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En Buenaventura, dos madres 'velan' a sus hijos sin tener sus cuerpos

Las madres de dos jóvenes desaparecidos decidieron apelar a la vieja tradición de 'velarlos' para que aparezca, ya sea vivos o muertos.

13 de febrero de 2012 Por: Yesid Toro | Reportero de Q’hubo

Las madres de dos jóvenes desaparecidos decidieron apelar a la vieja tradición de 'velarlos' para que aparezca, ya sea vivos o muertos.

Desesperadas ante la desaparición de sus hijos, dos madres decidieron velarlos. Dicen que con ello esperan que regresen, vivos o muertos.Sin estar oficialmente muerto, a Jeferson Erney Perea Castañeda ya lo velaron. Su familia decidió comprar un féretro, adornar la sala de la casa y poner una corona floreada con la esperanza de que así el joven regrese vivo o muerto. “El ‘ritual’ no es extraño”, cuenta la madre del joven, quien lleva nueve días desaparecido. “Lo que hacemos se llama cuerpo ausente, que consiste en realizar el velorio sin el cadáver y después hacer la novena, según las creencias, pues esto ayuda a que las personas aparezcan bien sea vivas o muertas”, dijo con una extraña resignación Teresa Castañeda, madre de Jeferson. El joven, de 19 años de edad, salió de su casa en el barrio El Firme, en Buenaventura, el pasado 3 de febrero a las 11:30 de la mañana. Nunca regresó.Ese día también desapareció Jerson Fabián Rodríguez Riofrío, de 19 años y vecino de Jeferson. “Se fue como a las 6:00 de la tarde, pero no dijo nada. Al día siguiente nos dimos cuenta que ambos estaban ausentes”, contó angustiada Zoraya Riofrío, madre de Jerson. Luego de instaurar la denuncia oficial por desaparición ante la Fiscalía, ambas madres aguardaron hasta el sábado, cuando se cumplieron ocho días de las extrañas desapariciones. “Digo extrañas porque ellos no acostumbraban a irse así, sin decir nada”, anotó Zoraya. El sábado en la mañana ambas madres apelaron a la tradición. Esa que cuenta que si al cumplirse una semana de la desaparición el ser querido no vuelve, entonces hay que velarlo en cuerpo ausente. “Puede sonar cruel, pero es así como creemos que van a volver. Y queremos que regresen vivos o muertos, porque a pesar de que deseamos verlos con vida, sabemos que las cosas en Buenaventura están muy peligrosas y que muchos jóvenes se están perdiendo”, dijo Teresa, mientras miraba la fotografía de su hijo dentro del ataúd. Y puede ser que el velorio en cuerpo ausente haga parte de una tradición, pero a la vez refleja el drama que vive el Puerto por causa del flagelo de las desapariciones. El año pasado la Organización para las Naciones Unidas, ONU, mostró su preocupación ante este fenómeno. En Buenaventura, la Personería ha recibido cerca de 1.100 denuncias desde 1996.“De estas personas, 454 seguían desaparecidas a mediados de 2011, casi la mitad de quienes fueron reportadas”, revela un informe que la Personería le presentó el año pasado a la ONU, a la Defensoría del Pueblo en el Valle del Cauca y a otras instituciones. Muchas de estas desapariciones han sido atribuidas a la presencia de paramilitares, Farc y bandas criminales. Pero tanto Zoraya como Teresa esperan que ninguno de estos grupos se haya llevado a su muchachos. “Así tengamos que velarlos cada semana, lo haremos hasta que regresen”.

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