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Ana María Parra, la orgullosa sevillana que quiere la corona de Señorita Valle

El norte del Valle tiene este año como su embajadora a Ana María Parra Blandón, Sevilla, en Señorita Valle.

13 de junio de 2014 Por: Redacción de El País

El norte del Valle tiene este año como su embajadora a Ana María Parra Blandón, Sevilla, en Señorita Valle.

Con el orgullo de representar a su querido municipio de Sevilla y lograr la preciada corona de Señorita Valle, que les ha sido esquiva, Ana María Parra Blandón llega al concurso departamental con la convicción de que cambiará la historia. Está lista para reinar porque ha sido también un sueño de niña. Hace unos años participó en un concurso interbarrios, en Sevillla, y logró el virreinato. Y apuesta a que este es su momento de reinar.“Hace muchos años que Sevilla no participa en el concurso de Señorita Valle y me llena de orgullo ser su representante. Vengo a ganar, pero si el resultado es diferente, sin duda será una experiencia maravillosa”.Quiere dejar huella en su municipio y su modelo a seguir es Nidia Gil, una sevillana que fue Reina del Café. “Me impacta de ella que la gente aún la quiera y la siga recordando después de tantos años de su reinado”, dice.Ana María es una de las candidatas más jóvenes en la competencia real, pero considera que su edad no será impedimento para competir a la par de sus compañeras. “No creo que la edad juegue en mi contra, todo viene en la actitud, la alegría y el carácter de cada persona”, expresó.Desde niña ha soñado con reinar, con tener corona no solo para ser admirada y fotografiada por la gente, sino porque siente que en su casa la formaron para usar su belleza con nobles propósitos, no solo para beneficio propio sino para ayudar a los demás. “Desde niña, en casa, me enseñaron que no debo pensar en un bien propio sino en un bien común. Los reinados me gustan porque hay una oportunidad de ayudar a la gente vulnerable. Y mi propósito de vida, a través de mi carrera, es darle bienestar a la gente”, dice. Esta sevillana confiesa que buena parte de su figura atlética se la debe a sus años como jugadora de baloncesto, cuya práctica mantuvo hasta hace dos años cuando sufrió una lesión que la obligó a dejar de usar tacones.Radicada en Pereira por cuenta de sus estudios, confiesa ser una mujer romántica a la que le encanta que le hablen bonito y que la llenen de detalles. Reconoce que es de esas personas a las que les saca de casillas esforzarse por hacer algo, “desconcentrarme y que las cosas me salgan mal. Me pongo seria conmigo misma”. Es, además, una mujer consciente de lo que tiene y necesita para reinar. “Me han tentado a hacerme diseño de sonrisa pero me siento cómoda como estoy. En cuanto a cirugías, no me dejaría tocar los senos, por ejemplo. Pienso mucho en mi salud presente y hacia el futuro y no quisiera que una cirugía estética dañara mis sueños y posibilidades de tener una familia”. Con ojo críticoEs una reina clásica por su temperamento tranquilo y su convicción de lo que representa llevar una corona, sin olvidar la dulzura con la que se proyecta. Nuestro consejo para la reina: relajarse un poco más, explorar su propia confianza para transmitir sumensaje con naturalidad sin pretender encajar en un molde de perfección. Apostar por la frescura propia y natural de una joven de 18 años, que seguro encantará al jurado.

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