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El representante del Uruguay ante la ONU, Elbio Rosselli, participó en una reunión con integrantes de las Farc Iván Márquez y Pastor Alape en la vereda La Cooperativa. | Foto: Agencia EFE

FARC

"50 años de guerra no se abandonan de la noche a la mañana"

El embajador de Uruguay, Elbio Roselli, quien preside el Consejo de Seguridad de la ONU, asegura que un proceso de paz es muy difícil y que los colombianos deben estar orgullosos de lo que están haciendo.

8 de mayo de 2017 Por: Agencia Colprensa 

Con un 75 % de cumplimiento de la ‘Fase de Urgencia’, según el presidente de la República, Juan Manuel Santos, y mil armas de las Farc en manos de la Misión de la ONU, recibió el Gobierno Nacional al pleno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

La visita, que se inició el jueves y culminó el viernes, fue la primera que hizo el Consejo a Latinoamérica, tras los 70 años de existencia de ese organismo.

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Los quince embajadores (cinco permanentes y diez no permanentes), estuvieron visitando al presidente Santos, hablaron con el gabinete del Posconflicto, lo mismo que con miembros del Congreso de la República, con personas de la sociedad civil y con las Farc, pero también visitaron la zona veredal de La Reforma, en Vista Hermosa, Meta.

“Hemos venido a escuchar”, afirmó el embajador de Reino Unido, Matthew Rycrift, quien lideró, junto al embajador de Uruguay y presidente del Consejo de Seguridad, Elbio Rosselli, la visita y quienes destacaron la importancia del momento coyuntural que se vive hoy en Colombia.

Rosselli resaltó la actitud decidida de quienes adelantan el proceso de paz -Gobierno y Farc -y dijo que Colombia está dando ejemplo.
“Estos procesos tienen altibajos, pueden inclusive tener retrocesos pero lo que importa es mantener el rumbo, continuar en el esfuerzo y perseguir en el progreso”, insistió en claro respaldo del organismo a la labor del presidente Santos.

Roselli, durante su paso por Colombia, expresó sus impresiones sobre el proceso de paz, del que dijo no es fácil de implementar, pues requiere sanar heridas y un enorme compromiso.

¿Qué balance hace sobre la visita a Colombia?

Estamos realmente estimulados por el ambiente de trabajo que encontramos en la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación. Hay un reconocimiento de las dificultades que vienen por delante, pero hay un clarísimo espíritu de cooperación para resolverlas. Con la sociedad civil hemos recogido numerosos comentarios y también, una vez más, el agradable espíritu de comprensión y compromiso con la paz que todos ellos nos han manifestado.

¿Qué les dijo a ustedes las Farc?

Ya se conocen los temas que tienen tanteados: los retrasos en las zonas, el problema de las amnistías, el problema de las órdenes de arresto. O sea, nada que no se conozca, pero lo que sí encontramos y nos dijeron con gran claridad fue que estas no son quejas, son problemas que están resolviendo y son temas que están conversando. ‘Estamos muy cerca de solucionarlos’, dijeron.

¿Les dijeron si se cambiará el cronograma de la dejación de armas?

Estamos trabajando sobre la base del día D+180. Esa es la meta, y en esa meta vamos a seguir trabajando.

Se habla de una segunda Misión de la ONU, pero para la reincorporación a la vida civil y política de las Farc... ¿Eso se podría dar?

Continuar en una segunda Misión dependerá de una solicitud del Gobierno de Colombia y de las Farc. Nosotros, el Consejo de Seguridad y las Naciones Unidas, respetamos las decisiones del pueblo, el Gobierno y las Farc. En lo que ellos necesiten, en lo que ellos pidan, nosotros daremos consideración y ciertamente trataremos de trabajar favorablemente, contribuyendo al esfuerzo de los colombianos en la búsqueda de la paz.

En Colombia preocupan los asesinatos de líderes sociales, ¿cómo ven ustedes este panorama?

Todo este tipo de dificultades son normales, siempre suceden en periodos de construcción de la paz, por supuesto que hay preocupación. Una muerte, es una vida que se pierde más, y nosotros tenemos preocupación, como preocupadas también están las Farc y el Gobierno Nacional; pero están comprometidos fuertemente en resolver esos casos y, más que nada, en prevenir la recurrencia de hechos que no deben suceder y que irán, con toda seguridad, gradualmente desapareciendo.

La percepción de la gente sobre el proceso pareciera no mejorar. ¿Cómo ve eso?

Un proceso de paz es muy difícil. 50 años de guerra no se abandonan de la noche a la mañana, exige sanar heridas, exige poner un enorme compromiso.

Nosotros vivimos mirando países en los cuales la guerra es desoladora y donde en ningún momento las partes se sientan a discutir, a negociar.

Acá los colombianos se han sentado, han llegado a un acuerdo, están comprometidos con el proceso de paz, han comprometido el capital político con las Farc.

¿Cómo califica este hecho?

Es un acto de compromiso con la paz que rara vez se ve internacionalmente. Los colombianos deben estar orgullosos de lo que están haciendo.

Falta quizás, esa mirada internacional que le dan ustedes al proceso, pues parece ser el único de éxito en este momento…

La comunidad internacional mira con enorme interés lo que están haciendo los colombianos. Miren África, el Medio Oriente, Asia, o miren cualquier lugar del mundo donde hay conflicto. Miren el continente americano, gracias al compromiso de los colombianos el continente latinoamericano es el único del mundo donde no hay conflicto activo hoy. Ese es el mérito de los colombianos, no es un mérito de las Naciones Unidas, ni del Consejo de Seguridad.

Desde su experiencia, ¿cuándo se empieza a estabilizar un país tras un proceso de paz?

No hay fórmulas mágicas. Cada proceso tiene su curso, cada uno va a llevar el tiempo que requiera en las condiciones del momento.

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