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"La paz es tan grande, que rebasa la coyuntura política": Expresidente César Gaviria

Expresidente César Gaviria dice que la construcción de la paz va a implicar un gran esfuerzo.

27 de junio de 2016 Por: Argemiro Piñeros Moreno | Colprensa.

Expresidente César Gaviria dice que la construcción de la paz va a implicar un gran esfuerzo.

Uno de los colombianos que fue testigo el jueves pasado en La Habana, Cuba, de cómo la guerrilla de las Farc firmaba la terminación de su guerra armada fue alguien que les combatió ferozmente, el expresidente César Gaviria Trujillo.

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Hoy, así como lo hizo durante su gobierno, se declara un convencido de que la paz es mejor que la guerra, así la misma no se pueda pactar de la forma más perfecta.

Anuncia que estará en la plaza pública defendiendo el plebiscito, explicando los alcances del mismo y aclarando a los colombianos que la construcción de la paz es un largo camino, por lo que no duda en asegurar que la elección presidencial del 2018 la volverá a marcar este tema.

¿Qué significado tiene la firma del cese bilateral al fuego realizado el jueves pasado en La Habana?

Es un evento de la mayor importancia política y simbólica y un paso adelante del país, la verdad es que las Farc han sido el movimiento guerrillero más grande que ha habido en la historia en América Latina, el mejor entrenado, preparado y jerarquizado, que ha tenido en jaque a Colombia desde su creación, en el año 62. Con la Constitución del 91 logramos recoger algunos grupos y quedó pendiente las Farc.

¿Y cómo  cree que se logró  que las Farc le apostaran al diálogo?

Tuvimos que pasar por ese proceso complejo que fue el Plan Colombia, el fortalecimiento de la Fuerza Pública del presidente Uribe y hasta llegar a tener el Ejército y la Policía más grandes de América Latina para que esta gente entendiera que no tenía ninguna posibilidad por medio de las armas. Fueron las victorias militares las que permitieron sentar a la mesa a las Farc, pero sigue siendo una guerrilla muy grande, perturbadora, financiada por el narcotráfico y otro tipo de ingresos como la minería ilegal, al igual que extorsiones, secuestros. Era un problema que el país tenía en materia de seguridad y violencia, y el presidente Santos ha hecho un trabajo juicioso, inteligente y muy preciso, que requirió cuatro  años para llegar al punto donde hemos llegado.

¿Comparte la opinión del expresidente Álvaro Uribe de que esta paz está herida?

No tenemos una paz herida,  tenemos es una guerra con las Farc, nadie se puede engañar. El camino que nos queda es: o escogemos la paz imperfecta –porque no hay paces perfectas– o seguimos en la guerra. Uno  podría preguntarse ¿fue el proceso con los paramilitares una paz perfecta? Pues no. Produjo resultados, hubo verdad en muchos casos, unos están en la cárcel, no muchos, otros están extraditados, pero la inmensa mayoría de los paramilitares que confesaron delitos de lesa humanidad están por la calle. La justicia colombiana no tuvo la capacidad de juzgarlos, esos procesos son imperfectos. Imperfecta fue la Ley de Justicia y Paz y nadie está diciendo que fue un mal paso. 

La paz con las Farc solo es posible así. Si tuviéramos la posibilidad de meterlos en la cárcel y detenerlos, pero no se ha hecho, entonces la gente se va a tener que decidir entre esa paz imperfecta, que ofrece el presidente Santos, o la guerra perfecta que están ofreciendo algunos de sus opositores.

¿Cómo va a hacer el Estado para cumplir todos estos acuerdos, en especial el próximo Presidente de la República?

A mí eso no me preocupa, la construcción de la paz va a ser un proceso largo. El jueves se acabó la guerra con las Farc, pero la construcción de la paz va a implicar un gran esfuerzo por desarrollar ciertas regiones en lo agropecuario, devolverle la dignidad a muchos campesinos que han vivido atemorizados en un ambiente de guerra y se debe hacer mucha inversión pública en muchas regiones del país y eso va a tomar más de un gobierno. Las elecciones del 2018 van a ser acerca de cómo va la paz, de si sí la estamos construyendo, de qué no está saliendo bien, van a volver a ser sobre eso, como lo fueron las elecciones de hace dos años.

¿Cree que sí se puede llegar a cumplir lo acordado en el tema agrario?

El Estado colombiano se ha fortalecido a lo largo de estos años, ha crecido en su capacidad fiscal, en sus instrumentos. No he visto ninguno de los acuerdos del proceso que sea inalcanzable, nos cogieron en una minicrisis financiera que le va a poner presión al Gobierno, pero hay suficiente voluntad para sacar este proceso adelante.

¿El país podrá entender la aplicación de la justicia transicional para estos guerrilleros?

Toca esperar, se tienen los criterios básicos con los cuales se va a trabajar, se sabe que va a haber justicia transicional para la guerrilla, pero también la va a haber para los militares y empresarios. Va a haber un tribunal -uno de los temas pendientes- y eso tendrá que estar cerrado máximo en 45 días, porque al plebiscito no podremos llegar sino con el acuerdo firmado.

¿Le preocupa que la campaña del plebiscito sea muy hostil, de mucha confrontación?

No  creo. La gente estará muy inquisitiva preguntando sobre los acuerdos, que son muy largos y complejos, pero  tras estas semanas que vienen van a poder dar un voto ilustrado, consciente, porque no hay que estar de acuerdo totalmente con lo pactado por el Gobierno para poder hacer la paz en esos términos. Mucha gente quisiera acuerdos con aspectos que no están contenidos, muchos dicen ‘es que estos tipos tienen que ir a una cárcel con barras’, pero nadie se sienta en una mesa para negociar que lo metan a una cárcel de barras y ningún país del mundo lo ha hecho.

¿Está siendo el país y la oposición muy fuertes con el presidente Santos y el proceso de paz?

Al presidente Santos le ha costado mucho políticamente un proceso que ha sido tan largo y que se ha prestado, más que oposición, para que haya mucho escepticismo, porque la gente ya estaba perdiendo la esperanza de que esto nos fuera a llevar a buen puerto, pero esa esperanza ha vuelto. El jueves se definió el fin de la guerra y creo que vamos a poder trabajar sobre eso y sacar adelante el plebiscito, y el país va a tener una ruta distinta. Hay muchos más problemas, pero no soy de los que cree que porque a la gente le guste o no el presidente Santos va a votar a favor o en contra de la paz. La paz es un tema tan grande y tan importante que rebasa las consideraciones políticas de coyuntura.

¿Lo vamos a ver haciendo campaña por el plebiscito?

Claro que sí. Mi partido, la totalidad de la representación parlamentaria y los cuerpos colegiados, están con la paz y el proceso y lo vamos apoyar con mucho entusiasmo.

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