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Un crimen monstruoso

La tesis más fuerte hasta ahora es la que manejan las autoridades de Estados Unidos y el gobierno de Ucrania: el avión fue derribado utilizando un misil SA-11 Buk de fabricación rusa, por militantes separatistas prorrusos que actúan en el área donde cayó el avión. Para Michael Clarke, director del área de defensa y seguridad del Royal United Services Institute, con sede en Reino Unido, es posible que haya sido un ataque del lado rebelde y que haya sido por error.

21 de julio de 2014 Por:

La tesis más fuerte hasta ahora es la que manejan las autoridades de Estados Unidos y el gobierno de Ucrania: el avión fue derribado utilizando un misil SA-11 Buk de fabricación rusa, por militantes separatistas prorrusos que actúan en el área donde cayó el avión. Para Michael Clarke, director del área de defensa y seguridad del Royal United Services Institute, con sede en Reino Unido, es posible que haya sido un ataque del lado rebelde y que haya sido por error.

Días después de que el vuelo MH17 de Malaysia Airlines cayera en el este de Ucrania y dejara casi 300 personas muertas, continúa la incertidumbre sobre las causas y las consecuencias que este hecho podría tener en la crítica zona de la frontera con Rusia. La comunidad internacional, en especial Holanda y Estados Unidos, exigen que la región en la que cayeron los restos del avión se abra a la investigación de una comisión internacional, que permita saber la verdad sobre lo ocurrido en la peligrosa frontera ruso-ucraniana. Pero, aunque el presidente Putin plantea su acuerdo con la investigación, lo mismo que el presidente ucraniano Poroshenko, la realidad es que los rebeldes prorrusos que controlan la zona de Doniestk obstaculizan cualquier avance, mientras toman acciones para desaparecer evidencias.El avión caído, y presumiblemente derribado, se dirigía de Amsterdam a Kuala Lumpur. En el hecho murieron 298 personas, de las cuales 280 eran pasajeros y el resto eran tripulantes. La mayoría de las personas que iban a bordo eran ciudadanos holandeses entre los que se destaca el científico Joep Lange, quien era reconocido por sus conocimientos en el tratamiento del VIH.La tesis más fuerte hasta ahora es la que manejan las autoridades de Estados Unidos y el gobierno de Ucrania: el avión fue derribado utilizando un misil SA-11 Buk de fabricación rusa, por militantes separatistas prorrusos que actúan en el área donde cayó el avión. Para Michael Clarke, director del área de defensa y seguridad del Royal United Services Institute, con sede en Reino Unido, es posible que haya sido un ataque del lado rebelde y que haya sido por error. “Toda la evidencia es circunstancial, pero apunta en una dirección: que los separatistas usaron un lanzamisiles SA-11 Buk”, señaló. Los rescatistas que dependen de los rebeldes, han levantado 196 cuerpos y los han movido de sitio. La mayoría de los cadáveres han sido puestos en vagones de tren con refrigeración. Sin embargo, se desconoce quién tiene acceso a los cuerpos y cómo fueron manipulados. Ni qué decir de sus pertenencias, que deben tener información clave sobre lo ocurrido.Para los representantes del gobierno holandés -nacionalidad de muchas de las víctimas-, la situación como se ha manejado ha sido más que indelicada. “Estoy conmocionado por las imágenes del lugar. La gente camina por ahí con las pertenencias personales de las víctimas. Es francamente repugnante”, dijo el primer ministro de Holanda, Mark Rutte.Los representantes de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa que llegaron a inspeccionar el sitio donde cayó el avión se encontraron con un muro humano que al principio no les permitió hacer su trabajo y después los dejó hacerlo a medias. Los rebeldes impiden que se haga una investigación técnica sobre los restos, y ni siquiera que se busque y encuentre la caja negra del avión siniestrado. Actúan como si quisieran ocultar la prueba de un crimen monstruoso.La intervención internacional en la zona se impone. Sobre todo por las consecuencias que puede tener para la paz mundial.

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