El problema no es de velocidad

Que en las carreteras de Colombia se les permita a los vehículos circular a 120 kilómetros por hora no es el problema. El verdadero inconveniente de elevar el límite máximo de velocidad es que en el país no hay quien haga cumplir la norma. Las cifras son elocuentes: según el Fondo de Prevención Vial los accidentes de tránsito dejaron el año pasado 5.796 personas muertas y 39.167 más heridas. Por eso no tiene sentido discutir si se debe dejar en 120 kilómetros la velocidad máxima en las carreteras colombianas, como se anunció esta semana, o si se debe bajar a 100 kilómetros por hora, como lo pedirá el Gobierno en un proyecto de ley que llevará a discusión del Congreso.Es evidente que lo que hace falta en el país es tener conductores más educados, autoridades más competentes, redes viales en buen estado y, en general mayor, conciencia ciudadana al momento de manejar un vehículo.