El absurdo

Con 1404 casos positivos, 85 muertes y el 6,05% de letalidad, Buenaventura es una de las ciudades de Colombia con la tasa más alta de contagios por Covid-19.

Si a ello se le suma la precariedad de su sistema hospitalario, incluido el déficit de camas en unidades de cuidados intensivos, el riesgo para la población es extremo.

Como si esos problemas fueran pocos, ahora sus médicos están siendo amedrentados, lo que ha obligado a varios de ellos a renunciar mientras los que quedan trabajan con miedo.

Es el absurdo total que quienes velan por la salud de los bonaverenses en medio de una pandemia que crece y afecta a miles de personas, ahora sean amenazados de muerte, agredidos verbalmente y golpeados.

Esa es la situación en la que están los médicos de la Clínica Santa Sofía, la única de tercer nivel de Buenaventura, y que obligó a 17 de los 19 galenos a presentar su dimisión.

A esos médicos hay que protegerlos y garantizarles su seguridad para que sigan cumpliendo con su labor, indispensable en estos tiempos.

Pero esa responsabilidad no solo les compete a las autoridades.

Es la misma sociedad la que debe cuidar a quienes están arriesgando su salud e incluso su vida por ayudar a los demás.