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Heriberto Sanabria, coordinador ponente de la reforma política en la Cámara de Representantes. | Foto: Especial para El País

GOBIERNO NACIONAL

"Ha habido mucha indisciplina en el debate a la reforma política": Heriberto Sanabria

Heriberto Sanabria, coordinador ponente de la reforma política en la Cámara de Representantes, asegura que ha habido indisciplina de los congresistas en el estudio del acto legislativo.

19 de octubre de 2017 Por: Judith Gómez Colley, editora de Poder

En mayo pasado el Gobierno Nacional radicó en el Congreso de la República el proyecto de enmienda constitucional de la reforma política para ser discutida vía ‘fast track’, lo que hacía suponer que avanzaría rápido, pero apenas la próxima semana se le dará segundo debate en plenaria de la Cámara, para luego pasar al Senado.

Esa situación hace temer que la iniciativa se quede a mitad de camino, pues el tiempo juega en su contra.

El representante Heriberto Sanabria, ponente coordinador de la reforma en la Cámara, aseguró que además de que la iniciativa cuenta con la oposición de los partidos Cambio Radical y Centro Democrático, ha sido víctima de la indisciplina de las bancadas y la ausencia de los congresistas, lo que ha llevado a que el estudio haya sido dispendioso y engorroso.

Pero el congresista también reconoce que esta no es la gran reforma política que esperaba el país y que es “un pañito de agua tibia”.

¿Qué es lo que está pasando realmente con la reforma política, que se radicó en mayo y avanza lento?

La reforma política es un proyecto de acto legislativo presentado por el Gobierno Nacional para darle cumplimiento al punto 2 del Acuerdo de Paz. Pero es un proyecto que no solo se limitó a desarrollar ese punto del acuerdo para ampliar y fortalecer los mecanismos de participación política y democrática, sino que incluyó otros temas, como la financiación de las campañas, de los partidos, el Consejo Nacional Electoral, y esos temas se han convertido en un detonante, en elementos perturbadores del proyecto, lo que hizo que muchos congresistas, cuando se inició la discusión, se declararan impedidos porque tenían procesos en el CNE o en la Corte. Entonces, lo primero que se hizo fue resolver los impedimentos.

Resuelto eso se entró al tema de estudio de la reforma, pero la verdad es que ha habido indisciplina de las bancadas del Gobierno y, desde luego, ha habido oposición del Centro Democrático y Cambio Radical y eso ha perturbado el trámite.

¿Pero lo que está incidiendo en el lento avance de la reforma es la ausencia de los congresistas o que no se convocan a tiempo las sesiones para dilatar el estudio?

No. Las sesiones se convocan a tiempo, el presidente de la Cámara, Rodrigo Lara, está puntual, preside, es garantista en exceso, se pasa, le da la palabra a todo el que se la pide. Uno no sabe si eso es una táctica de garantía o dilatoria, pero él ha estado pendiente del tema. Lo que sí ha habido es falta de quórum, ha habido mucha indisciplina de las bancadas, ausencia de los congresistas y eso ha hecho muy dispendioso y engorroso el estudio. A eso se suman temas que no gustan.

Pero, distinto a lo que usted dice, el ministro del Interior, Guillermo Rivera, responsabiliza a Lara de frenar la reforma, de engavetarla, de no convocar a tiempo las sesiones. ¿Este tire y afloje se ha agudizado a raíz de la salida de Cambio Radical de la coalición de Gobierno?

Ambas cosas. Para nadie es un secreto la posición de Cambio Radical y la del Presidente de la Cámara, quien siempre ha manifestado que no es amigo de la reforma política, que no le gusta. De hecho, en la Comisión Primera la votó negativamente, ayer (el miércoles) también votó negativo el informe de ponencia. Eso puede ser un elemento que lo lleve a ser demasiado garantista y a dar la palabra a todos los congresistas.

Pero el Gobierno tiene que reconocer que ya no tiene el control de sus propias bancadas, no le asisten, se retiran, y así se pone complejo el trámite.

Usted habla de que a la reforma se le introdujeron temas que no debían estar. ¿Cree que esa iniciativa se convirtió en una piñata?

Sí. La reforma se desnaturalizó. Primero, no es la gran reforma política que el país esperaba, ni siquiera debe llamarse reforma política. Esto es un acto legislativo donde se implementan algunas normas en materia electoral, pero la gran reforma que espera el país para cambiar las costumbres políticas, para mejorar el régimen y el sistema de partidos y movimientos, no es.

La reforma simplemente trata de un tema de competencias del Consejo Nacional Electoral, de la Registraduría Nacional, de financiación, de campañas, aunque trae unos elementos importantes como las prohibiciones a los ciudadanos para pedir y solicitar dádivas, presionar para votar e igual castiga a los candidatos de los partidos que ejerzan esas prácticas, pero creo que esta reforma se queda corta ante la crisis que tienen en estos momentos los partidos y la institucionalidad. Es un pañito de agua tibia. Creo que se ha podido ir mucho más a fondo.

Dentro del cuerpo de la reforma se supone que están las normas que se atemperarán al Acuerdo de Paz. ¿Lo que va a quedar de la misma sí se ajusta a lo que se pretendía?

A eso era que debía limitarse la reforma, a desarrollar el punto 2 del Acuerdo de Paz, que es fortalecer mecanismos de participación, pero, sobre todo, garantizarle al partido político de las Farc su participación política y electoral, aunque las Farc ya pueden participar en política porque tienen un partido creado.

El exministro del Interior Juan Fernando Cristo, hoy precandidato presidencial, quien diseñó y presentó el acto legislativo, ahora es partidario de que no pase y que se haga una Asamblea Constituyente para hacer la reforma política y la judicial. ¿Qué piensa de eso?

El papá de la reforma es el exministro Cristo y siempre en el Congreso, cuando la reformas que presenta el Gobierno quedan en un punto muerto o están a punto de fracasar, sacan el ‘coco’ y asustan al Congreso con una Constituyente, eso no tiene ninguna lógica ni razón. El proceso de paz ya está blindado por la Corte Constitucional, no se va a reversar porque no se haga la reforma, no depende de ella, depende de otros factores.

Una Constituyente a seis meses de que se termine un periodo constitucional del Congreso, no es viable. Con reforma o sin ella, el próximo Presidente y el próximo Congreso de la República convocarán una Asamblea Constituyente, sí así lo quieren.

¿Y qué tan cierto es, como dijo el exministro Cristo, que la reforma la peluquearon, la descuartizaron?

Si ha sido peluqueada, ahí hay un peluquero, que es el mismo Gobierno. En el Congreso, a un proyecto de esta u otra naturaleza, no se le pone ni un punto ni una coma ni se le quita una tilde si no tiene el visto bueno del autor del proyecto y el autor fue el Gobierno Nacional. Si se ha peluqueado ha sido con las herramientas que ellos han facilitado.

¿Es verdad que esta reforma, como dicen Lara y otros críticos, está hecha a la medida del exministro Cristo y la llaman la ley Cristo?

No creo que esa sea la ley Cristo. Creo que es una exageración, es una ley que necesita la política y las campañas, aunque no es suficiente.

¿De lo que contempla la reforma y que se va a debatir en la plenaria de la Cámara el martes, qué se podría aplicar en 2018 y qué quedaría para las próximas elecciones?

Hay unos temas que se pueden aplicar al 2018, por ejemplo, el de las listas abiertas, que en este momento está vigente. Esta reforma lo que hace es cerrar las listas para el 2022. Listas abiertas con voto preferente existen. También se aplicaría la financiación, que es para los partidos y las campañas políticas, los otros temas son para el 2022.

¿Y las coaliciones de partidos, para cuándo aplicarían?

Las coaliciones se podrían aplicar si la reforma sale antes del 11 de diciembre, que es la última fecha cuando se pueden inscribir las listas de candidatos y se podrán hacer coaliciones. De lo contrario, no es posible.

¿Cree que sí alcancen al 11 de diciembre?

Ya no hay tiempo. El martes está citado el segundo debate en plenaria de la Cámara.

La reforma de Cámara iría al Senado, ¿considera que pasará o cree que surgirán nuevos tropiezos?

Falta toda la dinámica del Senado, que es bien difícil.

¿Cree que se llegue a hundir en el Senado?

De pronto de no hundirse, va a quedar allí en el congelador.

¿El Gobierno sí está interesado en sacar adelante esta reforma política?

Al Gobierno lo he visto jugado, lo que no he visto es la respuesta de sus bancadas.

“Congreso inferior”

Si no es por Constituyente, ¿es posible hacer una reforma política integral vía Congreso?

Depende del Congreso que tengamos. El Congreso ha sido inferior a las grandes reformas que el país ha necesitado. La reforma a la salud, a la educación, de tierras, la financiera, la agropecuaria. Esta es una tarea pendiente que tiene el Congreso. Si el próximo Congreso no tiene el compromiso histórico de adelantar esta reforma, simplemente está justificando la convocatoria a una Asamblea Constituyente.

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