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Rodrigo Londoño espera "gobierno de transición" que cumpla con acuerdo de paz

El jefe máximo de las Farc también señaló que confía en que la guerrilla tomará "parte activa en plena legalidad de los próximos debates y justas políticas".

24 de noviembre de 2016 Por: Elpais.com.co

El jefe máximo de las Farc también señaló que confía en que la guerrilla tomará "parte activa en plena legalidad de los próximos debates y justas políticas".

El jefe máximo de las Farc, Rodrigo Londoño, señaló que espera que tras la finalización del conflicto se conforme un Gobierno que vele por la implementación del nuevo acuerdo de paz logrado entre las partes.Lea también: "Trabajemos juntos, superemos las diferencias", dice Santos al firmar acuerdo con las Farc

"Destacamos la importancia que tendría para el país la conformación de un gobierno de transición cuyo propósito fundamental sea el cumplimiento a cabalidad de los acuerdos de La Habana", afirmó el comandante guerrillero tras firmar junto al presidente Juan Manuel Santos el texto del nuevo acuerdo logrado en La Habana.

Además, afirmó que confía en que los miembros de la guerrilla tras la implementación del renegociado acuerdo de paz podrán hacer parte de escenario político en Colombia.

"Confiamos tomar parte activa en plena legalidad de los próximos debates y justas políticas", indicó.

Sobre el proceso de implementación de estos acuerdos, Londoño reclamó que sea "pronto y eficaz".

"Creemos indispensable que para el bien del país, la palabra sea la única arma que nos permitamos usar los colombianos", recalcó entre los aplausos de los presentes en el Teatro Colón de Bogotá.

Lea aquí el discurso completo:

"Que la palabra sea la única arma de los colombianos. Para alcanzar la firma de este acuerdo definitivo los colombianos vivimos más de siete décadas de violencia, medio siglo de guerra abierta, 33 años de diálogos,  un lustro de diálogos en La Habana, el desencanto del pasado 2 de octubre, y el más histórico esfuerzo por conseguir el mayoritario consenso de la nación.

En esta última etapa enriquecimos y modificamos el acuerdo anterior teniendo en cuenta las inquietudes y propuestas, aclaraciones y definiciones puntales hechas por los más variados grupos y organizaciones sociales, sectores de opinión, movimientos y partidos políticos. Estudiamos con desprevención y esmero todo lo puesto a consideración de las partes en la Mesa por los interesados e introdujimos importantes cambios y modificaciones sustanciales a los textos antiguos hasta convertir el acuerdo final en definitivo. La mesa de La Habana se vio nuevamente rodeada de la comunidad internacional preocupada mayormente para que los esfuerzos de paz en Colombia llegaran a buen puerto. Las voces de aliento de la Organización de las Naciones Unidas, la Unión Europea, el gobierno de los estados Unidos, el Vaticano, la Celac y los países acompañantes, Venezuela y Chile, habrían de sumarse a la permanente diligencia de Cuba y Noriega, países garantes del proceso que estuvieron noche y día velando por la exitosa culminación de los trabajos de las delegaciones. A ellos nuestro eterno reconocimiento. Son artífices de este acuerdo definitivo las organizaciones de mujeres de Colombia que se manifestaron en muchas formas para dar a conocer el verdaderos sentido de sus aspiraciones igual podemos decir del movimiento Lgbti. Nos reunimos en La Habana con delegaciones de diversos credos cristianos. De movimientos sociales y distintos partidos políticos. Varias personalidades de la política colombiana también se hicieron presentes para aportar sus puntadas en el anhelo común de tejer las más sabias fórmulas. Nuestro sentimiento de solidaridad y de admiración a las y a los miles de compatriotas que salieron a las plazas de ciudades y pueblos a manifestar su condena a la guerra, sus respaldo a los fundamentos del acuerdo final y a exigir a las partes sentadas en la mesa no pararse hasta alcanzar un acuerdo definitivo. A las y a los jóvenes estudiantes universitarios que consiguieron despertar una verdadera movilización nacional en defensa de la solución política y que promovieron y conquistaron un pacto juvenil por la paz Entre la mayoría de las representaciones políticas de los distintos partidos y movimientos, incluidos el Partido Conservador y el Centro democrático. A las comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes, a los líderes agrarios y comunales con amplia trayectoria en el trabajo por la paz en los territorios, a las decenas de miles de familias que reunieron a las FARC en las vigilias  por la paz. a las personalidades de la Iglesia católica, la ciencia y el mundo del arte, a los académicos de las diferentes universidades, a las plataformas por la paz que brotaron en las diferentes ciudades del país, a quienes se unieron a las marchas del silencio, de las flores, de las víctimas de la Unión Patriótica, a quienes fundaron campamentos por la paz y se sembraron en ellos, a quienes convocaron actos por la paz en distintas ciudades del mundo, este Acuerdo Final les pertenece porque ayudaron a construirlo con sus esperanzas y acciones.  El pueblo de este país está harto de violencia, de la intolerancia, de los estigmas y los señalamientos, quiere y exige cambios profundos de las costumbres políticas, que cese la corrupción, la mentira, el engaño. La primera demanda nacional es que se ponga fin al uso de las armas en la política. Que se garantice el derecho a disentir, a hacer oposición, a protestar contra la mala administración, contra las leyes injustas, contra la arbitrariedad y el abuso de los funcionarios en el poder. Que la vida, la integridad personas, la libertad de movimiento y pensamiento sean reales.  Por eso Colombia cierra filas en torno a este Acuerdo Definitivo porque implicó debates profundos con todas las voces del establecimiento, involucró a prestantes miembros de las Fuerzas Armadas, pensó las posiciones a los puntos más extremos, requirió singulares esfuerzos de aproximación. Nadie puede quedarse por fuera de él.  Con este acuerdo no se deponen posiciones ideológicas, políticas o de conciencia, solo ponemos fin de manera definitiva a la guerra para confrontar civilizadamente las  contradicciones. Por eso reclamamos su implementación pronta y eficaz a fin de desatara la edificación de la convivencia democrática, la paz y la justicia social en nuestro país. No más asesinatos de dirigentes sindicales, agrarios o populares, de reclamantes de tierras, de activistas sociales, de opositores políticos de izquierda.  No más amenazas ni hostilidades, es inaudito que a estas alturas sigan cayendo guerrilleros de las FARC con extraños argumentos, que las denuncias por violaciones a los derechos humanos sean pan de cada día, que de todas las comunidades broten quejas por los planes de ocupación militar por operaciones de erradicación forzada de sus cultivos, pese a lo pactado. Asombran al país el desalojo violento del Campamento por la Paz de la Plaza de Bolívar, la indolencia del Gobierno frente al asesinato de dirigentes campesinos y activistas de la Marcha Patriótica, mientras se felicita al Ejército por golpes al ELN es nula la solidaridad hacia las familias de los activistas populares y guerrilleros de las FARC dados de baja. Confiamos en tomar parte activa en plena legalidad en los ya próximos debates y justas políticas. Destacamos la importancia que tendría para el país la conformación de un Gobierno de Transición cuyo propósito fundamental sea el cumplimiento cabal de los Acuerdos de La Habana, e cual debería estar integrado por  todas las fuerzas y sectores que han trabajado sin tregua por ello.  Extendemos nuestro saludo Donald Trump por su elección como nuevo Presidente de los Estados Unidos y aspiramos a que su Gobierno pueda jugar un destacado papel en beneficio de la paz mundial y continental. Esperamos que el propósito fundamental de la paz en Colombia que contr9buirpá decisivamente al entendimiento en toda Latinoamérica y El Caribe siga contando con el respaldo y la aquiescencia del nuevo Gobierno de Washington. Reiteramos nuestra solidaridad con todas las víctimas de esta larga guerra, sea cual sea el bando al que hayan pertenecido, así como nuestra petición de perdón por las consecuencias que para ellos hayan podido provenir de nuestras manos. A nuestro adversarios públicos nuestro respeto, nuestro ramo de Olivo, nuestra invitación fraternal a convivir en la diferencia. No habrá más violencia entre colombianos por razones políticas. Ese solo hecho debe llenarnos de ánimo para trabajar por hacer de nuestra patria un país muchísimo mejor. Creemos indispensable que para el bien del país, la palabra sea la única arma que nos permitamos usar los colombianos. Muchas Gracias".

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