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Familias damnificadas por el invierno en el Valle del Cauca viven a la intemperie

Debido a que el nivel del río Cauca permanece alto, las familias cocinan y duermen en la calle.

27 de enero de 2012 Por: Redacción de El País

Debido a que el nivel del río Cauca permanece alto, las familias cocinan y duermen en la calle.

Las lluvias que cayeron en el suroccidente del país hace cuatro días siguen causando estragos. Las crecientes súbitas de algunos ríos ya dejan en Cali, Candelaria y Jamundí más de nueve mil familias damnificadas.Ayer terminaron de ser evacuadas más de cien familias que viven en la entrada del norte de Jamundí, donde el agua alcanzó los dos metros de altura. Los habitantes de diez barrios tuvieron que ser rescatados por el Cuerpo Voluntario de Bomberos en volquetas y tractores.El alcalde Jhon Freddy Pimentel informó que en su municipio hay 7.500 damnificados y en la zona rural se han presentado más de 30 derrumbes.“Ya se firmó un compromiso de ayuda con la Dirección Nacional de Gestión de Riesgos para adelantar un proyecto habitacional y reubicar a 200 familias que están en alto riesgo”, precisó el Mandatario.En la vereda Puente Vélez, de Jamundí, la comunidad sigue temerosa porque aunque ya no está lloviendo, las montañas siguen presentando derrumbes.“El lunes llovió todo el día y el martes amanecimos con la tragedia. Mi vecino José vivía sólo en su casa y en la mañana no estaba su rancho. Él tampoco aparece”, narró Jorge López, habitante de la vereda.Del puente para allá30 toneladas de ayudas llegaron a Cali desde el pasado miércoles y parte de ellas fueron entregadas ayer a las personas que están padeciendo los estragos generados por los desbordamientos del río Cauca.En Puerto Nuevo, uno de los sectores históricamente afectados, la comunidad está viviendo en la calle y bajo carpas. Ayer, pasado el mediodía, algunas mujeres se reunieron para hacer ollas comunitarias y alimentar a sus familias.Celia Triviño dijo que 30 años en la misma situación son insoportables. “El Municipio debería derribar todas estas casas y rellenar el terreno para poder construir sin peligro”, propuso la mujer.El País recorrió en canoa el sector y la mayoría de las casas están totalmente deshabitadas. El olor a podredumbre y los mosquitos es el factor común en los barrios.Lucho, quien estaba ayudando a evacuar enseres en lancha, comentó que muchos han abandonado sus viviendas porque no aguantaron más la situación. “Pasamos mojados todo el mes de diciembre. Y hasta la tercera semana de enero tuvimos una tregua, pero ahora todo esta cubierto de agua. La felicidad nunca es completa”.En Juanchito, Candelaria, al otro lado del río, el panorama fue similar. La Policía Comunitaria logró reunir alimentos donados por la Central de Abastos, Cavasa; Pollos Bucanero y supermercados y panaderías de Cali y Candelaria.“Un total de 600 porciones se lograron preparar y también se han hecho actividades lúdicas para lograr que la gente disminuya su nivel de tensión, porque muchos están estresados ya que el río no baja su nivel”, dijo el teniente Efraín García, comandante de la Policía Comunitaria de Cali.

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