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Y nada pasa

Todos son pronunciamientos graves, que dejan al descubierto cómo un sistema pensado para darles atención de calidad y oportuna a todos los colombianos, que logró ampliar la cobertura a los 44 millones de ciudadanos, en especial a los más necesitados que fueron acogidos por el régimen subsidiado, y que ha sido modelo en América Latina, terminó en manos del clientelismo.

5 de mayo de 2012 Por:

Todos son pronunciamientos graves, que dejan al descubierto cómo un sistema pensado para darles atención de calidad y oportuna a todos los colombianos, que logró ampliar la cobertura a los 44 millones de ciudadanos, en especial a los más necesitados que fueron acogidos por el régimen subsidiado, y que ha sido modelo en América Latina, terminó en manos del clientelismo.

La crisis del Sistema de Salud nacional se conoce desde hace años, tocó fondo y el Estado sigue sin enfrentarla como debe y sin realizar las reformas que demanda el país. Nada parece funcionar para que se tomen decisiones. Ni las acusaciones sobre corrupción, ni los señalamientos sobre la ineficiencia de los entes de control y de investigación, ni las protestas permanentes de los usuarios por las fallas en la prestación de los servicios. Esta fue una semana de rifirrafe. Mientras la Contralora Delegada denunció un detrimento patrimonial por más de seis billones de pesos en el sector, acusó a la Fiscalía de dilatar los procesos contra las entidades de salud y aseguró que hay indicios de una “autointervención” en SaludCoop, el Fiscal General de la Nación les solicitó a dos exfiscales que respondan por los señalamientos. Todos son pronunciamientos graves, que dejan al descubierto cómo un sistema pensado para darles atención de calidad y oportuna a todos los colombianos, que logró ampliar la cobertura a los 44 millones de ciudadanos, en especial a los más necesitados que fueron acogidos por el régimen subsidiado, y que ha sido modelo en América Latina, terminó en manos del clientelismo, de los corruptos y signado por un manejo ineficiente que hoy lo tiene al borde del colapso.Mientras tanto el Estado sigue sin actuar como debe. Frente a lo que es evidente desde tiempo atrás, las reformas siguen sin llegar y el desangre de la salud pública crece a diario. El costo lo pagan los usuarios que se enfrentan a las deficiencias del servicio, así como la red de hospitales públicos como el HUV, que se ahogan por las deudas que no les pagan.Y se presentan casos como el de Caprecom, la EPS del Estado que llegó a ser modelo en la cobertura de prestaciones sociales para sus afiliados, que ahora como entidad del régimen subsididado y la única que llega a todos los rincones del país, enfrenta una crisis inmanejable. Su déficit llega al billón de pesos y está al borde de la liquidación con las consecuencias que ello traería para sus tres millones de beneficiarios. La empresa se convirtió en una cueva de Rolando, infiltrada por el clientelismo, manoseada y desfalcada. Las denuncias pululan, se anuncian cambios y estrategias para salvarla, pero nada pasa.O está SaludCoop, la mayor EPS del país, en donde se habría fraguado, según denuncias de la Contralora Delegada, una “autointervención” orquestada por el gerente destituido con complicidades en la Superintendencia de Salud y en la Fiscalía. La intención sería que el Estado asumiera su saneamiento para después devolverla a sus dueños originales. La acusación es muy grave y por eso el Fiscal General ahora les pide a sus antecesores que expliquen por qué no se aplicaron las medidas necesarias que permitieran llegar a la verdad.Frente a la crisis profunda del sistema de salud lo primordial es pensar en las necesidades e intereses de los usuarios. Por eso hay que tomar decisiones, resolver a la mayor brevedad sus problemas y ponerlo a funcionar como es, con transparencia y eficiencia. De lo contrario se perderá el propósito de brindarles atención médica a todos los colombianos.

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