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Francisco Santos, excandidato presidencial. | Foto: Foto: archivo de El País

CENTRO DEMOCRÁTICO

Francisco Santos habla sobre las peleas dentro del Centro Democrático

El exvicepresidente, quien dice estar ajeno a cualquier aspiración presidencial, asegura que es falso que desde las toldas uribistas se piense en reversar lo pactado en el proceso de paz, aunque creen que sí puede mejorar.

22 de febrero de 2017 Por: Redacción de El País

El exvicepresidente de la República Francisco Santos, quien dice estar ajeno a cualquier aspiración presidencial, reconoce la división interna que hay en el Centro Democrático, CD, razón por la cual empezó a trabajar en aras de lograr la unidad del partido de cara a las elecciones del 2018.

Santos además cuestionó la reforma política que promueve el Gobierno, de la que dijo es hecha con nombre propio, pues la eliminación de la Vicepresidencia es, según él para “cascarle a Germán Vargas” y acabar la circunscripción nacional, “es para pegarle al expresidente Álvaro Uribe”.

¿Cómo analiza la crisis que está viviendo el Centro Democrático con el escándalo de Odebrecht?

Nos toca esperar a ver qué es lo que trajo el Fiscal General de Brasil, porque no sabemos finalmente qué es lo que hay contra Óscar Iván Zuluaga. Lo que existe es una versión de lo que dijo la revista Bella. Si el Fiscal trae algo, tocará asumir las responsabilidades y tomar decisiones, pero necesitamos saber qué hay.

La otra crisis de fondo es la de las peleas internas y esas necesitamos resolverlas tomando tres decisiones de aquí a junio: uno, cómo elegimos al candidato del partido; dos, cómo vamos a hacer las posibles coaliciones para llegar a la primera vuelta presidencial con un solo candidato, si es una consulta interpartidista con Marta Lucía Ramírez, con Alejandro Ordóñez; tres, listas cerradas o abiertas, es una decisión que tenemos que tomar rápido; y cuarto, cómo van a quedar los órganos de dirección del partido y ver cómo creamos un comité de alto nivel para avales de Cámara y Senado.

¿Y que le gusta, listas cerradas o abiertas?

A mí me gustan cerradas, pero competir a las listas abiertas con cerradas es como competir un Ferrari contra un Renault 4. Una lista abierta la empujan 30 o 40, pero un cerrada lo hacen, máximo, 10.

¿Cómo prefiere que se escoja al candidato presidencial, en consulta o convención?

A mí las convenciones no me gustan, debe hacerse un proceso democrático con una consulta abierta, en septiembre u octubre y que vote el que quiera, que infiltren, no importa, lo clave es tener un candidato y jugárnosla con él.

Usted hablaba de rupturas internas en el Centro Democrático, ¿qué ha originado esas disputas en un partido que tras el resultado del 2 de octubre al ganar el plebiscito debería estar muy cohesionado?

Los responsables somos todos por no haber tomado decisiones sobre cuales son las reglas del juego, pero apenas se definan se acaban esas peleas. Una vez se sepa si vamos con listas cerradas o abiertas, si son cerradas habrá otra pelea y si son abiertas se acaban, porque caben todos. Son disputas de egos que me producen tristeza porque el país no está para eso; hay que pensar es en el partido y en Colombia porque tenemos que consolidar la única opción, no queda otra.

Mi mensaje es juntémonos y trabajemos para fortalecer esto y convertirnos en la verdadera opción de poder que somos.

¿El Centro Democrático sí será capaz de trascender al expresidente Uribe o se va a quedar como uribismo mientras él exista?

Hay que empezar a crear los mecanismos para que trascienda a Uribe. El va a ir en estas elecciones, pero no sé si en las siguientes irá, pues en 2022 tendrá 70 años.

¿Se le volvería a medir a una precandidatura presidencial?

No, yo ahora estoy es pensando en que el Centro Democrático tenga más de 30 senadores y más de 40 representantes y que vayamos todos juntos y que ganemos en el 2018 con el que sea.

Estoy pensando en mi partido, en mi país porque las elecciones del 2018 son claves. No hay que olvidar que van estar en el Congreso ‘Timochenko’, ‘Iván Márquez’, ‘Arturo Álape’ y no creo que Roy Barreras y Armando Benedetti vayan a ser el contrapeso, el contrapeso somos nosotros. Viene una batalla ideológica que va a necesitar dialéctica, mucha fuerza y los únicos que la podemos dar somos nosotros. Y eso es empezar a definir el rumbo del país, que no nos digamos mentiras, se va a dividir en dos y nosotros necesitamos ser muy fuertes y ser la única alternativa.

Los sectores afectos al Gobierno dicen que si gana el Centro Democrático en el 2018 echan para atrás el proceso de paz. ¿Eso es cierto?

No, pero creo que habrá cosas que mejorar. Eso que dice el Gobierno que este es un acuerdo alrededor de las víctimas, es paja. Hay que volver al acuerdo verdaderamente un acuerdo de las víctimas, donde sea la verdad de las víctimas y no la de las Farc. Hoy parece que la comisión de la verdad fuera la que las Farc quieren imponer; no señor, hay que tener muy en cintura la Justicia Especial para la Paz para que no se cometan barbaridades ni abusos. Un gobierno del Centro Democrático no puede dejar de oír lo que pasó el 2 de octubre como lo hizo el presidente Santos, pero tampoco creo que uno pueda botar el acuerdo por la ventana porque las Farc ya se están desmovilizando y un Presidente tiene que ser responsable frente a lo acordado por los antecesores. Pero sí se puede mejorar muchísimo la implementación.

¿Cree que en Germán Vargas Lleras, el Partido Conservador y el Centro Democrático puedan terminar en el mismo lado en una eventual segunda vuelta?

No sabría decirlo porque no sé Vargas Lleras qué está pensando. Si él se hubiera retirado de la Vicepresidencia antes del plebiscito y dice no voy a votar porque no estoy de acuerdo, estaba elegido, era presidente, pero no lo hizo, se quedó y ahora está en el lugar equivocado. Las puertas van a estar abiertas, pero el referendo del 2 de octubre cambió la dinámica. Ahora Vargas Lleras necesita más al Centro Democrático que lo que el partido lo necesita a él.

¿Con el capital político logrado por el CD el 2 de octubre, se puede ir solo a buscar la Presidencia?

Para la primera vuelta, creo que sí, pero no debemos correr ese riesgo y por eso quiero trabajar por la unidad. El 2 de octubre cambió la política electoral en Colombia de manera importante; fueron 6.700.000 votos por el No, quítele 3 millones de conservadores, el resto son nuestros. Creo que esos votos, si hacemos las cosas bien, los podemos recoger, podemos lograr tres y medio o cuatro millones de votos al Congreso.

Podemos darle un vuelco gigante a esto. Y el hastío de la gente con todo lo que está pasando con el Gobierno, con las mentiras, creo que nos abre una oportunidad inmensa si no nos equivocamos. Por eso estoy haciendo este trabajo, porque no podemos desaprovechar esta oportunidad.

¿Cree que la polarización entre el Gobierno y el uribismo pueda conducir a que se abra paso una tercería en las elecciones del 2018?

No, porque Fajardo está con el Gobierno, Vargas Lleras no sabemos con quién, pero por ahora se ve inclinado a ser el candidato del Gobierno y en la oposición estamos nosotros, Marta Lucía, Ordóñez. Petro está en parte con el Gobierno, pero también en contra. Uno no ve un tercero que entre por la mitad.

¿Cómo le parece la reforma política que impulsa el Gobierno?

Es una reforma hecha con nombre propio: eliminación de la Vicepresidencia, cascarle a Germán Vargas; acabar la circunscripción nacional es para pegarle a Uribe; el voto a los 16 años y el voto obligatorio, populismo puro. Hay cosas buenas como la financiación de las campañas, pero quién va a vigilar que no llegue el mafioso contratista a financiar campañas. Las listas cerradas, pero incompletas, pues usted cierra las listas pero hay que reformar todo el sistema de partidos y no está ahí. El sistema electoral está podrido y hay que reformarlo de la A a la Z. Con esta reforma se buscó distraer la atención de lo de Odebrecht.

¿Usted cree que la campaña presidencial de Juan Manuel Santos no recibió un peso de particulares?

Estoy absolutamente seguro que llegó toda clase de plata por debajo de la mesa y creo que Buen Gobierno no aguanta una investigación seria. Si este fuera un país serio ya se habría probado que no hay nada más chimbo que estas cuentas que presentó la campaña de Santos.

La campaña presidencial se ha anticipado y ya hay precandidatos con la bandera contra la corrupción, ¿Cree que la paz va a ser desplazada por ese tema?

En la elección del 2018 el tema va a ser la economía, como también lo va a ser el de seguridad. Un país con 200.000 hectáreas de coca no es viable; espere lo que eso va a generar en violencia en las ciudades. Estamos volviendo a los años 90 y creo que se está creando el megacartel que nunca tuvimos. Eso es lo que está dejando el presidente Santos al descuidar el tema de la droga.

¿Cómo ha visto hasta el momento el desarrollo del proceso de paz?

El incumplimiento en la entrega de los niños genera desconfianza. ¿Cómo sabremos que con las armas no va a ser igual? El retraso en la entrega en las zonas de concentración es un problema logístico, pero genera incredulidad. Creo que el gran tema de fondo es si las Farc siguen metidas o no en el narcotráfico.

Santos logró desmovilizar a las Farc, pero a la vez creó el más grande cartel de la droga que Colombia haya tenido y permitió el crecimiento y consolidación de ese ‘megacartel’.

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