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Fin del espectáculo

El caso sobre la muerte de Luis Andrés Colmenares, ocurrida en octubre de 2010 en Bogotá, es el ejemplo de la parsimonia con la que trabaja la Justicia en Colombia y los extremos a los cuales puede llegar la manipulación mediática.

23 de febrero de 2017 Por: Editorial .

El caso sobre la muerte de Luis Andrés Colmenares, ocurrida en octubre de 2010 en Bogotá, es el ejemplo de la parsimonia con la que trabaja la Justicia en Colombia y los extremos a los cuales puede llegar la manipulación mediática.

Ayer, luego de un juicio que duró cinco años, la Juez 11 de conocimiento de Bogotá determinó que no había evidencias para concluir que la muerte del universitario fuera un crimen.

Por consiguiente absolvió a Laura Moreno y Jessy Quintero, las dos jóvenes acusadas de encubrir el presunto asesinato de Colmenares.

Es el desenlace para un hecho trágico que se convirtió en una novela, en la que las dos universitarias perdieron su libertad, vieron afectados sus estudios y fueron blanco del sensacionalismo así como de la opinión pública que en reiteradas ocasiones las acusaron, las condenaron por anticipado e invadieron su vida privada.

La familia Colmenares también sufrió por la manipulación de quienes se aprovecharon de su dolor y reclamo de justicia para convertir la muerte de su hijo en un espectáculo.

Incluso la Fiscalía hizo parte de ese exhibicionismo cuando el primer fiscal asignado al caso terminó procesado por manipular la información y presentar al menos tres testigos falsos que hoy están condenados por sus mentiras.

Al final la Juez determinó que no hubo homicidio y por lo tanto tampoco hubo homicidas.

Lo que sigue puede ser una demanda al Estado de Laura Moreno y Jessy Quintero, buscando que se les devuelva su honra y los cinco años de vida que les arrebataron.

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