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¿Se cumplirá el 100% de los acuerdos de paz?, estas son las dudas del proceso

Tras el cierre de la negociación, el reto del país es hacer cumplir lo acordado, lo cual será una tarea, si se quiere, más compleja. Para los analistas lo fundamental es que se lleve a cabo lo esencial y advierten que no todo se cumplirá a rajatabla.

24 de agosto de 2016 Por: Katherine Vega | Colprensa

Tras el cierre de la negociación, el reto del país es hacer cumplir lo acordado, lo cual será una tarea, si se quiere, más compleja. Para los analistas lo fundamental es que se lleve a cabo lo esencial y advierten que no todo se cumplirá a rajatabla.

Ya se logró el acuerdo final. Que se implimente o no depende del plebiscito que se realizará en los primeros días de octubre,  pero también del cumplimiento de cada una de los puntos acordados para que realmente se de esa paz estable y duradera que es lo que tanto se buscó con las negociaciones en La Habana.

Se ha dicho que este es un acuerdo novedoso y que está dejando un precedente histórico para el mundo en materia de negociaciones con grupos armados, y en ese sentido tiene características que lo hacen complejo, y para sectores de  la oposición lo convierten  en un paquete de promesas que dificilmente se cumplirán.

Poner a las víctimas en el centro de las discusiones; involucrar a todos los actores del conflicto armado en el proceso de justicia transicional; tratar de contar la verdad de todo lo que se ha vivido en los últimos 50 años y cerrar las brechas sociales que existen en el país son algunos  de los aspectos en los que se ha trabajado durante 4 años.

Para el analista John Mario González, pese a que el escepticismo rodea las esperanzas de esa tan repetida palabra paz, lo que hay que destacar es que los acuerdos son realistas. “Yo creo que la agenda es realista, es cumplible, esa es una de las virtudes del proceso de paz. Entonces, en general todos los puntos son ejecutables, en especial el punto de participación política, porque implica el reconocimiento a una organización política”, afirma.

Sin embargo, como lo han dicho los mismos negociadores, el camino de la construcción de paz que se inicia no será fácil, sobre todo por los recursos que se necesitan.

Las promesas del acuerdo

El trabajo de la mesa de negociación tocó en sus seis puntos de trabajo muchos aspectos de la vida del país. Empezando por el desarrollo rural. El acuerdo plantea que en 10 años se erradique la pobreza extrema y se reduzca en 50 % la pobreza del campo.

También se espera la creación de un Fondo de Tierras para quienes no tienen y la formalización de las propiedades; la actualización del catastro rural; y como este no es fácil, la creación de una Jurisdicción Agraria para dirimir los problemas. Así como la garantía de todos los derechos, infraestructura, accesos a vías de comunicación, entre otras cosas que colaborarían con la reducción de pobreza.

Para González, es precisamente este punto uno de los más complejos: “El agrario, el de cultivos ilícitos, el de víctimas, son los más difíciles de cumplir, porque van a encontrarse la muralla de la burocracia. Por ejemplo, el Fondo de Tierras. Habría que  ver cuántas hectáreas se compromete a aportar el Gobierno”.

En materia de los cultivos ilícitos, el acuerdo y las medidas que se llevan a cabo propenden  promover la sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito, y de hecho ya hay un plan piloto para eso en Antioquia. La dificultad acá es que realmente debe haber un seguimiento constante en el apoyo de los proyectos  productivos, dado que experiencias parecidas han terminado mal por el abandono en el proceso y se debe trabajar de la mano con las comunidades, especialmente porque los cultivos ilícitos ya se han convertido en toda una cultura.

En el tema de víctimas, el acuerdo plantea la reparación que se basa, entre otras cosas, en actos tempranos de reconocimiento de responsabilidad; reparación colectiva en el fin del conflicto; restitución de tierras; procesos colectivos de retornos; rehabilitación psicosocial. Además, se incluye todo lo del Tribunal de Paz.

Acá se encuentra la Comisión de la Verdad,  en donde se espera que todos cuenten su versión del conflicto armado. Serán relatos fuertes y, sin duda, gradualmente la historia irá tomando varios matices, porque las versiones de todos los actores se encontrarán; o al menos así se espera.

Además, la justicia transicional se desarrollará desde la declaración de los delitos de cada persona. Esto primero implica que realmente haya una disposición de los victimarios para aceptar sus responsabilidades; y si no declaran por completo sus crímenes, no tendrán beneficios. Acá se viene un trabajo realmente duro para todo un nuevo sistema de justicia, cuya misión  no será fácil. De seguro las dificultades saldrán con cada paso que se dé.

No todo se cumplirá ciento por ciento

Para el profesor de la Universidad Externado de Colombia, Frederic Massé, hay que tener en cuenta cómo han sido otros procesos de paz en la historia y, sobre todo, tener una visión realista sobre lo que sucederá, teniendo en cuenta que realmente lo importante es que se cumplan los objetivos fundamentales del acuerdo de paz.

“Hay que ser conscientes de que no todo se va cumplir en un 100%. Lo importante es que se cumplan los puntos fundamentales, seguramente el acuerdo también se reinterpretará, se renegociará, lo que no significa que se reescriba. En la implementación de un acuerdo de paz siempre se renegocian algunas cosas, obviamente de común acuerdo entre las partes”, explica el analista  Massé.

Como González, el catedrático afirma  que los puntos de la reforma rural y de la sustitución de cultivos, que contienen reformas a largo plazo, son los más difíciles de cumplir;  así como el tema de la participación política, dado que no se garantiza que en diez años las Farc hayan logrado mantenerse como movimiento político.

Asimismo, lo más seguro, dice Massé, es que los tiempos pactados entre las partes no se cumplan: “Yo sí creo que en un acuerdo de paz es muy difícil cumplir con los calendarios que se han propuesto; por eso es importante que haya un margen de maniobra”.

A eso también se suma que debe haber una total disposición para solucionar los inconvenientes que seguramente se presentarán en el proceso. Y ahí, dice el analista, seguramente el trabajo de Naciones Unidas será fundamental.

Y sobre las armas, su posición no difiere mucho de la de González, pues Massé piensa que si aún las Farc llegan a entregar la totalidad de las mismas, fácilmente en unos meses se pueden volver a armar por completo. Acá el reto es mantenerlos en la posición de que no lo hagan.

“No conozco ningún proceso de paz en que los actores armados hayan entregado la totalidad de las armas. Siempre van a guardar armas por razones de garantías. El problema no es  cuántas armas entregan o cuántas van a guardar. El problema es generar las condiciones para que aunque tengan armas, no caigan en la tentación de reutilizarlas”, concluye el catedrático.

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