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Dramáticos testimonios de personas que consumieron licor adulterado en Palmira

Algunos intoxicados admitieron que el trago tenía un sabor raro. Mareos, vómitos con sangre, dificultad para respirar, visión borrosa y convulsiones, algunos de los síntomas.

21 de septiembre de 2011 Por: Redacción de El País Palmira

Algunos intoxicados admitieron que el trago tenía un sabor raro. Mareos, vómitos con sangre, dificultad para respirar, visión borrosa y convulsiones, algunos de los síntomas.

Diego Fernando Torres, de 30 años, cree que su fe en Dios lo salvó de morir como le ocurrió a otras cuatro personas que ingirieron licor adulterado el pasado fin de semana en una fiesta en Palmira. Una de las víctimas fatales fue su cuñado Juan Vicente Primero Silva.A su fe le atribuye el hecho de que a pesar de que consumió el trago "no tuve ningún síntoma, pero al ver las noticias decidí venir al hospital. Me han puesto tres bolsas de suero y los exámenes me salieron mal. El médico me dijo que ya se me estaban comprometiendo los riñones y por eso no me han dado de alta". Este trabajador de una compraventa explicó que el viernes pasado, después de la jornada laboral, se dirigió con un grupo de compañeros a un sitio ubicado en la vía a Candelaria, a tomarse unos tragos, sin saber la tragedia que les esperaba. “Eran aproximadamente las 6:30 p.m. cuando con el grupo de trabajo de nosotros que somos unas ocho personas, nos reunimos en un lugar que no tenía nombre. Lo iban a inaugurar. Unas muchachas pasaron repartiendo volantes anunciando la apertura del lugar. Llegamos y compramos unas cervezas y después pedimos una botella de aguardiente. Cuando la destaparon yo la probé y les dije esto estaba como raro, porque uno ya venía con esa psicología de que en Palmira están vendiendo licor de alambique. Me tomé el primero y después el otro, pero no quise más y me fui a comer una picada con dos amigos más. Cuando regresamos ellos ya llevaban botella y media", relató el afectado. Luego admitió que tomó otro trago, "pero me entró el desespero y decidí irme para la casa, los otros dos muchachos se vinieron conmigo. Ellos siguieron como hasta las 2:30 a.m. Mi cuñado Juan Vicente Primero llegó a la compraventa, le cambió el aceite al carro, tomó un gatorade y me dijo, “ve estoy hasta bien, no me hizo daño el trago” y salió para Andalucía. Allá, en el Tamboral, estaban de fiesta, pero cuando llegó le dio dolor de cabeza y vómito y lo llevaron al hospital de Andalucía donde le aplicaron una inyección y lo mandaron para la casa". "El domingo, a la madrugada, se puso verde y lo remitieron a Tuluá donde le dieron dos paros respiratorios y entró en coma. Después nos dimos cuenta de que otros compañeros también estaban mal. Luis Mario Ospina también está en coma; Víctor Manuel está en Cali, con diálisis y mal de los ojos; una muchacha que había en el mismo lugar, aunque no estaba en la mesa con nosotros, murió el domingo. Otra perdió la vista y creo que había una más", añadió Torres.Con muerte cerebralEn estado de muerte cerebral se encuentra Luis Mario Ospina, de 32 años, otra de las personas que ingirió licor fraudulento. Su esposa Helen Cobo, de 23 años y con cuatro meses de embarazo, narró que "él llegó a la casa a las 4:00 a.m. del sábado se acostó y al mediodía que se levantó empezó con los síntomas: vómito muy intenso que no lo dejaba comer, ni tomar nada. Luego visión borrosa y decía que veía como lucecitas, se sentía deshidratado". "A las 7:30 p.m. se sintió muy mal y lo llevamos al hospital Raúl Orejuela, allá le aplicaron una droga porque pensaron que era guayabo. Nos fuimos otra vez para la casa y media hora después se puso malo. Como a la 1:00 a.m. me dijo que no podía más; le faltaba la respiración, gateaba para ir al baño y el vomito muy horrible. Me pidió que lo llevara al hospital, él le dijo al médico que había tomado trago y que ese trago estaba malo, porque él se sentía mal. Le dijo que no era un guayabo como los que siempre había sentido. El médico lo revisó pero dijo que la respiración estaba bien y que era un guayabo. Le puso suero y lo dejó en observación. Después mi esposo se puso muy mal, pero no lo atendían", añadió."Respiraba con mucha dificultad y empezó a botar babaza por la boca. Había otra joven igual y cuando le dieron salida convulsionó cuatro veces hasta que se quedó quieta, entonces los médicos corrieron, pero ya era muy tarde. Ella murió y mi esposo ya no tenía signos. Lo llevaron a la Unidad de Cuidados Intensivos Dumian, y el médico de allí me dijo que hubo negligencia en el área de urgencias, porque a mi esposo le dio un paro y no supieron decirle cuándo, ni cuánto le duró. Él está en coma. Ellos no hicieron nada, lo dejaron tirado en una camilla", manifestó la mujer."Aún tengo mareo"Gloria Milena Murillo López, de 31 años, madre de una joven de 16 años, otra de 14 y un niño de 4 años, recordó que "el viernes me fui a tomar con unos amigos en un sitio de la Calle 42, pero no sé a dónde porque yo no soy de aquí, soy de otro municipio. Éramos cuatro y llegamos como a las 8:00 p.m. Después de tomar como diez tragos, ya a la madrugada del sábado, me empecé a sentir muy mal y comencé a vomitar sangre. Pensé que era el licor que me había caído mal, pero que era una rasca normal. Estaba en un cuarto cuando una amiga me trajo al hospital, el sábado a las 8:00 p.m. mi amiga, Mayerly fue trasladada a Cali y está muy mal. Está ciega. Yo sigo bajo observación, pero aún tengo mareo. No quiero que nadie de mi familia se dé cuenta de lo que me pasó”.

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