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"Negociaciones de paz express no le sirven a Colombia": 'Pablo Beltrán' del ELN

Pablo Beltrán, jefe negociador por el ELN, se refiere al estancamiento de esos diálogos. Dice que haber sacado a unos feligreses de la María fue un error y que quiere pedir perdón por eso.

13 de junio de 2017 Por: Winston Viracachá Pava / Especial para El País

'Pablo Beltrán', jefe negociador por el ELN, se refiere al estancamiento de esos diálogos. Dice que haber sacado a unos feligreses de la María fue un error y que quiere pedir perdón por eso.

El jefe negociador del Gobierno, Juan Camilo Restrepo, dijo que hay que reprimir con todos los fierros al ELN, ¿qué opina?

Yo mismo me he hecho esa pregunta, por qué el jefe negociador de paz del Gobierno hace declaraciones como si fuera el ministro de guerra... Es extraño, porque hemos insistido en la necesidad de acordar un cese bilateral al fuego y, si estamos hablando de eso, estas declaraciones de Juan Camilo Restrepo son una apología y no exactamente a la paz.

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Porque también ha dicho que intensificar las acciones militares…

Desde que nos sentamos con el gobierno de Santos, en agosto de 2012, el Presidente dijo: ‘vamos a hacer los diálogos en medio de la guerra’, entonces esto no es nuevo, se trata de hacer unos diálogos de paz, pero con una mentalidad de guerra, porque la táctica es que hay que atacar al ELN en el territorio para llevarlo más doblegado y más manso a la mesa de negociaciones.

Tampoco son unas declaraciones porque Juan Camilo amaneció de mal humor, es el libreto, es el guión, la táctica: atacar afuera para que uno llegue a la mesa más mancito, es lo que queremos que se acabe y que haya un desarrollo de conversaciones en un clima de paz y por eso hemos propuesto que pactemos un cese bilateral.

¿Y qué ha respondido el Gobierno a esa propuesta?

Que sí pero que no, o sea, que sí, pero que hay que cumplir unos requisitos, pues para eso estamos para negociar cómo sería, pero salir a colocarle condiciones, es decir sí, pero no.

¿Pero sí han avanzado las negociaciones? Parece que no...

Eso fue lo que yo le dije en la mesa a Juan Camilo Restrepo: a las 11:00 de la mañana le estamos anunciando al país que vamos a hacer un equipo de comunicaciones y de pedagogía de paz, pero salen unas declaraciones de él como si fuera ministro de guerra, entonces ahí me parece que hay desinteligencia del Gobierno. Entonces él es jefe de la delegación de paz o es el ministro de guerra, es una doble personalidad.

Él dice que ustedes alargan las cosas, que están ganando tiempo…

Por ejemplo, tenemos previsto pactar un desminado humanitario: eso se va a hacer. Ahora, no estamos ganando tiempo. En la mesa pactamos que íbamos a adelantar las conversaciones con celeridad y rigurosidad, pero a veces al Gobierno se le olvida la segunda y solamente le interesa que corramos y nosotros hemos dicho que negociaciones express no le sirven a Colombia, porque es sanar en falso y usted sabe lo que pasa cuando se sana una herida en falso.

¿En qué le ha pedido el Gobierno que corran?

Si por el Gobierno fuera, tendríamos que terminar la negociación en esta semana, y nosotros le hemos dicho: no, aquí hay dos partes, tenemos que hacer aproximaciones. Eso no es solamente que ustedes digan hay que hacer tal cosa y nosotros les firmemos, no. Imponerles nosotros las posiciones nuestras a ellos, no lo vamos a hacer, pero tampoco vamos a permitir que las posiciones de ellos nos las impongan.

¿Por qué insisten en la presencia de Cambio Radical en la mesa?

Nuestra visión de la paz es avanzar lo más posible con el gobierno de Santos, de tal manera que cualquier Gobierno nuevo que llegue esté presionado a darle continuidad a todo esto, porque la paz son asuntos de mediano y largo plazo, entonces deben cubrir varios gobiernos. ¿Qué tal pactar unos acuerdos ahora y que el siguiente Gobierno los desestime? No, la seriedad y la política de Estado es que lo que comience un gobierno el otro le dé continuidad.

¿Qué hacer para que los colombianos crean en esos diálogos?

Primero, si uno se sienta aquí, debe venir a pactar acuerdos y a
cumplirlos, no debe venir a tirar caña. Lo segundo, que las fuerzas políticas dejen de hacer política como lo están haciendo ahora: que entre más ataquen la paz, más suben en las encuestas. Eso hay que cambiarlo, es una ley perversa.

¿Qué hay que cambiarle a este proceso para retomar la confianza?

Pues que si vamos a pactar cosas las cumplamos, uno. Dos: en este momento en la mesa el Gobierno está diciendo que si no se cumplen unas condiciones, no se firman acuerdos. Nosotros le hemos dicho: acuerdo que se vaya haciendo, firmémolo, y pongámoslo en marcha y ellos dicen: no ponemos en función los acuerdos, hasta que usted no me cumpla unas condiciones. Y nosotros le hemos dicho, así no vamos a avanzar.

¿Y cuáles son esas condiciones?

Ellos han dicho: es que si ustedes no dejan de hacer tales modalidades operativas, que nosotros llamamos privación de la libertad, no va a haber ningún avance en acuerdos. Y les hemos dicho: avancemos en otros acuerdos y vamos avanzando en este que a ustedes les interesa. Ahí tenemos una diferencia.

¿Y por qué no paran los secuestros?

La condición de dialogar en medio del fuego cruzado la puso Santos. Nosotros desde el principio le hemos dicho: levantémosla. Les acabamos de hacer una propuesta más precisa: pactemos un cese del fuego. ¿Cuál es la respuesta del Gobierno? No, déjeme pensarlo para más adelante. Nosotros no es que nos estemos negando a que pactemos ese cese.

¿Pero qué va a pasar mientras no se pacte ese cese?

Si usted mira las noticias, a diario los campamentos nuestros son atracados, a diario estamos perdiendo comandantes de frente. ¿Nosotros hemos protestado por eso?: No. Lo que hemos dicho es: para crear un mejor clima de paz, pactemos ese cese. Si hay un clima de cese al fuego, va a participar más la gente en el proceso de paz, ese es el resultado que nosotros queremos.

¿Cómo van a reparar las víctimas de La María? ¿Para ustedes, eso fue una retención o un secuestro?

Para nosotros fue una privación de libertad. Les íbamos a cobrar unos impuestos, al fin esto tuvo el desenlace que tuvo. Hicimos un pacto con el Gobierno, pero, claro, nosotros tenemos total disposición para hablar con las personas que estuvieron involucradas ahí, para analizar y para escucharlos como víctimas y que se sepa la verdad.

¿Se les pedirá perdón colectivo a esas personas?

Si fuera necesario, sí.

¿Qué decirles a esas víctimas, que fueron de los primeros civiles que cayeron en esas llamadas ‘pescas milagrosas’?

No eran ni tan pescas ni tan milagrosas. Podría ser milagrosas porque fue en una iglesia, pero era un sitio donde iba la élite de Cali. Claro, el primer error es haber hecho eso en una iglesia y, segundo, era un acto religioso. Debimos respetarlo, pero en últimas los principales afectados de toda esa operación fueron las personas que perdieron la vida, personas que quedaron muy lesionadas.
Pero si las tuviera en frente, ¿qué les diría?
Que nos interesa que hablemos, que haya la verdad sobre eso, que haya justicia, escucharlos cómo entienden que sería la justicia y también que hablemos de perdón, de asumir responsabilidades. Para nosotros, lo principal es que haya verdad y que haya asunción de responsabilidades. Si hay esas dos cosas, sobre ese primer piso se construye el resto, si no hay eso, es muy difícil.

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