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El Obrero sigue luchando contra el caos y el ruido

Desde hace años, la rumba en uno de los parques más tradicionales de Palmira trasnocha a los vecinos, quienes creen que una tutela podría devolverles la tranquilidad.

12 de julio de 2010 Por: Andrés Felipe Álvarez | Palmira Hoy

Desde hace años, la rumba en uno de los parques más tradicionales de Palmira trasnocha a los vecinos, quienes creen que una tutela podría devolverles la tranquilidad.

“No hay mejor lugar para rumbear en Palmira que el Parque Obrero. Uno pone la música que quiere, el trago se consigue barato y la farra al aire libre es preferible que estar encerrado en una discoteca”, manifestó Juan Pablo Londoño, de 28 años, que sostiene una botella de ron en su mano mientras con la otra programa música en el equipo de su carro, estacionado a un lado de uno de los íconos de la Villa de las Palmas.Pero lo que para Juan Pablo, sus amigos y cientos de palmiranos más se ha convertido en una de las mejores alternativas de diversión nocturna durante los fines de semana, para la familia de Eugenia Vélez y al menos un millar de personas más es una pesadilla que los mantiene despiertos desde hace más de ocho años.Según los vecinos del parque ubicado en uno de los barrios más antiguos de la ciudad, allí se ha conformado una ‘zona rosa’ llena de carros con sus cajuelas abiertas, equipos de sonido a todo volumen y cientos de personas consumiendo licor y alucinógenos.Incontables quejas, peticiones de intervenciones definitivas a varias administraciones municipales y vecinos que han optado por abandonar sus residencias al no encontrar ayuda han sido la constante en este tradicional sector de Palmira. Para el veedor ciudadano William Marmolejo, los males principales que afectan al Obrero son la falta de cultura ciudadana y la negligencia de la Administración Municipal para hacer respetar el derecho constitucional del goce al ambiente sano hacia esta comunidad.“Si bien hay que reconocer que en este momento el impacto ha disminuido por los operativos de las autoridades, también hay que recordar que ésta no es la primera vez y que siempre hemos vuelto al mismo problema”, aseguró.El veedor enfatizó que durante las noches de rumba en el parque se violan un sinnúmero de leyes, como la que prohíbe el parqueo en espacios públicos, la circulación de motos entre las 11:30 de la noche y las 5:00 de la mañana, la presencia de menores de edad en las calles a altas horas de la noche y la venta y consumo de alcohol y alucinógenos en la vía pública, entre otras.“No pretendemos que se acabe el comercio en el parque, simplemente pedimos respeto a la tranquilidad y el sueño de ciudadanos que pagan sus impuestos y merecen ser escuchados”, precisó.Un censo adelantado por la Junta de Acción Comunal del barrio reveló que son cerca de 1.200 las personas que se declaran afectadas por la contaminación auditiva y los desmanes que cada fin de semana tienen lugar en el parque y sus alrededores.Hablan las autoridadesRafael Uribe, jefe de la Oficina de Protección al Consumidor y Control al Espacio Público, aseguró haber sido testigo de desmanes que estaban convirtiendo al Obrero en un monstruo difícil de controlar.Según él, presenció actos como consumo y venta de drogas, niveles de ruido exacerbados y hasta los famosos ‘piques’, carreras ilegales de motocicletas en las cercanías del parque.“Por fortuna, la situación ha cambiado desde hace más de dos meses y se ha puesto orden al sector. Se siguen escuchando peticiones de los vecinos, pero reconocen que sí se ha actuado”, manifestó.Por su parte, el mayor Alexánder Salazar, comandante de la Estación de Policía Palmira, aseguró que cada fin de semana tiene dispuestos operativos entre las 10:30 de la noche y las 6:00 de la mañana y que los mismos han dado como resultado capturas por expendio de droga y hurto, además de lograr el desalojo de los andenes del sector. La secretaria de Movilidad de la localidad, Nancy Estela Delgado, sostuvo que ha reforzado los operativos y aumentado el pie de fuerza de agentes y reguladores de tránsito para levantar vehículos y sancionar a conductores que no porten documentos y se encuentren en estado de embriaguez.“Todo esto ha logrado que la gente que sale de bares y discotecas no llegue al parque para evitar ser sancionada, lo que beneficia a la comunidad que reside en los alrededores, que ahora puede gozar de mayor tranquilidad”, agregó.Aunque los vecinos y los comerciantes legalizados del parque reconocen que en el sector se siente una relativa calma, aseguran que esa no es la solución definitiva que reclaman para tan complicada problemática.Medidas como la peatonalización de esta zona del Obrero o la implementación de campañas de cultura ciudadana en las discotecas de Palmira y en el propio para que la gente aprenda a respetar el sueño de los vecinos, han surgido de reuniones comunales.Sin embargo, al no ver atendidas de forma integral sus solicitudes, los habitantes del Obrero contemplan acciones como interponer una acción de tutela, realizar protestas en la plaza pública y declararse en desobediencia civil no pagando impuestos hasta que el caos que se vive en el parque sea contrarrestado en su totalidad.“Mientras no sea constante la acción interinstitucional entre las secretarías de Gobierno y Movilidad, la Policía y Bienestar Familiar, la problemática va a persistir. Pero no es mucho lo que esta comunidad va a aguantar y la Administración tendrá que cumplir con su función de velar por el bien común”, sentenció el veedor Marmolejo.

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