Al borde del desastre

Así el régimen insista en negarlo, Venezuela es un país al borde del desastre.Las pruebas están en la Asamblea Nacional, donde las mayorías opositoras no pueden adelantar su labor por las trabas que les ponen el Gobierno y una Justicia que rinde cuentas al chavismo.También en el Consejo Electoral, donde se estrellan iniciativas como la revocatoria al mandato de Nicolás Maduro, que como va ni siquiera pasará de la comprobación de las firmas recolectadas.O en el bloqueo a cada manifestación en contra del régimen, que termina en medio de grescas desatadas por la policía del régimen que no permite el paso de quienes protestan de manera pacífica.Y como es usual en las dictaduras, la represión llega de la mano de la violencia, como sucedió en la marcha convocada ayer por los opositores, donde el gobernador Henrique Capriles fue agredido con gas pimienta para detener su avance.También se manifiesta con amenazas como las que Lilian Tintori, esposa del encarcelado líder Leopoldo López, ha denunciado en días recientes y que, según ella, provienen de altos mandos del Gobierno.Mientras ello sucede en ese remedo de democracia, los venezolanos siguen sufriendo por falta de alimentos, mueren porque no hay medicinas, ven cómo cierran las pocas industrias que quedan y son víctimas de la inseguridad que crece sin tregua.