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¿Cómo lograr que una empresa en declive renazca desde las cenizas?

Por factores externos o internos, compañías caleñas sortearon graves crisis que las tuvieron a punto de desaparecer, pero con perseverancia, hoy están entre las mejores posicionadas del mercado. Resurgieron de las ‘cenizas’ como el mítico Ave Fénix.

30 de julio de 2012 Por: Lobsang Salguero Barrera, publicista, Magister en Administración y docente de Icesi | Especial para El País

Por factores externos o internos, compañías caleñas sortearon graves crisis que las tuvieron a punto de desaparecer, pero con perseverancia, hoy están entre las mejores posicionadas del mercado. Resurgieron de las ‘cenizas’ como el mítico Ave Fénix.

Es de humanos equivocarse, y de sabios corregir, dice el dicho, pero cuando se aplica a las compañías, un solo error puede echar a la basura el trabajo de muchas personas.Desde el momento de la capitalización. En muchos casos se invierten dineros familiares, en otros, los capitales son asumidos entre varios socios, pero mientras unos tienden a asumir riesgos, otros no y quieren vigilar cada paso que se da con el fin de asegurarse de tener su dinero bien cuidado. Gracias a ese socio controlador y corto placista optan en la empresa por contratar al publicista más económico o que el impresor les diseñe la marca como contraprestación de la impresión. La marca nace, se consolida y proyecta. Con el tiempo quieren expandirse y se dan cuenta que su nombre comercial ya existe en Colombia o en otro país y comienzan costosos procesos legales y de conciliación, desgastando capital y tiempo.Construir el nombre e imagen de una empresa no es solamente pegar ladrillos y comprar máquinas, también es construir una marca. ¿O cuando usted piensa en su marca preferida de leche piensa en la forma como alimentan a las vacas? Usted sólo confía, y eso es lo que debe tenerse en cuenta para construir una compañía: ganar en credibilidad y solidez.Uno de los factores que atentan contra la estabilidad de las empresas es equivocarse en el proceso de mercadeo. No se tiene en cuenta al consumidor: no se adecúan los precios pensando en lo que éste puede estar dispuesto a pagar o la manera como lo quiere pagar (de crédito o contado). O no se establecen canales de distribución consultando con lo que el cliente espera. Si las empresas no conocen de cerca a su consumidor, no lo escuchan, entran en lo que se denomina “miopía del mercado”: se limitan a ver su entorno más cercano y olvidan ver el cuadro completo. Los consumidores hoy ya no son seres pasivos y en la medida en que las compañías establezcan lazos de confianza y comunicación con ellos minimizan los riesgos de rezagarse en el mercado o perecer.Si perece o entra en crisis, para que una empresa resurja tiene que dejar a un lado el orgullo, dejar de echar la culpa a los demás: a las políticas estatales, a la competencia, a la mala suerte. Debe hacer una revisión hacia adentro con franqueza y ojalá con ayuda de un tercero que no tenga apasionamientos con la compañía. Encontrar el error que se cometió implica un doble aprendizaje, una visión crítica es la mejor escuela para poder hallar el camino para volver a comenzar.

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