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¿Qué pasará si la Corte Constitucional no aprueba el plebiscito?

El cronograma del Gobierno para empezar a ejecutar lo que se requiere para la paz necesita la aprobación de la Corte Constitucional.

26 de junio de 2016 Por: Elpais.com.co | Colprensa

El cronograma del Gobierno para empezar a ejecutar lo que se requiere para la paz necesita la aprobación de la Corte Constitucional.

[[nid:540444;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2016/05/colp_108462.jpg;full;{El pasado 26 de mayo, durante la audiencia pública del plebiscito, que realizó la Corte Constitucional, el presidente Juan Manuel Santos defendió ese mecanismo para refrendar los acuerdos de paz entre Gobierno y Farc. Foto: Elpais.com.co | Colprensa}]]

Las Farc sorprendieron a los colombianos con el anuncio de que aceptarán  la decisión de la Corte Constitucional frente al plebiscito, lo cual implica un gran avance sobre el sexto y último punto de la agenda de negociación planteada. Pero ahora, todo quedó en las manos del alto tribunal y la pregunta es ¿qué pasará si no se aprueba? Lea también: Plebiscito, la prueba de fuego que viene para la Paz

Para algunos analistas, la posibilidad de que la Corte no apruebe el mecanismo es baja y menos después del anuncio hecho este jueves 23 de junio en La Habana. 

Por ejemplo, el director del programa de Ciencia Política de la Universidad de la Sabana, Iván Garzón, señala que desde hace tiempo se ha generado un ambiente favorable para aceptarlo.

 “Primero, sabemos que hay ponencia positiva, y, segundo, después del hecho político me parece que le quedaría muy difícil a la Corte decir que no al plebiscito. Es un escenario muy improbable”, señaló Garzón.

Otros le restan importancia al mecanismo de refrendación, como el investigador del Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales (Cipe), de la Universidad Externado, Jorge Cuervo, quien lo compara con lo que pasó en Guatemala.

“Es posible que se inventen otro mecanismo, pero la legitimidad del proceso dependerá de la firma de las dos partes. En el caso colombiano la legitimación por refrendación es un plus, como lo fue en Guatemala en su momento. Allá ganó el No, pero no pasó nada porque se hizo dos años después, muy poquita gente votó, el resultado político no fue tan importante y la paz no se revirtió”, afirmó Cuervo.

Pero desde el Gobierno la visión es completamente distinta, pues dicen que el plebiscito es lo que, de alguna manera, articula todo lo acordado.

Lo anterior básicamente por tres cosas: La primera, el presidente Juan Manuel Santos lo prometió, por lo que si se incumple le representaría un costo político muy alto. Aunque de las opciones es la que menos pesa para varios analistas.

La segunda, porque desde la agenda general acordada con las Farc se estableció que habría una refrendación popular para que los colombianos le den legitimidad al acuerdo.

Y la tercera, por el Acto Legislativo para la Paz. Entre el articulado que aprobó el Congreso de la República en la reciente legislatura figura específicamente en el punto de la vigencia de la ley, que solo entrará a regir hasta que se haga una refrendación popular.

Esa iniciativa contiene el procedimiento legislativo especial que brinda las herramientas para que se aprueben las reformas y las leyes necesarias para aplicar los acuerdos, así como las facultades especiales al Presidente de la República para expedir decretos con fuerza de ley que tendrían el mismo objetivo.

Además, en el Acto Legislativo se incluye la garantía de inversiones para la paz y el blindaje jurídico diseñado por las Farc y el Gobierno Nacional, en el que se eleva el acuerdo final a categoría especial, y en el que se establece el ingreso de los acuerdos al bloque de constitucionalidad.

Sin todo ello básicamente no se podrían llegar a aplicar los acuerdos como se ha pensado, y es precisamente por eso, que la campaña del Sí y el No ya ha avanzado de manera significativa, porque parece ser la última opción que tendría la oposición para evitar la aplicación del acuerdo que, según han dicho, lastima la palabra paz.

Incluso, las mismas autoridades electorales reconocen que hay una campaña que se enmarca en el plebiscito, dadas las acciones del Gobierno con el ‘Sí a la paz’, y las firmas que está recogiendo el Centro Democrático, pero ante la falta de la ley son prácticamente nulas las herramientas que tienen para regular la contienda.

Los tiempos

A esas tres razones se sumarían los tiempos, pues su cronograma, que empezó  este 23 de junio y se espera que termine con la firma de los acuerdos y el inicio de la dejación de armas, conocido ahora como el ‘Día D’, estaría calculado en no más de dos meses. Lea también: ¿Se necesita Ley de Garantías para plebiscito por la paz?

El plan de acción empezaría calculando que el fallo de la Corte Constitucional se dé en cerca de tres semanas.

 Lo que se sabe por ahora, es que el próximo miércoles el magistrado Luis Ernesto Vargas expondrá su ponencia positiva sobre el plebiscito ante la Sala Plena de la Corte Constitucional, pese a que hay una recusación con la que piden que el togado se aparte de la discusión porque presuntamente se podría ver beneficiado.

Mientras que eso pasa, se está trabajando en todas las reformas y proyectos de ley que presentaría el Gobierno Nacional en la próxima legislatura y se ha dicho que solo hasta que esté en firme la aprobación del plebiscito no iniciaría el trámite de las mismas.

Las Naciones Unidas tendrán que contar con 45 días antes del ‘Día D’ para la preparación de toda la logística que pondrán en marcha en el proceso de dejación de armas.

La delegación de paz de las Farc tendrá que contar también con el tiempo para llevar los acuerdos a su Conferencia Guerrillera, que son los encuentros que se hacen para determinar las decisiones más importantes del grupo ilegal (ver recuadro).

Sería en esa conferencia, precisamente, donde se conocería si hay sectores del grupo guerrillero que no están de acuerdo con los compromisos y esos sectores pasarían a ser tratados como Bacrim por parte del Estado. Es decir, se les aplicaría todas las acciones que se acuerden entre las partes para su sometimiento, como se especificó en el acuerdo anunciado el jueves.

Además, después de la Corte Constitucional, el plebiscito tendría que pasar por el Consejo Nacional Electoral, CNE,  para que este haga una regulación de las garantías de los grupos promotores, dado que no hay suficientes especificaciones al respecto en la ley. Por ello, también habría un gran interés para que se empiece a mirar el tema desde el Consejo, pero todo depende de si en  el alto tribunal se condiciona o no el plebiscito.

Así pues, el Gobierno considera como la única opción la aprobación del plebiscito para la paz, empezando por la Corte Constitucional y terminando por los ciudadanos, a tal punto que se podría recordar lo dicho por el presidente Juan Manuel Santos en Medellín la semana pasada: “Si el plebiscito no se aprueba, volvemos a la guerra”.

Las campañas  Aunque la Corte Constitucional todavía no se ha pronunciado sobre la exequibilidad  de la ley para el plebiscito para la paz,  en el país se vive un ambiente de polarización en torno al tema.   Tanto así que  partidos de la Unidad Nacional, ahora Unidad de Paz, y movimientos ciudadanos   ya trabajan públicamente en campañas por el Sí.  Mientras la oposición, el Partido Centro Democrático,  sigue con su estrategia de cuestionar la paz y  con  la campaña ciudadana ‘No+’ pretende recoger la mayor cantidad de firmas posibles  para acompañar una demanda ante la Corte Constitucional del Acto Legislativo por la Paz. La colectividad uribista, que durante estos tres años y medio de negociaciones entre el Gobierno y las Farc, ha tenido como bandera criticar ese proceso  y cuestionar los acuerdos,  está por  decidir si le hace campaña al No   o promueve  la abstención, en caso de que la Corte avale la iniciativa para refrendar los acuerdos de paz. Aunque el Gobierno está a la espera de que el alto tribunal se pronuncie sobre el plebiscito, lo cierto es que hace algo más de dos semanas lanzó una estrategia denominada ‘Sí a la paz’, que es además  el símbolo que ahora llevan el presidente Juan Manuel Santos, sus ministros y demás miembros del gabinete en las solapas de sus trajes y  hasta en camisetas.  Los jóvenes, especialmente universitarios,  a través de movimientos ciudadanos también comenzaron a movilizarse la semana pasada  y con diferentes actos en plazas y monumentos públicos  del país han expresado su respaldo a la paz.  Los líderes de @GanandoLaPaz y @PorColombiaSí han dicho que el propósito de la campaña es hacer pedagogía por la paz y promover el Sí a la refrendación de los acuerdos que se logren en La Habana.

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