Alianza oportuna

El escándalo de Odebrecht, el robo de recursos destinados a los Juegos Nacionales de Ibagué y los desvíos millonarios por la empresa española Canal de Isabel II a los servicios públicos en la Costa Caribe, son algunos de los casos de corrupción que comparten Colombia y España.

Descubrir hasta dónde han llegado y los efectos que han tenido esos delitos y quiénes son sus autores es el trabajo que adelantará el grupo de investigación conjunta conformado por las Fiscalías y los entes investigadores de ambos países.

Esa colaboración, que se espera comience a rendir sus frutos en el corto plazo, deberá revelar los detalles de estos y otros casos en los que empresas españolas se asociaron con compañías colombianas o personas naturales de nuestro país para cometer fraudes, manipular servicios públicos y enriquecerse a costillas de sus usuarios.

Casos como esos son los que demuestran que la corrupción no sabe de fronteras y que el apoyo internacional es indispensable para perseguir y castigar a quienes cometen delitos, cualquiera que sea su origen.

Alianzas como la que ahora establecen Colombia y España mandan el mensaje de que por encima de los intereses particulares está la obligación de hacer respetar las normas y los principios que defienden el bien común.