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Así se mueve el negocio del microtrafico en Cartago

La marihuana, cocaína, ‘bazuco’, heroína y ácidos se venden con más frecuencia en las calles de Cartago. Las autoridades parecen que fracasan en su intento por disminuir el consumo. Así se mueve el negocio.

10 de marzo de 2011 Por: Elpais.com.co I Redacción Cartago

La marihuana, cocaína, ‘bazuco’, heroína y ácidos se venden con más frecuencia en las calles de Cartago. Las autoridades parecen que fracasan en su intento por disminuir el consumo. Así se mueve el negocio.

“El LSD es lo mejor. Cuando me pego el cartoncito debajo de la lengua y estoy ‘ácido’ siento que el pasto se mueve como una gelatina; los colores son más reales, el aire es más liviano. Y al otro día, cuando despierto, es como volver a nacer. Lo único malo es que con el tiempo a uno le da Alzheimer y pierde la memoria, pero para eso falta mucho”.Historias como ésta son cada vez más comunes y toleradas en cartago. Y es que bajo disculpas como querer entretener la soledad, variar los métodos para enrrumbarse, darle ‘vacaciones’ a la vida laboral o seguir las nuevas pautas de la moda, el consumo de drogas ha aumentado entre los cartagüeños de todas las edades, géneros y estratos sociales.“Para la Policía es muy difícil evaluar quien consume o no, pues la moda es que el jíbaro lleva la droga hasta la casa. Esto sin contar con que los ácidos no son perceptibles ni ilegales en algunos casos y que drogas como la marihuana ahora son con olores a frutas. De todos modos, según el trabajo que hacemos, podemos calcular que el consumo ha aumentado en un 10% en un año”, señaló un experto en drogadicción de la institución.El último estudio que se hizo sobre este tema fue en el 2002, cuando la IPS Municipal encontró que el 62% de los muchachos encuestados en los colegios de la Villa admitió haber consumido alguna droga. Ahora, según estimativos de la fundación de rehabilitación Despertando Corazones, la cifra pudo haber subido a un 72%, sin contar a los jóvenes que no estudian y a los adultos.El incremento se observa incluso por los casos sospechosos de sobredosis que ingresan al Hospital Departamental de Cartago.“Lo normal es que la gente que ingresa por infarto sea mayor de 50 años, ver a un muchacho por esta causa era rarísimo unos años atrás. Pero ahora tenemos en urgencias a muchísima gente joven con ataques cardiacos o intoxicación, las dos principales sospechas de una sobredosis por cocaína, éxtasis y heroína, entre otras”, explicó el subdirector científico de la casa de salud Marco Antonio Acevedo.La pregunta que queda de fondo es ¿por qué cada vez más cartagüeños quieren evadir o matizar la realidad mediante pastillas, polvos, ácidos o yerbas ‘mágicas’?Servicio a domicilioSegún las autoridades y los propios consumidores, una de las razones más obvias del incremento en el consumo de sustancias psicoactivas en Cartago es que ahora es más fácil conseguirlas.“El control del Estado a las exportaciones de droga ha hecho que los narcotraficantes tengan que vender sus productos dentro del país. Colombia pasó de ser sólo productor a ser también consumidor. Y ahora la droga se vende en pequeñas, pero múltiples ‘ollas’”, explicó el capitán Hernando Burgos, comandante de la Estación Cartago. Añadió que este año “hemos hecho 46 capturas por tráfico, fabricación y porte de estupefacientes, pero vuelven a estar sueltos muy rápido”.Según los investigadores, los narcos contratan a personas muy humildes para que vendan las drogas en sus casas y así, cuando son capturadas, el juez les da casa por cárcel o libertad condicional, debido a que los detenidos tienen a varios hijos que morirían de hambre si no trabajan.También indican que las pesquizas se demoran mucho en llevarse a cabo por falta de personal, por lo que los capturados duran un mes en la cárcel y luego quedan libres por vencimiento de términos, es decir, por falta de aporte de pruebas durante ese tiempo. “Es muy difícil hallar quién denuncie. Ahora todo es a domicilio, para que el expendio no se delate tanto. Es que mientras exista tanta demanda es muy difícil luchar contra esto, puesto que ya hasta las canciones de reggaeton hablan de que la marihuana te hace feliz”, señaló el uniformado experto en drogadicción.Anotó también que “la droga ahora es más tolerada, la gente no se escandaliza ni denuncia. Esto es como el monstro al que se le corta una cabeza y le salen tres”.En la Villa de Robledo se han identificado unos 26 expendios en barrios como La Loma de la Virgen, San Joaquín, La Arenera, La Estación y Bellavista, pero también en sectores de clase media, como Guayacanes, y de estrato alto, como Laureles, se ha detectado venta de alucinógenos.“Porque la vida apesta”El aumento del microtráfico en Cartago no es el único motivo para que los estupefacientes estén calando más entre los habitantes de la ciudad. Según el ex consumidor y director de la Fundación Despertando Corazones, Jorge Sánchez, “la realidad humana cada vez es más difícil de asimilar y detrás del famoso progreso tecnológico hay una gran crisis de sentido, pues lo importante ya no es ser sino tener y acumular cosas aburre con el tiempo”.Para él, a los más pobres les pasa algo similar, puesto que “se hartan de ver una casa fea, un olor feo y una madre angustiada que los rechaza y maltrata porque tiene que rebuscársela y no tiene tiempo ni para estirarse en la cama”.“A un programa que tenemos para prevenir el consumo, donde los chicos juegan y reciben orientación, llegan muchos jóvenes a pedir que los dejen dormir en el lugar, pues no quieren estar solos en sus casas”, añadió.Similar opinión tiene la sicóloga Andrea Munar, para quien el sistema económico capitalista sólo le dice a la gente “produzca y produzca” y ya no tiene tiempo de calidad para estar con la pareja, tener amigos, criar hijos, leer o simplemente reflexionar sobre si está siendo feliz. “Seamos sinceros, la vida apesta. Si no tienes trabajo no eres nadie y si tienes trabajo te levantas todos los días a cumplir los caprichos de tu jefe. Eso es como vivir una vida empeñada. Trabaja, paga, consume. ¿Eso es todo? Critican a los consumidores porque son esclavos de un placer, pero es peor lo de los demás, que son esclavos de cosas que ni siquiera les alegran”, aseguró una consumidora de 27 años de edad.Por su parte, otro consumidor de 32 años de edad sostuvo que ahora es raro que alguien no consuma, pues los más adultos utilizan con drogas clásicas como cocaína, marihuana y bazuco y los más jóvenes con éxtasis, LSD, ‘poper’ y marihuana.“Si alguien es menor de 40 años y se enrrumba, lo más probable es que se meta algo. Cuando los mayorcitos tomamos para entretenernos, nos toca darnos un pase de ‘perica’ en el baño para no dormirnos. Los más sardinos mezclan alcohol con ‘perica’ en un tampón para que no los pillen los papás y se ponen cartones de LSD dentro del ojo”, precisó. También indicó que “ahora es como comprarse una cerveza o cualquier otro producto; sólo se discriminan a los más ‘desechos’, que consumen heroína o bazuco, porque esos sí terminan en las calles”.Así las cosas, pareciera que las drogas se volvieron un producto más que está de moda en la Villa de Robledo y del que se habla en canciones, camisetas, aretes, pañoletas y programas de televisión. Por ello, según los expertos, la pelea contra la drogadicción se debe iniciar con programas preventivos que inicien en la infancia, de manera que se formen personas estructuradas para enfrentar lo bueno y lo malo de la vida y no potenciales consumidores.

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