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Analistas ven inicio de diálogos con el ELN con optimismo mesurado

El 'empantanamiento' de los acuerdos entre Gobierno y Farc podrían hacer complejo el proceso de paz con el ELN.

11 de octubre de 2016 Por: Redacción de El País

El 'empantanamiento' de los acuerdos entre Gobierno y Farc podrían hacer complejo el proceso de paz con el ELN.

El arranque de los diálogos formales entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN)  y el Gobierno para lograr una salida negociada al conflicto armado fue recibido con optimismo por algunos analistas, quienes indican que esta es una manera de demostrar que la paz en el país se puede lograr  completa.

Sin embargo, hay quienes manifiestan que, debido al “empantanamiento” que enfrentan los acuerdos entre Gobierno y Farc, la situación puede tornarse “compleja”.

Así lo sostuvo el experto en seguridad y defensa, John Marulanda, quien dijo que le preocupan varios aspectos de este nuevo proceso, entre ellos, de quién es el oportunismo para arrancar el diálogo que estuvo estancado durante siete meses, después de que en marzo fueran revelados los puntos de la agenda a negociar.

“No sabemos si el venir a diálogos ahora es por el oportunismo del Gobierno o del  ELN”, comentó Marulanda, al tiempo que manifestó que “si no es así, va a ser, en cualquier caso, un diálogo complejo, largo, complicado, dada la naturaleza de jerarquía del ELN  y su ideología tan radical”.

El experto comentó que lo que hace especial este diálogo es el apoyo de la jerarquía eclesiástica, cosa que no ocurrió con las Farc.

También hay que aclarar -a su juicio- si el diálogo  arranca a partir de los acuerdos firmados con las Farc y que negaron los colombianos en las urnas o si se va a construir su propio esquema de acuerdos, “si parten de un  nuevo proceso, pues va a ser largo y complicado”, insistió.

Pero Camilo González Posso, director del Instituto de Ideas para la Paz, Indepaz,  sostuvo que las nuevas conversaciones llegan para darle “mucho aire” a los diálogos de paz con la guerrilla de las  Farc.

Explica que así se aumenta el optimismo entre los colombianos  porque puede haber una paz completa, como lo exigían los promotores de la campaña del No en el plebiscito.

“Se desvirtúa que si se firma la paz con las Farc va a haber desertores que se cambien el brazalete por el del ELN”, agregó González.

A su juicio, las mesas de conversación deben ser paralelas porque la situación con las Farc ya está en fase definitiva, mientras que con el ELN apenas están comenzando.

Lo mismo opina Iván Garzón, director programa de Ciencias Política de la Universidad de La Sabana, quien considera que debe haber una posibilidad de que las mesas sean convergentes, pero separadas y que al final haya un solo acuerdo para terminar el conflicto.

Sin embargo, el politólogo Fernando Giraldo cree que  las conversaciones deben ser separadas, lo mismo que los acuerdos, porque “muchos de los puntos ya pactados con las Farc no van a ser aceptados porque no se van a exponer a ‘empantanarse’ con un acuerdo que tiene dificultades y no fue aceptado por los colombianos”.

 El analista comentó que el hecho de que se inicien las negociaciones con el ELN en este momento hace parte de la presión a la oposición a los acuerdos con las Farc. 

“Manda un mensaje contundente a los políticos y sociedad en general que promovieron el No y que están anclados en que se tiene que cambiar prácticamente todo”, indicó Giraldo.

Así mismo, el experto manifestó que el acuerdo de La Habana  no es un mal acuerdo y, aunque el resultado del Plebiscito por la Paz obliga a no aplicarlo jurídicamente, con esta presión el Gobierno Nacional  lo que busca es hacer unas modificaciones “razonables”.

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