¿Indulto negociado?

El indulto al expresidente peruano Alberto Fujimori tiene un componente humanitario que no puede desconocerse.

El hombre que gobernó entre 1990 y el 2000, y recibió condenas hasta por 25 años de prisión por delitos como masacres, corrupción y peculado, está enfermo e incluso se dice que se encuentra en etapa terminal.

Luego de 10 años en la cárcel, tiene lógica que se le permita pasar sus últimos días en condiciones distintas a las del encierro penitenciario.

El otro componente es político y tiene elementos que lo hacen complejo.

Sobre la amnistía a Fujimori se está hablando desde la más reciente campaña presidencial, y se da justo a los pocos días de que el presidente Pedro Pablo Kuzcynski se salvara de la destitución, luego de ser acusado de corrupción por el caso Odebrecht.

El actual mandatario se quedó en su puesto por los 10 votos de abstención de parlamentarios fujimoristas, entre ellos el de Kenji Fujimori, hijo del indultado.

Que apenas cuatro días después otorgara el perdón al condenado, ratifica que todo hizo parte de una negociación.

Ahora Perú está más dividido que nunca, y el presidente Kuzcynski se encuentra en un problema aún mayor que aquel que lo llevó a ser acusado ante el Congreso de su país.