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En Buenaventura el hospital está tan mal que perdió hasta los pacientes

El Hospital Departamental de Buenaventura es un paciente crítico cuya dolencia es una profunda crisis financiera. Urge intervención de la Supersalud.

30 de septiembre de 2013 Por: Elpaís.com.co

El Hospital Departamental de Buenaventura es un paciente crítico cuya dolencia es una profunda crisis financiera. Urge intervención de la Supersalud.

En el Hospital Departamental de Buenaventura no hay droga para tratar una úlcera, un espasmo o para detener el vómito. Médicos y enfermeras trabajan a media luz en la sala de urgencias, hay menos camas y menos gente para atender en todas sus áreas.Hay muchos más problemas. Los 130 trabajadores de planta no reciben sueldo hace seis meses y el 40% de la planta física está sin servicio por su deterioro. En la entidad, la humedad se come las paredes, el abandono acaba con el mobiliario y las deudas impiden que esto se detenga. Esta es una crisis que, como dicen sus directivas, ya tocó fondo.Es un hospital moribundo que incluso carece de pacientes: la población atendida bajó en los últimos meses en un 35 %. Hoy, caminar por el Departamental es como recorrer un hospital fantasma.“Hace algunos años atendíamos hasta 300 mujeres embarazadas al día, pero ahora solo llegan siete o 10 de ellas. Nuestra capacidad se ha reducido”, dice Carlos Lemus, médico del área de Ginecología. En Urgencias se reciben 30 enfermos diarios, atendidos por 12 enfermeras y ocho médicos. Antes, dice Adriana Marcela Pérez, subgerente Científica del Hospital de Buenaventura, eran doce los especialistas que trabajaban en esta unidad, pero se fueron por falta de pago. La deuda por salarios a la fecha es de $6.000 millones.Allí, dicen enfermeras, se trabaja con las uñas, con carencias de medicamentos e insumos. Para sortear esto, desde la Farmacia, Dora Alegría, encargada del área, asesora a los médicos para que puedan tratar a sus pacientes con lo poco que hay. “Les digo cuáles tenemos o con cuales otros podemos reemplazarlos. Si definitivamente no hay, se le dice a los familiares de los pacientes que los compren afuera. Creemos que todo va a mejorar”.Este es un hospital que debe comprar unidades de sangre en Bogotá, Medellín o el Eje Cafetero, porque el banco de sangre instalado en su interior resultó siendo inviable desde hace algunos años. Es una casa de salud que por falta de recursos para gasolina y pólizas no puede movilizar sus dos ambulancias. El problema de Departamental se torna cada vez más oscuro. Y es literal porque cada día se funden luminarias que no son reemplazadas. Pasa en Urgencias, donde los médicos se ayudan abriendo las ventanas para ver mejor a los pacientes dispuestos en camillas oxidadas y hasta en sillas plásticas.“Yo no sé por qué alguien no le mete plata a esto. ¿Se imagina que nos cierren el Hospital? eso es como cortarle las piernas a los pobres de Buenaventura y a toda esa gente que viene del Pacífico. Con esta falta de plata ¿usted cree que podemos ir hasta Cali?”, se pregunta Adelina Palma, usuaria de Urgencias. Ocho años sin mantenimientoHay 200 luminarias qué cambiar a lo largo y ancho de los 15.970 metros cuadrados del Hospital Departamental, incluyendo las bombillas que servirían para dar calor a los recién nacidos a través de fototerapia, pero que hoy no sirven. Pero no hay plata, dice Jaime Caicedo, coordinador del área de Mantenimiento de la casa de salud, y si la hubiera lo mejor es ejecutar una reposición de las redes instaladas hace más de 30 años. “Cuando se nos va la luz, tenemos que cuadrar manualmente los circuitos y hay que priorizar qué dependencias quedan iluminadas: Urgencias, Laboratorio, Hospitalización, el resto, a oscuras”, explica.Lo mismo pasa con el abastecimiento de agua. De las tres bombas que surten los cuatro pisos en los cuatro bloques del hospital, solo una está funcionando. “Cuando esto pasa, toca llenar tanques y el personal, a veces, debe sacar el agua que se necesite con baldes”, indica Caicedo.El ingeniero Julio Gómez, director de Recursos Físicos y Administrativos del Hospital, dice que la humedad y la falta de adecuaciones obligaron a reducir el número de camas disponibles, de 229 a 69 en los últimos 13 años. “Tenemos muchas zonas vacías porque por su deterioro y falta de elementos no pueden utilizarse”.Hoy, en dos de los cinco quirófanos de la institución no se puede operar porque faltan aires acondicionados. “El calor hace que las bacterias se reproduzcan rápido. Hay alto riesgo de infecciones”, advierte Yamileth Guirán, enfermera Jefe del área de Cirugía.Dice Gómez que desde el 2012 se presentaron tres proyectos ante Minsalud y la Gobernación del Valle para reforzamiento estructural y adecuación de este edificio al que desde hace ocho años no se le realiza mantenimiento.“Pero para esto hay que presentar el certificado de tradición del terreno y no lo tenemos. Hoy no hay certeza en la propiedad del predio”, dice Esmirna Herrera, gerente encargada del Hospital.No hay otro remedio para este hospital, paciente crítico, que no sea intervenirlo y liquidarlo. “Lo que sí vamos a garantizar es que permanezca abierto para los usuarios. Esperamos que en un par de semanas la decisión de intervención ya sea un hecho por parte de la Supersalud”, aseguró Fernando Gutiérrez, secretario de Salud del Valle.

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