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Alumnas emprendedoras de la Cumbre, Valle crearon la ‘Burgerllota’

Dos chicas del colegio agroindustrial de Bitaco van a Nueva York con el proyecto de hamburguesa de flor de plátano.

7 de enero de 2012 Por: Alda Mera I Redacción El país

Dos chicas del colegio agroindustrial de Bitaco van a Nueva York con el proyecto de hamburguesa de flor de plátano.

Comer hamburguesas es un deseo recurrente de todo estudiante de colegio. Pero sólo Stefany Tatiana Chávez y Ana María Morales, de la Institución Educativa La Libertad, del municipio de La Cumbre, desarrollaron una idea de negocio de cómo producir una carne para hamburguesa a partir de la base de bellota de plátano.Una idea verdaderamente novedosa que les mereció ganar el primer puesto en el Concurso Vallecaucano de Jóvenes Emprendedores, organizado por la Universidad Javeriana de Cali, con el aval de la Secretaría de Educación Departamental.El proyecto ‘Burgerllota’, de estas alumnas del colegio agroindustrial del corregimiento de Bitaco, fue seleccionado por el jurado entre 40 propuestas que resultaron semifinalistas entre 168 proyectos de centros educativos de todo el Valle del Cauca.De la mano de sus profesores Deyanid Aragón Romero, profesora de emprendimiento empresarial, y de Óscar Rojas, docente técnico administrativo de la institución, estas adolescentes se ganaron el premio mayor con tiquetes y todo incluido para exponer a nivel mundial su novedosa propuesta en la Gala Internacional de Jóvenes Empresarios en abril próximo. El evento lo organiza NFTE (Network for Teaching Entrepreneurship o Red para la Enseñanza del Espíritu Empresarial) cada año en Nueva York, en Estados Unidos.La profesora Deyanid, docente mentor de estas estudiantes, ganó el derecho de acompañarlas en esta experiencia.‘Burgerllota’ es un proyecto que propone la producción de carne para hamburguesa a base de bellota de plátano, la flor de esta planta que, por lo general, es desechada por los cultivadores, y que al igual que el fruto tiene un gran contenido proteínico.El profesor Rojas sostiene que esta preparación es tradicional en Sipí, Chocó, donde las mujeres afro la consumen en el hogar y le llaman ‘Pechuga de bellota’. Él ya había leído estudios realizados sobre este insumo vegetal. Como el financiero, hecho hace dos años por su hija Diana Marcela Rojas para graduarse en administración de empresas en la Universidad Nacional de Palmira.Entonces Rojas trajo la idea a este colegio de Bitaco y la adaptó para el plan de seguridad alimentaria y nutricional, con tan buenos resultados que han presentado la ‘pechuga de bellota’ en encuentros nacionales y regionales que buscan estimular las diferentes competencias de los que van a ser los futuros agricultores del país.“Nosotros no lo descubrimos, simplemente tomamos la idea, ya que en el Litoral Pacífico consumen entera esta flor; le hicimos una innovación como receta, le agregamos unos ingredientes y le dimos una presentación diferente”, dice el profesor Rojas, quien es zooctecnista de la Universidad Nacional de Palmira, con formación en pedagogía.El mayor éxito está en las muestras de degustación realizadas. La mayoría de las personas se devoran con gusto la ‘burgerllota’, cuyo sabor es idéntico o mejor que la de carne de res que se prepara para una hamburguesa tradicional. De hecho, la han dado a probar sin decir que no es carne de vaca, pero cuando se enteran de qué es realmente, las expresiones de sorpresa no se hacen esperar. De ahí que el grupo de esta institución educativa La Libertad ha ensayado presentar la carne de bellota también como albóndigas, nuggets o masitas apanadas y otras preparaciones. Y todas han pasado la prueba del paladar.En especial, el del exigente jurado, que escogió este proyecto como ganador no sólo por su innovación y por lo bien construida que estuvo la idea de negocio, sino porque el sabor de esta carne vegetal es idéntica a la preparada con carne animal o bovina.Entre las bondades del proyecto que también valoró el jurado, la profesora Deyanid destaca el aporte social y económico del mismo: “Es una propuesta que busca contribuir a solucionar el problema del hambre en el país, a partir de un alimento vegetal que está al alcance de cualquier campesino y está subutilizado”, dice esta administradora de empresas egresada de la Universidad Libre de Cali y con formación en pedagogía. Y como asesora en emprendimiento empresarial del colegio insiste en que la misión de todo emprendedor es detectar oportunidades de negocios donde otros no las ven.Como la vieran Ana María y Stefany Tatiana, quienes pasan a undécimo grado. Ellas resaltan el valor nutricional de la flor de plátano, ya que contiene potasio, pectina y cero grasas saturadas porque no absorbe el aceite con el que se prepara.“La ‘Burgerllota’ es una buena contribución para la sociedad y va a asegurar la salud de quien la consume porque contiene proteínas y vitaminas a un bajo costo”, argumenta Ana María. Y Stéfany Tatiana complementa: “Con nuestro proyecto demostramos que la bellota de plátano es un recurso vegetal promisorio y la mejor dieta alimentaria para el campesino; incluso, es recomendado para las personas con problemas de ácido úrico”.Con argumentos así, ellas convencieron al jurado de que su idea de negocio es viable, rentable, sostenible y saludable, y además del componente de compromiso social para con la región y su población. Las adolescentes preparan sus maletas y sus ilusiones para viajar en abril a Estados Unidos, la tierra de las hamburguesas, a proponer otra forma de comida rápida, pero nutritiva: la ‘burguerllota, made in Bitaco, Valle’.“La educación rural requiere otra ley”Herney José Lucumí, licenciado en Ciencias Agropecuarias de la Universidad del Valle, y rector de la Institución Educativa La Libertad, sostiene que el reconocimiento por el proyecto ‘Burgerllota’ no es casualidad.El centro educativo lleva diez años trabajando en diversos proyectos agroindustriales. El objetivo es que los bachilleres egresen con una idea de negocio a desarrollar como un valor agregado. Además de los cultivos de agricultura, a nivel pecuario adelantan proyectos de porcicultura, piscicultura, avicultura, cunicultura (conejos), ganadería y lácteos.Y en el área de artesanía y ebanistería han creado objetos de guadua y madera de café, entre otras propuestas de emprendimiento empresarial agrícolas, pecuarias y artesanales y de educación ambiental.Los proyectos de seguridad alimentaria y nutricional forman parte del Plan Educativo Integrado, PEI, de este plantel y han dado tan buenos resultados que más de 500 estudiantes almuerzan con productos y alimentos cultivados en la granja escolar. Por ejemplo, sólo en avicultura, La Libertad surte de pollo a dos restaurantes escolares que benefician hasta 1.200 estudiantes de La Cumbre.Como los alumnos, en su gran mayoría son campesinos sin recursos, el colegio tiene un Fondo Rotatorio y una Asociación de Estudiantes que les hace préstamos entre $100.000 y un salario mínimo para desarrollar sus proyectos productivos, con acompañamiento técnico y asesoría de los docentes especialistas.“Nuestro propósito es dar a conocer que en el Valle del Cauca hay buenas ideas, pero nos falta la infraestructura y la normatividad que apoye este tipo de centros educativos”, enfatiza el rector Lucumí.Se refiere a que el Gobierno no ha entendido que la Ley de la Educación debe ser diferente para la educación rural y no la puede regir la misma Ley 115 que aplica para la educación urbana.“Por ejemplo, nuestro proceso formativo es muy bueno, son 168 horas semanales para que cada alumno presente una idea de negocio sostenible, pero las pruebas del Icfes están hechas para colegios urbanos y privados, porque a nuestros alumnos no les preguntan nada de la formación agrícola que dominan”, demanda el profesor Óscar Rojas.En ese sentido, advierte que la educación convencional prepara para lo citadino, y por eso terminan todos en las ciudades, cuando el propósito de las instituciones agrícolas es que sus egresados desarrollen un proyecto de vida que contribuya a solucionar el problema alimentario del país.Igual sucede con la contratación de docentes y personal administrativo. No puede ser igual porque en un colegio agroindustrial, cuando los alumnos salen a vacaciones, aquí quedan los cerdos, las vacas, los cultivos y necesitan quién los administre porque las empresas y las fincas nunca paran.“Aquí manejamos procesos vivos con animales que requieren atención las 24 horas. El docente técnico no puede ser contratado como académico para trabajar de 6:00 a 1:00 p.m. por ejemplo, por ejemplo, si el segundo ordeño es a las 2:00 p.m., ¿quién va a dirigir a los alumnos en este procedimiento? Pero la ley no nos permite tener docentes por nombramiento administrativo”, denuncia el rector. Y los perfiles de los docentes tienen que ser técnicos o ingenieros agrícolas, que sepan, entiendan y les guste su labor. Igual a los niños, se les inculca la importancia de la seguridad alimentaria desde el grado cero, para que tomen amor al campo y a la tierra.

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