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“Ni tanto que queme al santo...”

La sola mención del despeje del Cagúan evoca en la mayoría de los colombianos sentimientos de decepción y rabia.Es el...

1 de septiembre de 2010 Por: Anónimo .

La sola mención del despeje del Cagúan evoca en la mayoría de los colombianos sentimientos de decepción y rabia.Es el ejemplo de cómo una zona despejada para abrirle espacio a los diálogos por la paz fue utilizada por las Farc para seguir delinquiendo y abusando de la generosidad del Estado.Sin embargo, es incuestionable que medidas excepcionales como las de las zonas de distensión serán necesarias cuando organizaciones como la guerrilla demuestren su disposición para desmovilizarse y devolverle la paz a los colombianos.Y aunque sería deseable no tener que hablar de despejes para lograr soluciones, Colombia no puede cerrar la puerta a esas opciones.Lo que debe hacer el Gobierno es garantizar que instrumentos como la Ley 418 de 1997, que hoy quiere derogar, se utilicen con responsabilidad para evitar abusos como los cometidos en el despeje del Caguán entre 1999 y el 2002.

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