El vandalismo y la protesta

Lo que debía ser una marcha de conmemoración pacífica y de reivindicación de los derechos de los trabajadores, terminó siendo otra muestra de vandalismo y agresión.Ataques a viviendas, vidrios rotos en locales comerciales y bancos, buses del Sistema Masivo de Transporte violentados a piedra y con grafitis fueron algunos de los hechos que se vivieron en las calles de Cali el 1 de mayo.Puede que tales desmanes fueran cometidos por un grupo de encapuchados que nada tenía que ver con las marchas organizadas por los sindicatos, como lo aseguran los líderes de la jornada.Pero alguien tiene que asumir la responsabilidad de tales filtraciones, que se han convertido en costumbre durante las marchas y protestas pacíficas.El vandalismo y la violencia no se pueden repetir porque desdibujan la protesta como un derecho democrático, consagrado en la Constitución.