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Aumentan los casos de violencia intrafamiliar en Palmira

En el año 2010 se reportaron 1.564 hechos al Observatorio de Seguridad, Convivencia y Cultura Ciudadana, Osccc. Los casos más críticos se han registrado en barrios como La Emilia, San Pedro o Zamorano.

6 de julio de 2011 Por: Miguel Londoño | Redacción de El País Palmira

En el año 2010 se reportaron 1.564 hechos al Observatorio de Seguridad, Convivencia y Cultura Ciudadana, Osccc. Los casos más críticos se han registrado en barrios como La Emilia, San Pedro o Zamorano.

El surgimiento de más sitios dónde denunciar los casos de extrema agresión ha hecho que la situación de violencia intrafamiliar se vuelva más visible en Palmira.Aunque los expertos coinciden en que ninguna población está libre de que un miembro de ella presenten estados de esquizofrenia, los 1.564 hechos reportados en el 2010 al Observatorio de Seguridad, Convivencia y Cultura Ciudadana, Osccc, mantienen prendidas las alarmas de las autoridades sanitarias y policiales.El sicólogo Óscar Suárez, coordinador del Centro de Atención Integral a Víctimas, Ceai, señaló que le preocupa la alta incidencia de la violencia en barrios como La Emilia, San Pedro o Zamorano, donde hasta el pasado jueves se habían presentado 40, 57 y 67 casos, respectivamente.En el último sector fue donde, a principios del año, un agente de la Policía mató a su compañera.De su análisis, el profesional dedujo que el mayor número de incidentes se concentra en zonas que históricamente han mostrado altos niveles de pobreza, iniquidad y focos de delincuencia y consumo de sustancias alucinógenas.La información de violencia intrafamiliar en Palmira es recogida por organismos como el Ceai, la Comisaría de Familia y la Casa de Justicia, la cual es reportada al Observatorio de Seguridad, que cada año presenta un consolidado.De esta manera, se tiene que sólo el Ceai conoció de 1.802 hechos, los cuales “son muy altos para una sociedad que cada día le apunta a resolver sus conflictos de forma pacífica y razonada”.Los datos estudiados ha permitido determinar que el pico más alto de violencia se registra en la madrugada de los lunes, lo que está asociado al consumo de licor y otras sustancias durante el fin de semana.Aunque al comparar los 381 casos denunciados ante el Ceai durante el primer semestre del año con los 1.082 del 2010 se nota una tendencia a la disminución, Suárez no se siente optimista porque “aún hay muchos lugares donde el Estado no llega para atender aquellas sociedades marginadas que son caldo de cultivo para la violencia”.En cambio, para el abogado Fabio Mejía, coordinador de la Comisaría de Familia Municipal, el comportamiento de la violencia intrafamiliar al corte de junio podría estar al mismo nivel del año pasado.Según él, al terminar el primer semestre del 2011 se tenían 187 casos registrados frente a 365 de todo el 2010. Sin embargo, aseguró que no le preocupan las interpretaciones de las estadísticas, pues las mayores denuncias se estarían dando porque “hay más personas que ya conocen de un organismo que funciona las 24 horas y los siete días, donde hay profesionales capacitados dispuestos a ayudar”. Enfatizó en que la situación de violencia se ha hecho más evidente porque existen más denuncias, mejores receptores y rutas de atención a los afectados, al igual que más información y nuevos sistemas para su procesamiento.No obstante, resaltó que los casos que llegaron a graves agresiones físicas no pasaron por la Comisaría de Familia porque quizá “la víctima era una persona dependiente, emocional o físicamente, de su agresor”. Un suceso que podría ilustrar el tema es el de la mujer de 20 años de edad que el pasado jueves, a las 5:30 de la tarde, denunció a su compañero de 23 años y con quien convive desde hace 23 meses. “Estoy cansada y me he querido quitar la vida, pero él lo único que dice es que, si lo voy a hacer, lo haga ya”, reveló la joven, quien, a pesar de reconocer que es maltratada verbal, sicológica y físicamente, desistió de continuar con el proceso que se le había abierto en septiembre del 2009. Lo anterior, según el experto, implica que “se empieza casi que a aceptar la conducta violenta de su agresor”. Añadió que los casos extremos se dan porque en muchas oportunidades no se acepta la ruptura abrupta de los lazos sentimentales y se empiezan a construir imaginarios que, sumados a una baja autoestima, hacen que se caiga en un estado casi demencial que termina con acciones nefastas. Y que los casos que precipitaron homicidios se presentan por la acumulación de hechos que no se denuncian.De acuerdo con datos de la Comisaría de Familia, el 85% de las personas afectados son mujeres, mientras que tanto víctimas como agresores están en un 65% en la franja de edad comprendida entre 18 y 35 años, generalmente con un grado de escolaridad de secundaria. Cuando la edad entre las parejas es un muy similar, se presenta un mayor nivel de violencia. Si la diferencia es más grande, los conflictos entre parejas tienden a desaparecer.Aunque la agresión que más se presenta es la verbal-sicológica, con un participación del 67%, para Mejía es tan dañina como la física, por los graves traumas que genera en quien la padece.No obstante, esta última forma de violencia física se está caracterizando por golpes y heridas con objetos cortopunzantes y hasta por homicidios con arma de fuego.Tatiana Casas, comisaria de Familia de la Casa de Justicia de la Comuna 1, que encierra varios barrios deprimidos de la Villa, reveló que entre el 1 de octubre y el 28 de mayo se reportaron allí 115 casos de violencia intrafamiliar.Explicó que ahora acude más gente a denunciar y a buscar orientación y prevención, porque antes no tenía conocimiento de sus derechos ni dependencias cercanas dónde solicitar estos servicios.El sociólogo Andrés Betancourt, coordinador del Observatorio de Seguridad, coincidió en que “la ampliación que se ha tenido para denunciar ha permitido visibilizar más la violencia”.Sin embargo, advirtió que estos hechos siguen siendo los de más subregistro en la ciudad.Por el momento, el maltrato físico, emocional, sicológico, sexual y económico, que en muchas oportunidades se da bajo condiciones de humillación y sometimiento, continuará aflorando en la Villa, porque muchas víctimas se niegan a dejar o a perder su pareja.

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