El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Salud

Artículo

¿De pelea con su pareja? No viole estas reglas

En el amor "no todo vale" y hasta para pelear hay que tener altura y respeto. Conozca las reglas de oro para enfrentar, con inteligencia, las -a veces inevitables- discusiones de pareja.

9 de octubre de 2016 Por: Redacción de El País

En el amor "no todo vale" y hasta para pelear hay que tener altura y respeto. Conozca las reglas de oro para enfrentar, con inteligencia, las -a veces inevitables- discusiones de pareja.

Crisis, pelea, conflicto o discusión son algunos de los sinónimos empleados a la hora de darle un nombre a las diferencias en la pareja. 

Y en este universo, Gloria Eugenia Palomino Fernández, psicóloga de Coomeva EPS anota que se pueden dar episodios constructivos así como otros tóxicos. 

“Las discusiones constructivas se basan en el diálogo buscan encontrar un punto de acuerdo entre los dos y lo que buscan es fortalecer la relación de pareja. Se intenta salir de esa situación tan complicada de relacionamiento y convivencia. Y las discusiones tóxicas son las que se encargan de deteriorar la relación no encuentran puntos de acuerdo y a largo plazo debilitan la pareja hasta el punto de terminar la relación”.

Para Ana María Gálvez, psicóloga y máster en matrimonio y familia, “las discusiones destruyen la relación de pareja. Al ser pareja cada uno conoce las fortalezas y debilidades del otro y por ello con mayor razón hay que tener más delicadeza en el trato, pues no hay excusa para decir ‘No sabía que te lastimaría’”, señala.

Y pretender lucir como la pareja perfecta (“nunca hemos tenido problemas”) tampoco es sano.

 “Hay quienes reprimen sus emociones y caen en una posición  de evitar los conflictos al no  hablar de lo que sienten. Esto brinda  una aparente estabilidad pero son relaciones donde cada uno se siente adormecido y resignado a vivir una relación no satisfactoria”, explica Gloria Ramírez de Escuela de Vida. 

 Aquí, una serie de recomendaciones para actuar con inteligencia ante las diferencias en pareja.

No pelear, sí dialogar

“Definitivamente ni pelear ni discutir, la palabra es dialogar. Es un error que las parejas digan que en su relación hay ‘peleas normales’. La pelea nunca será normal; de hecho, es un indicador de no saber cómo comunicarse para abordar las situaciones en busca de soluciones, sino más bien en cómo demostrarse el uno al otro que cada uno quiere tener la razón (su razón), sin escuchar la postura del otro para conciliar, mediar o llegar a acuerdos benéficos para ambos”, explica Ana María Gálvez, psicóloga y máster en matrimonio y familia.

Se vale tener diferencias

“El matrimonio es un proceso de integración entre  dos personas, que tienen una cultura y forma de ser distinta. Son dos personalidades  y legados familiares diferentes que llegan a integrar un solo hogar y eso solo se logra a través del diálogo”,  expresa René Solano, psicólogo, especialista en familia, máster en educacion y desarrollo humano. 

Agrega que “el conflicto es una diferencia de posiciones”  y la pelea “es la forma como se resuelve o se dimite ese conflicto”. Y reconoce que  es necesario que las parejas pongan  en tela de juicio sus diferencias para llegar a la  unidad. 

“Entender que el otro es diferente nos lleva a ponernos en los zapatos del otro porque puede ser que el otro también tenga la razón. La comprensión es el primer paso y la oportunidad para llegar a un común acuerdo”, explica Gina Ardila, entrenadora de vidas.

Tenga inteligencia emocional

“Las discusiones manejadas con inteligencia emocional, es decir, expresando de manera asertiva, clara y respetuosa lo que se piensa y siente, permiten crecer en la relación y mejorar  aspectos que se han descuidado. Las discusiones con  insultos, donde se  culpa al otro y no se reconoce su cuota de responsabilidad, o donde hay agresiones, van destruyendo la relación y apagando la llama del amor. Recordemos:  Las crisis en la relación de pareja son inevitables, crecer con ellas es opcional”, explica Gloria Cecilia Ramírez, de Escuela de Vida. 

“En medio de una discusión, la actitud más sabia es retirarse o callarse pues no se llega a ningún lugar con la mente acalorada. Y si no se detiene la discusión se pueden  decir cosas que lastimen o se tomen decisiones que no se quieren realmente, como, por ejemplo, hablar de divorcio”, dice Gálvez.

No se vale...

“Ni siquiera hablar si uno de los dos se encuentra demasiado enojado porque pueden surgir  gritos, violencia o  maltrato. En ese caso  es mejor esperar a que se nos pase y  cuando estemos tranquilos retomar la conversación. Tampoco es  conveniente echarse en cara cosas del pasado y traerlas al presente  porque se convierte en un  tema de nunca acabar y se pelea por conflictos viejos. 

Asimismo, se debe evitar  involucrar  a terceros, es decir,  no hacerlo en presencia de amigos, hijos o familia, esto hace que otros se involucren,  se incomoden o tomen partido. Tampoco se vale sacarse en cara defectos o cosas que el otro ha hecho o ha sido”, dice Ardila.

El que calla se intoxica

“El diálogo es fundamental para evitar las peleas entre la pareja, sin decir que lo mejor es quedarse callado, evitar el diálogo o decir que ‘sí’ porque con el tiempo puede ser más tóxico que hablarlo en el mismo momento, pero siempre desde una comunicación asertiva con un buen tono de voz y un lenguaje propositivo”, explica Gloria Eugenia Palomino, psicóloga de Coomeva Eps.

  Agrega que el lenguaje debe ser conciliador con frases asertivas como, por   ejemplo: ‘Entiendo que…’, ‘Me parece que...’, ‘Acepto que...’. Esto ayuda a mejorar la comunicación en la pareja.

Saber decir las cosas

Las diferencias en las parejas pueden suscitarse por diferentes razones: la sexualidad, la crianza de los hijos, las relaciones con los suegros, entre otros. “Pero la forma como se hace, se refiere a la relación entre ellos dos y depende  de cómo  la gente se siente tratada; por ejemplo, hablar de los suegros con un madrazo por delante trae consigo  un maltrato, una herida que no es necesaria”, explica Solano. Aquí opera el principio básico: No le digas al otro lo que no te gustaría que te dijeran.

Recuerde: ¡Hay mucho en común! 

“Las parejas deben entender que la convivencia debe ser un proceso de construcción y apoyo mutuo, aprender a aprovechar la compañía del otro, de disfrute y goce de los tiempos en que comparten en pareja y no para extenuarse en peleas que deterioran y llevan a las rupturas que desgastan emocional, física y económicamente a las familias construidas”, explica Palomino. 

Gálvez recuerda “la vida de pareja se trata justamente de buscar alternativas para que juntos puedan transitar por los avatares de la vida en compañía”.
Reglas de la discusión

Gloria Cecilia Ramírez, de Escuela de Vida, brinda algunas orientaciones: 

Respire profundo y active la capacidad de observarse para ser consciente de los pensamientos y emociones que surgen para no expresarlos impulsivamente.No culpe al otro.  Exprese las emociones más profundas como: ‘Lo que yo siento es…’, ‘Me duele que…’, ‘Me asusta que…’,  ‘Lo que necesito es...’  No caer en el juego donde uno ataca y el otro se defiende. Esto no lleva a ninguna parte.  Evite decirle a la pareja que está igualito a su papá o mamá o nombrarle a otro familiar.No tome decisiones drásticas como terminar la relación.No grite y menos utilice palabras hirientes. Esto esconde un profundo miedo a no ser escuchado o tenido en cuenta.

 

AHORA EN Salud