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Oficiales y dragoneantes del Inpec compartieron su Navidad con los niños. | Foto: Especial para El País

Así se vivió la Navidad entre dragoneantes del Inpec y niños en Palmira

La experiencia fue denominada 'Día Azul' y fue dirigida a 500 niños de la comunidad del Bolo, en ese municipio.

21 de diciembre de 2017 Por: Redacción de El País Palmira

Unos 500 niños del sector del Bolo y sus alrededores, en Palmira, disfrutaron este jueves del denominado 'Día Azul', una loable labor adelantada por un grupo de dragoneantes y oficiales del Inpec, que después de haber prestado su turno de 24 horas regalan un día a menores de sectores vulnerables para llevarles una sonrisa en esta Navidad.

Esta es una actividad en el que participan no solo los uniformados, sino también particulares, empresas, comunidades internacionales como Emaus, además de la iglesia católica en cabeza del sacerdote Dimas Orozco, uno de los gestores de esta iniciativa.

Todo empezó hace dos años, recuerda el presbítero palmirano, cuando rifó tres bicicletas a unos pequeños, pero su corazón en vez de saltar de alegría por la felicidad de ellos no pudo evitar arrugarse cuando los otros menores presentes no pudieron ocultaron su tristeza.

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Ese día, al padre Dimas se le ocurrió crear un 'Bicicletón' y como capellán de la Penitenciaría de Palmira, se dio a la tarea de que los internos le ayudaran arreglando las bicicletas usadas, muchas de ellas dañadas, que empezó a recolectar entre amigos, conocidos, fieles que asistían a su parroquia en el corregimiento La Buitrera y personas de buen corazón de Palmira.

Nunca imaginó que la convocatoria tendría tal acogida: el año pasado logró recoger y reparar 250 bicicletas las cuales fueron entregadas en La Buitrera a igual número de pequeños que saltaban de felicidad.

"Son niños de comunidades muy vulnerables, del campo, algunos tenían que caminar grandes trayectos a pie para llegar a sus escuelas o hacer los mandados. Entonces esta ha sido una bonita labor que le saca a uno lágrimas de los ojos cuando ve a estos menores reír de felicidad, abrazar de agradecimiento y, lo mejor, con el apoyo de los internos y uniformados del Inpec. Todos unidos en una misma causa", señala el sacerdote.

Las bicicletas son de segunda, él no recibe nuevas. Este año aprovechó un viaje a los Estados Unidos donde logró que el movimiento Emaus le donara unas 60.

Hasta los almacenes de bicicletas de la ciudad les colaboran regalando los repuestos que requieren los velocípedos.

Adicionalmente, les llevan regalos y un compartir navideño.

"Lo hemos denominado el 'Día Azul' porque es de resaltar como este grupo de 45 uniformados, entre dragoneantes y oficiales, a pesar de estar 24 horas de turno, en una jornada extenuante en las garitas, los pasillos y en toda la cárcel, disponen sus horas de descanso para venir, muchos de ellos con sus hijos, a brindar un día de alegría a estos niños. Eso es algo realmente muy bonito", dijo el religioso.

También destacó la generosidad de Ángel David Carvajal, un niño de 7 años de edad que le regaló su alcancía donde tenía los ahorros de todo el año para que, según le dijo, "pueda comprar repuestos para las ciclas de los niños más pobres, yo tengo muchas cosas y muchos niños no tienen nada, ese es mi aporte", le aseguró el pequeño con gran solemnidad. En la alcancía había 150 mil pesos.

Por eso, el presbítero no vacila en afirmar que este es un trabajo en equipo: "Compañeros guardianes ayudándonos a recoger bicicletas, otros donando las ciclas de sus hijos; niños regalando dinero de sus alcancías y los internos sacrificando tantas cosas para poder tener las bicicletas a tiempo. También hubo gente que de manera anónima nos regaló alimentos y bebidas", subrayó el padre.

El padre Orozco no pudo evitar las lágrimas en la mañana de este jueves cuando leyó la carta escrita por uno de los internos a los niños que iban a participar de la actividad:

Carta

Hola Niño (a) Feliz.
"Cuando me asignaron esta bicicleta toda dañadita, quise sacarle el cuerpo, pero al pensar en la alegría que hoy te daría recibirla, le puse todas mis ganas y todo mi amor para hacer de esta bicicleta un bello regalo que llega a tus preciosas manitos y qué más importante que el de alegrar el corazoncito de personitas como tú que merecen toda la felicidad del mundo, aunque muchas veces la situación económicas de tus padres no les permita poder realizar todos tus sueños, pero que te aman.

El solo imaginar tu hermosa sonrisa al tener tu bicicleta, llena de vida mis ilusiones y de alegría de mi corazón y recompensa todo el trabajo realizado y desde este lado amargo de la prisión, debido a mis errores, donde la soledad abarca nuestro ser, quisiéramos nunca estar en estas frías rejas de prisión para disfrutar como tú la alegría de la Navidad.

Prométeme que nunca dejarás de agradecer a papito Dios por permitir que llegue este bello regalo a tus preciosas manitos, como el de tener unos padres tan amorosos los tuyos.

Recibe siempre sus consejos que son para tu bien y guían tu vida, estudia bastante, sé obediente, piensa antes de actuar,huye de los malos amigos, no permitas que el yugo del vicio controle tu vida y nunca olvides que Jesucristo te ama.

Feliz Navidad te desea un recluso que hoy has llenado mi vida de alegría y felicidad. Tu amigo anónimo."

Este año fueron entregadas 180 bicicletas a menores desde los 2 años.

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