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¿Qué pasará con cultivos ilícitos y la minería ilegal en el Cauca tras acuerdo con Farc?

La firma de la paz con las Farc deja una serie de interrogantes sobre lo que pasará con los cultivos ilícitos y la explotación minera en el Cauca. Se teme el inicio de otro conflicto.

21 de septiembre de 2016 Por: Redacción de El País

La firma de la paz con las Farc deja una serie de interrogantes sobre lo que pasará con los cultivos ilícitos y la explotación minera en el Cauca. Se teme el inicio de otro conflicto.

El Tambo, centro del Cauca.  Es el municipio con mayor número de hectáreas de coca en ese departamento y el quinto en todo el país. Desde 2012 los cultivos ilícitos vienen en aumento y aún no hay iniciativas claras para frenar el fenómeno.  Lea también: Los retos frente a las bandas criminales en el posconflicto

Suárez, norte del Cauca. Se trata del epicentro del conflicto por el control de la minería legal e ilegal en ese departamento, y la zona con el segundo mayor  número de títulos mineros en toda la región.

En ambos municipios el crecimiento de los cultivos ilícitos así como el aumento de la minería ilegal, han estado acompañados, según denuncian líderes campesinos, afros e indígenas, por una creciente presencia de grupos armados que se presentan como paramilitares y que, además, han disparado prácticas criminales como el homicidio selectivo, las amenazas, las intimidaciones y la ‘limpieza social’.

 Ambos municipios, también, sintentizan los mayores desafíos que tienen tanto las comunidades como la Fuerzas Pública y el Gobierno, para evitar que el fin de la guerra contra las Farc no haga más que exacerbar la guerra contra las bandas criminales y los narcotraficantes.

 Aumenta el narcotráfico

La preocupación tiene razones evidentes: desde que las Farc y el ELN dejaron de hacer una presencia fuerte en algunas zonas rurales de El Tambo, así como en  Argelia, López de Micay y Guapi, la presencia de otros grupos armados ligados al narcotráfico ha aumentado en esas zonas. Y el narcotráfico tambíén. 

 En el año 2013, el Cauca tenía 3326 hectáreas de coca; para 2014 la cifra fue de  6389 y en 2015, de 8660. Es decir, en dos años, el área sembrada de cultivos ilícitos en ese departamento aumentó el 160 %.

  Ese repunte, denuncian líderes campesinos e indígenas, ha coincidido con el crecimiento de la presencia de grupos que se autodenominan como ‘las Águilas Negras’, ‘ las Auutodefensas Gaitanistas’ o ‘los Urabeños’. 

A su vez, según lo han denunciado en varias ocasiones organizaciones indígenas, así como la Defensoría del Pueblo, la Personería y defensores de DD. HH. no gubernamentales, desde 2013 se han incrementado los homicidios selectivos, las intimidaciones y amenazas a líderes, comunicadores, políticos y profesores de ese departamento.

 Durante los primeros seis meses del año, según cifras de la Defensoría del Pueblo, en el Cauca fueron asesinados un total de 17 líderes sociales, lo que ubicó a ese departamento como el más peligroso para este tipo de activistas. Corinto, Caloto, Santander de Quilichao, El Tambo, Timbío, Popayán y Páez Belalcázar, son los municipios afectados. 

“Al Cauca están llegando otros actores armados, otros grupos armados que tienen intereses muy particulares en el narcotráfico y en la minería ilegal. Esos grupos están atacando el tejido social tanto de los campesinos como de los indígenas para lograr sus propósitos. Es cierto que las Farc han respetado el cese al fuego, y uno desea la desmovilización de esa guerrilla y la firma de un acuerdo, pero entonces, ¿eso se hará para que otros lleguen a continuar con otra guerra?”, dice Luceida Juricué, consejera mayor de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca. 

De acuerdo con denuncias hechas por el propio cabildo, en el último año se han presentado en el norte del Cauca al menos ____ casos de amenazas e intimidaciones contra indígenas, campesinos y defensores de DD. HH. 

La mayor parte de las amenazas se han hecho a través de panfletos que han circulado tanto en redes sociales como impresos, firmados por gurpos como las ‘Águilas Negras’ o las ‘Autodefensas Gaitanistas’. 

En uno de los últimos de esos panfletos el grupo criminal enumeró un grupo de personas a los que declararon objetivo militar y entre los que se encontraba la consejera Juricué, así como varios periodistas e incluso profesores de la Universidad del Cauca.

 “Declaramos objetivo militar a toda la Marcha Patriótica, profesores de Unicauca, asesores de las Farc, guerrilleros camuflados y candidatos políticos del narcoterrorismo”, reza uno de los panfletos.

Toda esta dinámica de criminalidad ligada al narcotráfico, explica un líder del Cauca que prefieren mantener el anonimato, se explica porque tanto las Farc como el ELN han empezado a abandonar algunas actividades ilícitas en esa zona. Tal abandono ha implicado, por otro lado, que grupos de narcotraficantes y de grupos ‘neoparamilitares’ lleguen a copar los espacios que antes eran de las guerrillas. 

“Eso es muy notorio en zonas como Huisitó y Playa Rica, en la parte alta de El Tambo, en donde la presencia de las Farc era muy fuerte hasta hace algunos años y ahora la presencia armada es de grupos que se hacen llamar AUC. Esos grupos están amenazando e intimidando a quienes hacemos resistencia para que el flagelo del narcotráfico en estas regiones no retome fuerza de nuevo”, dice el líder. 

Minería, en manos criminales

El pasado mes de abril, decenas de habitantes del Consejo Comunitario La Toma, que comprende áreas rurales de Santander de Quilichao y Suárez, Cauca, marcharon por la vía Panamericana con el objetivo de presionar al Gobierno para que dé cumplimiento a compromisos sobre el cuidado de los territorios de las comunidades afro. 

Luego de suspendida la movilización gracias a acuerdos con los delegados gubernamentales, varios líderes afro recibieron amenazas a través de mensajes de texto en sus celulares personales. 

 “Bueno, llegó la hora de ajustar cuentas con los que se hacen llamar defensores del territorio. Con esos HP de Éduard Mina, Francia Márquez y Jhon Jairo Valverde. Ya sabemos cómo se mueven y la orden es darles de baja para que no se opongan al desarrollo. Se les advirtió y ahora aténganse a las consecuencias. Att: las Bacrim”, señalaba el mensaje. 

Francia Márquez, una de las líderesas más destacadas de las comunidades afro en el Cauca y quien fue víctima de la amenaza, sostiene que el mensaje ilustra perfectamente la situación que se vive en el norte del departamento debido a la minería ilegal. 

El Consejo Comunitario de La Toma viene dando una pelea contra la extracción minera en el río Ovejas por parte tanto de multinacionales como de grupos armados. Según explica Francia, por un lado está el problema de que las autoridades mineras otorgaron un título de explotación a empresas extranjeras sin realizar la consulta previa con la comunidad, como lo obliga la ley. 

Por otro lado, según se ha denunciado en varias ocasiones, grupos armados han llegado hasta la zona para amedrentar a quienes se oponenen a la extracción minera que viene contaminando el río Ovejas. Una de las consecuencias de esta situación fue la masacre de ocho mineros artesanales que se negaban a trabajar con maquinaria pesada en abril de 2010. 

“No entendemos cómo es que no se tocó el tema de minería ilegal en La Habana y cómo el Gobierno sigue dándole la espalda a este problema. A las comunidades afro no nos están escuchando y en nuestros territorios hay muchos conflicos a punto de explotar”, concluye Francia Márquez.

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