Una vez más, el tema de la paz definirá candidatos para las presidenciales de 2018

El plebiscito del pasado 2 de octubre, cuando el Gobierno perdió el pulso político con la oposición frente a la refrendación del Acuerdo Final de Paz con las Farc.

El plebiscito del pasado 2 de octubre, cuando el Gobierno perdió el pulso político con la oposición frente a la refrendación del Acuerdo Final de Paz con las Farc, se convirtió en una especie de ‘primarias’ de cara a las elecciones presidenciales de 2018.

Para los observadores, es claro que ese día marcó la largada de los comicios para relevar a Juan Manuel Santos del solio de Bolívar, pues advierten que con seguridad si el Centro Democrático -eventualmente en coalición con el Partido Conservador y/o Cambio Radical y algunas fuerzas minoritarias- gana los elecciones, habrá que ‘volver a barajar’ frente al futuro del acuerdo que será refrendado este jueves en el teatro Colón de Bogotá.

Pero, agregan las mismas fuentes consultadas por Colprensa, en caso de ganar un candidato apoyado por la Unidad Nacional, necesariamente tendrá que implementarse los acuerdos para al cabo de unos años -cuatro, teniendo en cuenta que ya no hay reelección presidencial- la desmovilización de las Farc y su nuevo movimiento político que incursione en la arena electoral ya desde la legalidad, sea un proceso consolidado.

Es decir, sostienen los expertos que la administración Santos, desde el Congreso, tiene que blindar el acuerdo para evitar un nuevo ‘Brexit’, como ya sucedió en octubre pasado.

“La polarización que ya vive el país por cuenta del ‘Sí’ y el ‘No’ a este nuevo acuerdo de paz, será determinante. De manera que si el Gobierno de verdad busca una paz estable y duradera, tiene que blindar el proceso de paz, que necesariamente será el eje de la campaña presidencial de 2018. Y puede blindarlo de varias maneras, pero la más efectiva es mediante un artículo constitucional transitorio mediante el ‘fast track’, que obligue al nuevo Gobierno a respetar la implementación. Y si el nuevo Gobierno quiere desmontarlo, tendrá que hacer otra reforma constitucional, y eso toma tiempo”, sostiene el catedrático Camilo González Posso.

Otro analista, el profesor Vicente Torrijos, considera que la polarización obedece a que, como ha pasado en otros países, este nuevo acuerdo de paz “es legal, pero no legítimo, porque no es producto de un gran consenso político nacional”.

Para la oposición, dice, el acuerdo de paz será el eje central de su campaña. “Si a esto se le suma lo que pueda pasar con el ELN, con las bandas criminales y con eventuales incumplimientos de las Farc a los acuerdos, a la oposición le será muy fácil recoger toda la indignación nacional”, afirma Torrijos.

En cambio, agrega el experto, “si el Gobierno quiere ser coherente y recoger el favor popular, tiene que buscar mecanismos para demostrar que fue un acuerdo serio, que se está cumpliendo”, insiste.

Entre tanto, un ex ministro de Gobierno, Fernando Cepeda Ulloa, recuerda que desde la elección de Belisario Betancur, el tema de la paz ha definido las campañas presidenciales, y la próxima no será la excepción.

“Belisario le ganó a (Alfonso) López que buscaba la reelección, pero con la propuesta de negociar con la guerrilla, Belisario le ganó el pulso. Después. (Andrés) Pastrana ganó con el mismo discurso, y (Álvaro) Uribe ganó dos veces con un proyecto de mano dura contra la guerrilla, y (Juan Manuel) Santos, que era la continuidad de ‘Seguridad Democrática’, ganó dos veces con un discurso de paz”, explica el exembajador.

El analista sostiene que alrededor de este tema se extenderá la polarización hasta 2018, y que en adelante “las coaliciones a favor y en contra del Acuerdo Final de Paz, decidirán al próximo Presidente de la República”.

Pero Cepeda Ulloa concluye que el tema no está fácil. “Si nos basamos en el resultado del plebiscito, cualquier cosa puede ocurrir”, concluye.