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Otra vez, la Catedral

El derecho a protestar es legítimo y respetable, pero tiene límites y debe desarrollarse sin afectar a la...

12 de marzo de 2016 Por: Anónimo .

El derecho a protestar es legítimo y respetable, pero tiene límites y debe desarrollarse sin afectar a la ciudad. Por eso, es inaceptable que se haya vuelto costumbre tomar como rehén las iglesias católicas para imponer intereses particulares.Eso ocurre desde hace tres días con los 35 trabajadores del operador del MÍO Unimetro que están encerrados en la Catedral Metropolitana para exigir mejores condiciones laborales.Por supuesto sus reclamos deben ser atendidos: no reciben salarios desde hace tres meses, carecen de seguridad social y prestaciones. Además se deben escuchar las solicitudes para que se haga una intervención administrativa a la compañía por los problemas financieros y operativos que presenta.Es que de 134 buses que Metrocali programó en febrero para Unimetro, sólo el 36% salió a las calles, es decir, que 85 vehículos no prestaron el servicio de transporte en el sistema masivo de Cali.Aunque las razones de quienes protestan se entienden, no es a través de las vías de hecho, ni tomándose los bienes de la Iglesia Católica como se soluciona el problema. Por eso, es necesario que haya una voz clara de rechazo de la Iglesia frente a la toma, y que sus manifestantes concilien con Unimetro y devuelvan la Catedral.Sobre todo, porque con esa acción salen perjudicados ellos, y los caleños que ven cada vez más asfixiado el servicio de transporte en la ciudad.

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