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¿Indultará EE.UU. a 'Simón Trinidad'? Habla el embajador en Colombia

Kevin Whitaker, en diálogo con El País, respondió a las reiteradas peticiones de los jefes de las Farc. Esta es su visión del proceso de paz.

6 de diciembre de 2015 Por: Redacción de El País

Kevin Whitaker, en diálogo con El País, respondió a las reiteradas peticiones de los jefes de las Farc. Esta es su visión del proceso de paz.

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Lograr el fin del conflicto armado en Colombia es una victoria tanto para los colombianos como para los Estados Unidos. Así lo asegura el embajador Kevin Whitaker, quien estuvo el jueves de visita en Cali, para la inauguración del Solar Decatlon. En diálogo con El País sostuvo que la decisión de  iniciar el proceso de paz con las Farc fue un acto de “coraje” del presidente Juan Manuel Santos.

También dijo que es justo darles crédito  a las Fuerzas Militares y al expresidente Álvaro Uribe por los avances en el campo de batalla que llevaron a la guerrilla a sentarse a la mesa de paz.

Ante las reiteradas peticiones de los jefes de las Farc de indultar a alias Simón Trinidad, preso en EE. UU. por terrorismo, aseveró que es un hecho que ve “más que improbable”. 

¿Cómo veía a Colombia hace diez años?

La opinión en ese entonces era igual a la de muchos, cuando se hablaba de paramilitares o de Pablo Escobar. Colombia ha cambiado drásticamente. Realmente son increíbles los avances  que ha tenido y estamos muy contentos de haber podido estar al lado de ustedes en todo el proceso.

¿Usted cómo ve el esfuerzo de Colombia, ahora que está a punto de firmar un acuerdo de paz con las Farc? ¿Cree que vamos por el camino correcto?

Se logró mucho con los esfuerzos que se hicieron desde el 2000 en adelante. Y estoy convencido de que sin los avances en el campo de batalla no hubiera ningún proceso de paz. Eso fue una condición esencial, y hay que darle crédito a las Fuerzas Armadas de Colombia y a los líderes del país,  incluso al expresidente  Álvaro Uribe.

Ahora bien, hay muy pocos ejemplos en el mundo  de una guerra insurgente terminada por una victoria militar. Entonces, entrar en un proceso de paz, desde este punto de vista, es lógico e inteligente. Creo que teniendo en cuenta el contexto en Colombia, la decisión fue tomada con mucho coraje por parte del presidente Juan Manuel Santos porque la manera más fácil era seguir con lo de siempre. Se estaba ganando en el campo de batalla,  pero el Presidente  decidió parar por siempre, de una manera sostenible, ese conflicto y desde el principio lo respaldamos completamente. Ahora tenemos un enviado especial, si se logra un acuerdo, pueden contar con nosotros, ya estamos luchando para que podamos ayudar en el posacuerdo, porque creemos que los días inmediatamente después de la firma del acuerdo de paz, serán contundentes y de mucha importancia.

¿Considera que es factible que EE. UU. libere a Simón Trinidad, preso en su país, como un gesto  de contribución al proceso de paz?

Obviamente es una situación bastante complicada. Él no está acusado, está condenado por crímenes  como conspiración al secuestro de oficiales  norteamericanos, lo que se tipifica en el código criminal norteamericano como terrorismo. Creo que es muy, muy difícil. Lo veo más que improbable.

Pero también existe la posibilidad de perdón y olvido...

Más bien indultos. Y eso es una facultad de cualquier presidente, pero un indulto tiene que pasar por el Departamento de Justicia, que tiene oportunidad de expresar su opinión. Además,  Barack Obama ha indultado a menos personas que cualquier otro presidente. Después de su primer periodo  indultó a  seis personas, y el promedio son varias docenas, que normalmente son para crímenes menores como posesión de marihuana o cosas por el estilo. Entonces, no hablo por el presidente al respecto.

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¿Cree se va a cumplir con esa fecha del 23 de marzo para terminar los diálogos que buscan la finalización del conflicto armado?

Es difícil decirlo. Hay mucho que hacer. Está el acuerdo de la justicia transicional, que es lo más difícil, pero también se pusieron en el congelador varios asuntos de los primeros textos de la reforma agraria, de drogas y de la participación en política. Además, está el fin del conflicto que es complicado también. Pero al trabajar consistentemente y con mucha voluntad sí se puede lograr. Las negociaciones son difíciles y por su naturaleza, se deja al final la parte más difícil y eso es lo que está ocurriendo. Pero esperamos que sí se cumpla con la fecha.

Los últimos estudios advierten un incremento de los cultivos ilícitos en Colombia, y es de conocimiento público que el narcotráfico está relacionado con la financiación de las Farc. ¿Cómo están ustedes analizando esa situación, por ejemplo, el tema del cese de  la aspersión, o qué les preocupa?

La aspersión es un tema soberano del gobierno de Colombia, y aceptamos ese hecho. Después de esa decisión, el gobierno decidió montar una nueva estrategia al respecto y hay dos elementos clave, el primero es el de intervenciones más grandes, que lo maneja el Ministerio de Defensa y la otra parte es la social, que  tiene que ver con respuestas judiciales a los involucrados y desarrollo atractivo. Hemos trabajado de la mano con el gobierno colombiano en la formación de estas estrategias en sus dos vertientes.

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Eso puede tener éxito, va a estar complicado en el futuro  por la naturaleza del negocio que es muy rentable, está en muchas partes del país, hay muchos involucrados, y no hay duda de  la participación de las Farc. Parte de la teoría del presidente Santos es que en un futuro posconflicto, las Farc puedan colaborar en los esfuerzos en contra de la siembra y  tráfico de drogas y  narcóticos y eso me parece algo alcanzable.

“He ganado la lotería por ser el embajador en Colombia. Un país aliado, con gente buena, con mucho capital humano, con un futuro”, Kevin Whitaker, embajador de EE. UU. en Colombia. 

 

Una de las cosas que  está en el acuerdo de justicia transicional  es la figura de la extradición que se ha propuesto desmontar respecto a los guerrilleros que se desmovilicen ¿Usted qué piensa del mantenimiento de esa figura, dado que es una herramienta muy importante en la lucha contra el narcotráfico?

La extradición ha sido una herramienta que ha beneficiado a la justicia norteamericana y colombiana y a las víctimas también.  Se ha hablado mucho de que no se va a extraditar a integrantes de las Farc en condiciones de paz y yo haría varias observaciones. Uno,  la extradición ha servido muy bien a todos nosotros como ya lo he dicho.  Dos, la extradición, por su naturaleza, es un proceso bilateral, es decir, que los dos lados tienen que estar de acuerdo en bases políticas y legales y si  una de las partes dice que no, pues la otra parte debe aceptarlo. Y si Colombia decide  ahora o después  que no va a extraditar a una organización por un grupo de crímenes, vamos a respetar esa decisión.  Desde 2002 se han extraditado casi dos mil  personas, eso es un castigo muy fuerte y para manejar un sistema judicial se necesita de  castigos fuertes.

Antes, la extradición era el ‘coco’  para los narcotraficantes. Ahora hay formas de negociar y los extraditados terminan pagando condenas cortas...

Es un mito que los presos pidan la extradición. La justicia norteamericana es implacable, es duro vivir en una cárcel allá.  Ahora bien, en los procesos judiciales norteamericanos sí hay negociaciones, pero la idea es no dejar el asunto con una persona, si no seguir jalando el hilo para saber qué más hay de este negocio nefasto. 

Al momento en que una persona dice que tiene más información y la entrega de forma oportuna -antes de la condena y no después- y eso resulta en más investigaciones y ganancias judiciales hay una posibilidad de una negociación. Creo que se mal interpreta eso porque la gran mayoría de la gente recibe condenas bastante fuertes. Hay todo un mito de que alguien busca ser extraditado, recibiendo penas muy suaves y que todo el mundo está negociando. Pero  si hay gente que ha violado las leyes norteamericanas y quiere someterse a la justicia norteamericana, bienvenido,  lo recibimos, lo procesamos.

El presidente Santos lanzó en Europa a comienzos de semana el fondo Colombia Sostenible, ¿Cómo contribuirá EE. UU. con ese fondo para el posconflicto?

Pregunta complicada. Primero, hasta el 2008 y 2009 aportamos  medio billón de dólares al año en el Plan Colombia. Ahora estamos en 288 millones de dólares al año. Eso es una contribución grande, nosotros estamos haciendo actividades que están bien orientadas al posconflicto. Por ejemplo, con Usaid (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo) se hace una contribución de 141 millones de dólares, estamos trabajando con víctimas, desarrollo rural y esos son temas clave para que la paz se pueda consolidar.

 A mi juicio, y hablando como embajador y nada más allá de eso,  creo que es importante que estemos aún más al lado de Colombia, principalmente después de los años que le seguirán a la firma del acuerdo. Ustedes saben cómo funciona nuestro gobierno, donde el ejecutivo propone y el Congreso dispone, pero estamos intentando empujar esa idea. La paz en es una victoria tanto para los colombianos como para nosotros.

Si el gobierno y las Farc firman la paz, ¿usted cree que estarían dadas las condiciones para que lleguen más empresas norteamericanas a nuestro país?

Ojalá que sí, creemos que el hecho de que se firme el acuerdo de paz va a crear más ese sentido de que Colombia es un lugar donde sí se puede invertir con seguridad y vamos a ser socios del gobierno colombiano para tratar de atraer compañías norteamericanas.

Sobre la visa

Hoy los colombianos pueden llegar a Europa sin visa, ¿Cuándo se podrán hacer negocios en EE. UU. sin necesidad de tramitar visa?

La primera cosa que se debe entender es que para nosotros -no se cómo se maneja la visa Schengen- hay varios elementos necesarios: el país necesita tener un  ‘machine readbook password’ (antecedentes judiciales) ustedes lo tienen ahora; dos, se debe compartir plenamente una cantidad de bases de datos indiscriminada y sin restricciones, y eso para algunos países ha representado un reto. 

En Colombia, porque estamos en esas negociaciones, yo creo que es manejable. 

Para la visa de visitante, la tasa de rechazo es del 3% y para los colombianos es del 12 %, hace unos años era del 9 %, entonces no estamos en la dirección correcta, pero es la ley. Vamos a seguir trabajando en eso, no les voy a decir que sea probable que vaya a ocurrir pronto.

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