Solución urgente

La tecnología es uno de los instrumentos más importantes con que cuenta el Gobierno caleño para garantizar la seguridad ciudadana y luchar contra la delincuencia.

Por ello preocupa que 465 cámaras de vigilancia, el 30% de las que hay instaladas en la ciudad, estén fuera de servicio o presenten problemas porque no se les ha hecho el mantenimiento que requieren.

La excusa parece ser que la Secretaría de Seguridad aún no adjudica los contratos respectivos.

Es preocupante que la burocracia y el papeleo en la Administración Municipal sean un obstáculo para mantener la seguridad de los caleños.

Para ello existen figuras como la urgencia manifiesta, que permite agilizar los trámites cuando la continuidad en la prestación de un servicio, en este caso el de vigilancia, se vea afectada.

Cali tiene graves problemas de seguridad y está comprobado que las cámaras son un instrumento eficiente para monitorear las calles, detectar y perseguir a la delincuencia.

Por eso la preocupación no debería estar centrada en el mantenimiento y el funcionamiento de las que ya existen, si no en cómo conseguir los recursos que permitan duplicar el número de esos dispositivos tecnológicos para que ayuden a reducir de manera sustancial los 14.000 hurtos o los 1.200 homicidios que se presentan en promedio cada año en la ciudad.