Fin del paramilitarismo, tema de análisis en la mesa de diálogos
Las Farc dijeron que se buscarán estrategias para acabar con esa amenaza. Expresidente Uribe pide destruir las armas que deje la guerrilla.
Las Farc dijeron que se buscarán estrategias para acabar con esa amenaza. Expresidente Uribe pide destruir las armas que deje la guerrilla.
[[nid:500520;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2016/01/paramilitares.jpg;full;{Las bandas criminales, donde, según autoridades, hay desmovilizados de grupos paramilitares, operan en diversas zonas de Colombia. Se ha identificado que operan en departamentos como Córdoba y Norte de Santander, entre otros. Foto: Elpais.com.co | Archivo}]]
El tema del paramilitarismo comenzará a ser discutido en la mesa de negociaciones de La Habana, según informaron ayer voceros de las Farc. Lea también: Farc advierten que "con reactivación del paramilitarismo no habrá paz"
Según se indicó, se discutirán con el Gobierno estrategias para terminar con esos grupos, considerados por la guerrilla la mayor amenaza para cerrar el conflicto armado de Colombia a través de un acuerdo de paz en Cuba.
Las Farc, que negocian desde el 2012 un pacto histórico para acabar con más de medio siglo de lucha armada contra el Estado, dijeron que a partir de ahora se enfocarán en un debate profundo sobre la urgente necesidad de superar el azote del paramilitarismo.
Difícilmente se podría entender que las Farc concluyeran el paso de una organización armada a un movimiento político legal sin tener garantías ciertas de la desarticulación de las bandas ilegales contraguerrilleras, señaló Pablo Catatumbo, negociador de paz de ese grupo, en un mensaje leído en La Habana.
De acuerdo con la insurgencia, mientras que se hace esa discusión en la mesa, la actividad de los grupos paramilitares se multiplica por todo el territorio nacional. Asesinatos y amenazas a la población civil de un lado, y combates con las fuerzas insurgentes por el otro, configuran hoy una realidad en departamentos como Norte de Santander, Chocó, Antioquia, Córdoba y Nariño.
La guerrilla anunció el inicio de las discusiones sobre una de sus mayores preocupaciones de cara a la firma de la paz, prevista para este año, tras acordar con el Gobierno la verificación internacional de su futuro desarme.
Con 7000 combatientes, según cifras oficiales, las Farc aceptaron que una misión de Naciones Unidas, apoyada por la Celac, supervise el desarme y el cese bilateral y definitivo del fuego en Colombia.
La agrupación rebelde espera recibir garantías de que los paramilitares no serán una amenaza, como ha ocurrido en otros períodos, cuando fueron asesinados activistas o políticos de izquierda por bandas de ultraderecha aliados con militares, varios de quienes terminaron en la cárcel por esos vínculos.
Lastimosamente, tenemos que señalar que mientras iniciamos este debate, la actividad de los grupos paramilitares se multiplica, denunció Catatumbo y reiteró que ese fenómeno constituye la principal talanquera que impide el tránsito definitivo hacia una Colombia en paz.
Acusados de delitos de lesa humanidad, miles de paramilitares depusieron las armas durante un controvertido proceso de negociación con el gobierno de Álvaro Uribe, tras lo cual surgieron nuevas bandas dedicadas al narcotráfico y otras actividades ilegales que la guerrilla ha denunciado como nuevos paramilitares.
Además, las Farc propusieron una nueva legislación para sancionar la promoción, organización, financiación o empleo oficial o privado de estructuras o prácticas paramilitares y un verdadero pacto político contra ese fenómeno.
Promotores de paz Tras quedar en libertad, los guerrilleros Sandra Isaza y Carlos Antonio Ochoa, que se beneficiaron con el indulto del Gobierno, reconocieron el trabajo que han realizado las delegaciones de paz. Decidimos convertirnos en promotores de paz. Trabajaremos en una primera etapa por socializar los acuerdos logrados en La Habana. A mediano plazo, en calidad de exprisioneros, nuestros esfuerzos estarán destinados a que nuestros compañeros tengan mejores condiciones de vida, indicó Isaza. Hay mucho por hacer y bastante por construir. Esperamos que podamos materializar nuestros sueños y deseos. Asumimos el reto de trabajar por la reconciliación y la verdadera paz. Ese es nuestro compromiso, dijo.Armas deben destruirse: Uribe El expresidente y ahora senador Álvaro Uribe Vélez aseguró desde Montería que no se opone a que haya pocos sitios de concentración para las Farc, una vez se firme el acuerdo de paz, pero advirtió que las armas deben destruirse, para no contar exclusivamente con la garantía de la vigilancia internacional a la dejación de las mismas, que harán la ONU y la Celac. Para Uribe, debe quedar claro si la guerrilla va a seguir teniendo las armas, si la verificación va a ser sobre su uso o si en efecto las armas van a ser entregadas. De acuerdo con el expresidente, las armas deben entregarse a un tercer país, distinto a Venezuela, para que las destruyan. Si simplemente las Farc las van a dejar con el compromiso de no usarlas con vigilancia internacional, sería peligrosísimo. Sobre los lugares de concentración, precisó que estos no deben ubicarse en corredores fronterizos o con presencia permanente de población civil. Por su parte, el senador Alfredo Rangel, también perteneciente al partido Centro Democrático, consideró que es bueno que la Organización de Naciones Unidas haga la verificación, pero también advirtió que el problema es que no conocemos los acuerdos que se van a verificar.