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Unión por el Valle

5 de diciembre de 2010 Por:

"Hoy debemos llamar a la solidaridad por el Valle"...

Meses de lluvias continuas, la destrucción de muchas de las obras que contenían en parte la arremetida de los ríos o la ausencia de recursos para atender el embate del invierno en la zona cafetera y el litoral Pacífico, causan una emergencia sin antecedentes en el Valle. Razón suficiente para convocar la unidad de los vallecaucanos y el apoyo del Gobierno Nacional en el propósito de enfrentar el desafío de la naturaleza que hoy padece la región, así como las consecuencias futuras del desastre. Si bien la represa de Salvajina y el jarillón han evitado hasta ahora que el desbordamiento de río Cauca en Cali haya causado una tragedia de proporciones incalculables, el panorama a partir de Juanchito y hasta Cartago es desolador. Son centenares de kilómetros anegados y un numero hasta ahora desconocido de veredas aisladas, donde sus habitantes han debido desplazarse y sus pertenencias desaparecen bajo las aguas. Distritos como el que cubre a Roldanillo, La Unión, Toro y poblaciones adyacentes han sufrido la destrucción de los muros de contención.En la zona cafetera, además de los cultivos afectados por el invierno se presenta un aislamiento creciente ante la destrucción de las vías. Y sus habitantes deben buscar refugio para protegerse de la lluvia incesante que crece ríos y quebradas y amenaza la vida. Algo similar ocurre en la zona del Pacífico, donde las condiciones de aislamiento son peores, ya que la comunicación se realiza mediante los afluentes que hoy no pueden ser utilizados. La carretera a Buenaventura ya muestra frecuentes interrupciones por derrumbes y se teme lo peor en la zona de Zaragoza, donde la minería ilegal generó un desequilibrio ecológico de dimensiones desconocidas.Hay pues una verdadera tragedia humanitaria que debe ser atendida sin demora. Por eso es necesario realizar un llamado para que los vallecaucanos nos movilicemos a atender a nuestros damnificados. Hoy, el Departamento está sintiendo la ausencia de la CVC como autoridad ambiental y como ejecutora del plan para regular el río Cauca. Sumida en el peor de los clientelismos, es tiempo de que la entidad atienda las necesidades del Valle y responda a los llamados angustiosos de los damnificados.Y entendiendo que la emergencia se presenta en todo el país, también hay que reclamarle al Gobierno Nacional una presencia más efectiva para atender el desastre que vive el Valle, cuyo final es aún incierto. Nada puede ser más peligroso en este momento que mirar lo que ocurre como algo transitorio y superficial, y creer que el Departamento tiene la capacidad para enfrentar lo que está ocurriendo. Sin duda, la Nación tiene que ser solidaria con el Valle.También es necesario reconocer el enorme daño que ha experimentado la economía vallecaucana y el impacto que tendrá en términos de desempleo y calidad de vida para los millones de moradores de campo y de los municipios de nuestro Departamento. Por eso, hoy debemos llamar a la solidaridad. La respuesta debe darse a través de los mecanismos que dispongan las autoridades departamentales y las entidades cívicas y gremiales que han asumido el liderazgo de la Unión por el Valle.

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