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Tregua entre tormentas

La tregua es una especie de reposo entre combates, pues no hay mucho más que hacer que recoger cadáveres y limpiar aunque sea someramente edificaciones y estructuras de servicios básicos.

8 de agosto de 2014 Por:

La tregua es una especie de reposo entre combates, pues no hay mucho más que hacer que recoger cadáveres y limpiar aunque sea someramente edificaciones y estructuras de servicios básicos.

Luego de semanas de destrucción en Gaza, Israel y Hamás acordaron un cese el fuego humanitario e incondicional de tres días, que parece extenderse ante el retiro del Ejército israelí.La decisión de suspender las hostilidades permitió a los medios internacionales constatar en terreno la gran devastación y mortandad sucedidas en suelo palestino. Los 24 días de bombardeos han costado la vida de más de 1.400 palestinos y 63 israelíes, además de la destrucción de escuelas, hospitales y casi toda la infraestructura con la que contaban la asolada región. La tregua es una especie de reposo entre combates, pues no hay mucho más que hacer que recoger cadáveres y limpiar aunque sea someramente edificaciones y estructuras de servicios básicos.Pero nadie puede asegurar que se prolongará por algún tiempo mayor. Además del alto el fuego, el acuerdo señala que las partes irán a El Cairo para negociar, de acuerdo con el plan que el Secretario de Estado de Estados Unidos y el Secretario General de Naciones Unidas trataban de asegurar. Del lado palestino, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, será el encargado de designar un representante a las negociaciones en Egipto.Pero subsisten problemas estructurales. Israel no acepta a Hamás en la mesa de negociaciones y exige su desarme, mientras que esta organización no acepta desarmarse ni suspender el lanzamiento de cohetes contra Israel hasta tanto el gobierno de Netanyahu detenga la expansión de asentamientos israelíes en territorio palestino y desmantele los construidos.Y las críticas a las dos partes continúan. La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos las acusó de violar las reglas de la guerra. Dijo que Hamás lo había hecho al “ubicar cohetes entre escuelas y hospitales, e incluso disparar esos cohetes desde áreas densamente pobladas”, mientras que Israel había atacado áreas civiles de Gaza como escuelas, hospitales, hogares e instalaciones de Naciones Unidas.A su vez, el Pentágono, aliado clave de Israel, había mostrado su preocupación por el elevado número de muertes civiles provocadas por los bombardeos israelíes. Y desde antes del comienzo de este conflicto había señalado que las construcción de nuevos asentamientos de esa Nación en suelo palestino eran “inaceptables”.Pero la tregua no da para hacerse muchas ilusiones. Benjamin Netanyahu dijo que sus Fuerzas Armadas “han producido resultados impresionantes y continuarán con toda la fuerza, incluso ahora”. “Hemos neutralizado decenas de túneles y estamos determinados a completar esa tarea con o sin alto el fuego”, agregó. “Es por esto que no aceptaré ninguna propuesta que no permita a las Fuerzas de Defensa de Israel completar esta importante tarea en defensa de nuestra Nación”. Igual de lado palestino. Mientras Hamás insiste en desconocer al Estado de Israel, sigue usando las víctimas de ambos lados como su victoria. Y la Autoridad Palestina es testigo casi silencioso de un drama, el de Gaza, que avergüenza a la humanidad. Por eso, la tregua de ahora es una calma entre tormentas.

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