de azúcar es amigable con el medio ambiente, al ser usado reduce las emisiones de gases efecto invernadero en un 74% y las emisiones de monóxido de carbono e hidrocarburos totales de los gases de escape de los vehículos, al tiempo que eleva el octanaje del combustible.
Manuelita Azúcar S.A produce 75 millones de litros de bioetanol al año que se comercializan a distribuidores nacionales de combustibles dentro del plan de mezclas del Gobierno de Colombia con el fin de oxigenar la gasolina y diesel proveniente de combustibles fósiles. “La cogeneración de energía es clave para Manuelita”, afirma Harold Eder, presidente de esa compañía.
Así mismo, el aceite de palma está siendo convertido en biodisel, el coco en fibras naturales biodegradables que reemplazan el plástico y demás procesos de innovación industrial que mejoran la competitividad en la región.
El aprovechamiento de materias primas para la mejora de procesos existentes o la obtención de nuevos productos, es posible gracias a la ingeniería bioquímica que también abre la posibilidad de encontrar nuevas fuentes alimenticias, crear nuevas tecnologías y elaborar procesos de descontaminación del medio ambiente.
De ahí que hay 243 estudiantes inscritos en el programa académico Ingeniería Bioquímica, el 63% de ellos, son mujeres. Como María José Méndez, estudiante de cuarto semestre, que aspira a crear su propia línea de maquillaje basándose en procesos bioquímicos que le permitan obtener el maquillaje de nuevas materias primas y así innovar en el mercado.
O Claudia Sichel, quien cursa tercer semestre, asegura que el campo de la ingeniera bioquímica representa un reto constante. “Es un campo exploratorio, el reto está en crear e innovar constantemente” afirma.
En los últimos semestres, la acogida de la carrera ha aumentado en un 112%. Buscando fortalecer el sector, la Universidad Icesi se tendrá próximamente una infraestructura complementaria con Laboratorios de Procesos Químicos, Termodinámica y Fluidos, además de una planta piloto, que permitirán abrir espacios de investigación y educación más especializados y con tecnología de punta que aporten al Valle del Cauca en sus procesos bioquímicos.

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