No más dilaciones
La salida a esta crisis, que tiene mucho que ver con los $27.000 millones que las EPS y los gobiernos le adeudan al Hospital, se tiene que encontrar.
La situación del Hospital San Juan de Dios se tiene qué definir para que no siga en la zozobra permanente que afecta a quienes trabajan en él, a los pacientes y a la ciudad.
Lo que ocurre desde hace varios años en la institución no parece tener dolientes y se ha hecho poco para evitar que llegue a los extremos de hoy, con retrasos de hasta 10 meses en el pago al personal de salud, a sus funcionarios administrativos y a los proveedores, con escasez de insumos y dificultades para prestar sus servicios.
Por ello los especialistas se están yendo, las enfermeras y auxiliares paran sus actividades y los funcionarios protestan pidiendo soluciones.
Desde su fundación hace 270 años el San Juan de Dios ha cumplido una de las labores sociales más importantes en la capital del Valle y sus dificultades actuales están dejando sin el servicio esencial de salud a un sector de la población caleña más necesitada, lo que es aún más grave en estos momentos debido a la pandemia del Covid-19.
La salida a esta crisis, que tiene mucho que ver con los $27.000 millones que las EPS y los gobiernos le adeudan al Hospital, se tiene que encontrar.
Y si no hay soluciones y lo van a acabar, que lo hagan, pero esta agonía no puede seguir para su personal ni para los pacientes que acuden a diario al San Juan de Dios.