El mal ejemplo
Julio Gómez, uno de los implicados en el llamado Carrusel de la Contratación de Bogotá y quien admitió haber incurrido...
Julio Gómez, uno de los implicados en el llamado Carrusel de la Contratación de Bogotá y quien admitió haber incurrido en peculado, concierto para delinquir e interés indebido en la celebración de contratos, fue sentenciado a una pena de cinco años.Pero no irá a la cárcel hasta tanto el Tribunal Superior de Bogotá no confirme la decisión, lo que puede demorar más de un año. Y aunque suscribió contratos por $298.000 millones con el Distrito, apenas le devolverá a la ciudad $297 millones y pagará una multa por $68 millones.Es claro que la ley autoriza a los jueces para negociar con los acusados que confiesen sus delitos y aporten pruebas en otros procesos.Pero la sentencia a Gómez es irrisoria si se tiene en cuenta que él fue protagonista principal de uno de los peores escándalos de corrupción que recuerde Colombia.Con su decisión, la Justicia envía el mensaje de que los dineros mal habidos se pueden legitimar si se confiesa el delito. ¡Nada más desmoralizante!