Seguridad para Corinto

El Estado no puede permitir que se regrese a las épocas aciagas en las que el norte del Cauca era tierra de nadie y guarida de criminales.

Por ello hay que ponerle atención a lo que sucede en Corinto, donde esta semana un patrullero de la Policía fue asesinado mientras estaba en servicio.

Ese municipio, que por décadas padeció por los ataques de las Farc, ahora es blanco de los grupos del narcotráfico que se han expandido por la región así como de las disidencias de las Farc, de frentes del Eln, de bandas criminales y en general de la delincuencia organizada.

En los años recientes Corinto también ha sido el centro de disputas internas entre organizaciones indígenas y de los conflictos generados por integrantes de esas comunidades al desconocer la ley y el derecho a la propiedad privada.

Son reiterativos los ataques y las invasiones a predios particulares bajo el pretexto de la reivindicación de sus tierras ancestrales o del incumplimiento del gobierno a los acuerdos que se han hecho con los pueblos indígenas.

Todo ello ha llevado a que Corinto, como la mayoría de poblaciones del norte de ese departamento, se enfrente otra vez al miedo y viva en la zozobra.

Es tarea del Estado evitar que ello suceda de nuevo y devolverles la seguridad y la tranquilidad a los habitantes de Cauca.