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28 jóvenes reinsertados de Farc y 'paras' dejaron las armas para sembrar

Estos jóvenes se vincularon al proceso de desmovilización que el gobierno adelanta desde el 2003 y se graduaron como Técnicos Laborales en Fruticultura y Buenas Prácticas Agrícolas.

11 de noviembre de 2015 Por: Redacción de El País.

Estos jóvenes se vincularon al proceso de desmovilización que el gobierno adelanta desde el 2003 y se graduaron como Técnicos Laborales en Fruticultura y Buenas Prácticas Agrícolas.

[[nid:480883;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/11/ep001049043.jpg;full;{Durante tres meses, 28 excombatientes de las Farc, el ELN y las AUC se capacitaron en buenas prácticas agrícolas y cultivos frutales. El día de ayer recibieron su diploma como técnicos profesionales.Christian Zúñiga | Especial para El País.}]]

Lucero huyó de la guerrilla cuando iba a cumplir 29 años. Había ingresado al Frente 41 de las Farc para ayudar económicamente a sus cuatro hermanos, que al igual que ella, habían quedado huérfanos por la violencia en el Cesar. Una tarde, tras pasar 16 años como combatiente, decidió escapar y empezar una vida lejos de los campamentos guerrilleros.

Christian fue el escolta personal del comandante de la Columna Móvil Daniel Aldana de las Farc. Se unió a la guerrilla de a poco, pues solía hablar mucho con los milicianos que caminaban todos los días por las calles de su pueblo. Él los seguía cuando montaban lanchas en el río, cuando corrían en cuatrimotos, o cuando disparaban a la maleza que crece en la selva. Una noche, tras las insistentes peticiones de su hermano para que abandonara la guerrilla, él  huyó. Ayer, Lucero, Christian y 26 excombatientes del ELN, las Farc y las AUC, quienes se vincularon al proceso de desmovilización que el gobierno adelanta desde el 2003, se graduaron como Técnicos Laborales en Fruticultura y Buenas Prácticas Agrícolas.  El  programa, que contó  con la ayuda del sector privado y varias organizaciones internacionales, permitió a los desmovilizados aprender sobre los cultivos de maracuyá, melón, papaya y uva, y propició un espacio de tres meses para que todos ellos compartieran las historias que vivieron  como actores del conflicto colombiano. El joven de Tumaco.El primer día que Christian llegó a la finca ‘La Rioja’ en Roldanillo, norte del Valle, sintió recelo. Había viajado desde Popayán para formarse como técnico laboral en fruticultura, y ahora debía pasar tres meses conviviendo con 27 desmovilizados más; excombatientes de las Farc, el ELN y las AUC. Quienes en un pasado habían sido enemigos jurados en la guerra, ahora se encontraban reunidos bajo un mismo techo. “Los primeros días fueron tensos. Yo no sabía quién había pertenecido a qué, no quería encontrarme con algún excombatiente de otro bando que quisiera buscar pelea. Ya me había alejado de todo eso, no quería volver a la misma rutina”, contó. Christian se vinculó a la Agencia Colombiana para la Reintegración, ACR, después de haber pasado dos años en la Columna Móvil Daniel Aldana. Después de haber pasado tanto tiempo combatiendo en la selva, Christian no quería encontrarse con “viejos rencores”, en medio del proceso de reinserción. “Pero me di cuenta al poco tiempo que todos habíamos dejado la guerra atrás, que poco quedaba de esos días, que eramos unas personas dispuestas  a aprender”, aseguró. Todas las mañanas, hasta el medio día, Christian y sus compañeros recibían clases sobre el cuidado de los cultivos frutales. Salían a los campos de siembra de La Rioja, y ponían en práctica lo aprendido.  “En el salón veíamos todo sobre métodos de cuidado, técnicas de cultivo, enfermedades, controles. Una vez pude ver como una plaga se comía las hojas de una plantación, y como ya habíamos visto eso en clase, empezamos a trabajar en la erradicación de la plaga”, contó el joven. “La metodología  de este proyecto productivo consiste en -aprender-haciendo-”, explicó Rocío Gutiérrez, coordinadora en el Valle de la ACR.  “Todos ellos recibieron un total de 720 horas de formación en fruticultura. Además, sabemos que tienen vocación rural, deseo de volver al campo y de aportar desde allí a la construcción de una  paz duradera”, aseguró la funcionaria. “Ahora me voy para Cali, a encontrarme con mi hermano. No quiero abandonar el proyecto, quiero seguir especializándome para empezar a trabajar muy pronto”, contó el joven excombatiente. Rocío Gutiérrez aseguró que hace un mes, cumpliendo con una de las fases del proyecto, importantes empresarios del Valle del Cauca adoptaron una iniciativa para vincular laboralmente a estos 28 desmovilizados.  Según lo explica la funcionaria, todos ellos se encuentran vinculados al proceso, el cual “permitirá asegurar su permanencia dentro de la legalidad”. La Sociedad de Ganaderos del Valle, SAG, el Instituto de Educación Técnica Profesional de Roldanillo, Intep, la Organización Internacional para las Migraciones, OIM, y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Usaid, fueron las organizaciones que desde un principio se vincularon al proceso de formación y reintegración de los desmovilizados. 

[[nid:480885;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/11/ep001049045.jpg;full;{Durante los tres meses que duró el programa, El Museo Rayo brindó acompañamiento con talleres de lectura y pintura.}]]

La mujer que creció en la guerrillaLucero paso de la niñez a la adolescencia, y de la adolescencia a la adultez vistiendo un camuflado. Se unió a las Farc cuando tenía 13 años, y se desmovilizó en 2012, a la edad de  29. “Yo había sembrado cebolla en el pasado, cuando estaba escondida en Venezuela huyendo de la guerrilla, pero cuando me vinculé a la ACR, quise especializarme más en las prácticas del campo”, contó la mujer, quien actualmente se encuentra viviendo en Santa Marta, junto con su esposo. “Tengo  la ilusión de montar una cochera de cerdas paridoras y de poner en práctica lo aprendido durante estos meses. No pienso volver a la guerrilla, por eso pienso llegar hasta el final con este proceso. Aprendí muchas cosas nuevas y conseguí nuevos amigos”, agregó. “Procesos como estos, son muy importantes para el futuro escenario del posconflicto. Estas personas y todos lo que vendrán después de ellos, necesitan de estas iniciativas para vivir su vida en legalidad, y garantizar que no volverán a delinquir”, sentenció Joshua Mitrotti, director general de la ACR. 
La ACR en Colombia21.769 de los reinsertados han aprobado la básica primaria.13.180 de los beneficiados son bachilleresEl 90.1% de los vinculados al programa están afiliados al Sistema General de Seguridad Social.El 73,3% de los desmovilizados, unas 15.692 personas, se encuentran ocupadas laboralmente.

 

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