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Corrupto entre los corruptos

Todo acto de corrupción es de extrema gravedad, pero el peor de todos es el que cometen funcionarios de la rama judicial para favorecer los intereses de los delincuentes.

23 de abril de 2017 Por: Editorial .

Todo acto de corrupción es de extrema gravedad, pero el peor de todos es el que cometen funcionarios de la rama judicial para favorecer los intereses de los delincuentes.

En eso incurrió el fiscal especializado Rodrigo Aldana, quien finalmente confesó que sí recibió una dádiva del excongresista Otto Bula para cerrar un proceso de extinción de dominio en su contra.

Los hechos se remontan al año 2012 cuando a Aldana le correspondió investigar un caso sobre lavado de activos de una organización del narcotráfico, hechos en los que terminó involucrada una empresa de Bula.

Para evitar que le fueran quitadas dos de sus propiedades, contactó al funcionario de la Fiscalía, quien recibió un apartamento en Bogotá como compensación por actuar en favor del acusado.

Aldana recurrió a toda clase de argucias para evitar que el caso llegara a término, incluyendo la retención durante ocho meses de los documentos de la investigación, lo que era su obligación luego de ser trasladado a otro cargo.

La mayor ironía es que su nueva asignación fue como Fiscal Delegado ante el Tribunal de Bogotá para investigar los actos de corrupción de funcionarios en la administración de Justicia.

Si hay un caso en el que todo el peso de la ley debe caer sobre los culpables es en éste, por el inmenso daño que le hace a la confianza en las instituciones del Estado y a la credibilidad de su aparato judicial.

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