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Visita positiva

"...reconforta saber que en la visita del Presidente hoy ya no se hable del Plan Colombia y de la ayuda de los Estados Unidos para combatir la violencia, y sea prioritario el diálogo para perfeccionar el Tratado de Libre Comercio o para profundizar el respaldo en aspectos educativos y la colaboración en asuntos tecnológicos o energéticos".

4 de diciembre de 2013 Por:

"...reconforta saber que en la visita del Presidente hoy ya no se hable del Plan Colombia y de la ayuda de los Estados Unidos para combatir la violencia, y sea prioritario el diálogo para perfeccionar el Tratado de Libre Comercio o para profundizar el respaldo en aspectos educativos y la colaboración en asuntos tecnológicos o energéticos".

El viaje del presidente Juan Manuel Santos a los Estados Unidos tiene un significado importante para nuestro país. Luego de épocas difíciles en las cuales vivió toda clase de amenazas contra la libertad y la viabilidad de sus instituciones democráticas y le fue necesario recurrir a la ayuda de la nación que entonces se convirtió en soporte fundamental para salir adelante, es tiempo para mostrar la recuperación de Colombia.Con los honores propios de un jefe de Estado, fue recibido el presidente Juan Manuel Santos en la Casa Blanca. Con ello se refirma la amistad que han mantenido los Estados Unidos y Colombia y la cercanía en su objetivo de defender la democracia y la libertad. En ese escenario, mientras el presidente Barack Obama expresaba su reconocimiento a los cambios que ha experimentado Colombia, el Primer Mandatario de los colombianos recalcó la importancia de las relaciones bilaterales y la necesidad de proyectarla hacia crear una nueva Alianza para el Progreso. Sin duda, el diálogo colombo estadounidense ha cambiado de manera radical. Antes, la agenda común estaba dominada por el combate al narcotráfico y la necesidad de apoyar a nuestro Estado en la lucha contra la ilegalidad que en muchas formas desafiaba la continuidad de la democracia, la vida y la posibilidad de progreso. Y a la par, la permanente vigilancia sobre el respeto a los Derechos Humanos que se reclamaba a nuestras autoridades como requisito para el apoyo, era una especie de señalamiento en el contexto internacional. Una década después, Colombia es conocida por su progreso en todos los frentes, por las oportunidades que brinda y por los avances que ha logrado en materia de seguridad, de prosperidad y de estabilidad en todos los frentes. Y aunque subsisten amenazas que no pueden ser ignoradas, hoy se reconoce el avance. Así lo hizo el presidente Obama, quien renovó el compromiso de los Estados Unidos en el apoyo a los esfuerzos que el presidente Santos hace por conseguir la paz mediante la negociación. Por eso reconforta saber que en la visita del Presidente hoy ya no se hable del Plan Colombia y de la ayuda de los Estados Unidos para combatir la violencia, y sea prioritario el diálogo para perfeccionar el Tratado de Libre Comercio o para profundizar el respaldo en aspectos educativos y la colaboración en asuntos tecnológicos o energéticos. Una agenda distinta a la cual debería agregarse el apoyo para impedir que las aguas del Caribe se conviertan en motivo de conflicto ante las ambiciones de Nicaragua y sus aliados. No menos importante fue el mensaje que nuestro Jefe de Gobierno dejó ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos, el Club Nacional de Prensa de los Estados Unidos, la Cámara de Comercio Colombo Americana y la Universidad de la Florida. En todos esos escenarios, la palabra Colombia significó cosas muy distintas a la tragedia y el temor que antes padecíamos. Ahora es esperanza y progreso de un pueblo que agradece con sinceridad el apoyo que recibió de su gran aliado en una de las más difíciles épocas de su historia.

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