¡Cobardes!

Como lo dijo Theresa May, primera ministra de Gran Bretaña, “Todos los actos de terrorismo son ataques cobardes contra personas inocentes”.

Y cuando además se dirigen hacia un público conformado por niños y jóvenes, se convierte en un hecho miserable.

Las 22 víctimas mortales y los 59 heridos que dejó el atentado del lunes en la noche en el Manchester Arena al concluir un concierto, eran en su mayoría menores de 18 años y padres que los acompañaban.

Contra ellos fue el acto terrorista del Estado Islámico, la organización extremista que ha hecho de Occidente y de aquellos pueblos que considera enemigos de sus creencias, los objetos de su insania y su odio.

Nada tienen que ver las ideologías o causas religiosas ni políticas en un atentado vil como el cometido en un país que ha acogido a los musulmanes y les ha ofrecido oportunidades.

Quienes están detrás de ello son criminales que utilizan la violencia para generar pánico y cuyo objetivo es acabar con la vida de personas inocentes.

Esa es razón suficiente para que el mundo se una, rechace y persiga a grupos extremistas como el Estado Islámico que utilizan la religión para justificar sus ataques indiscriminados.

La población mundial no puede seguir a merced de la amenaza y de la cobardía del terrorismo internacional.